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lunes, 7 de febrero de 2011

Inmigrantes, una breve reflexión

Oscar Taffetani   


Sonya Levien, abogada norteamericana de origen ruso, a quien la crisis de los ’30 transformó en guionista de la Fox, escribió el libreto para una memorable versión de El jorobado de Nôtre Dame, pelìcula dirigida por Wilhelm Dieterle (otro inmigrante, éste de origen alemán) que Hollywood distribuyó por el mundo en 1939, es decir el mismo año en que las SA y las SS hitlerianas se disponían a conquistar Europa y a consumar el exterminio y diáspora de millones de personas.

En la escena inaugural de aquel film, una multitud empobrecida y famélica pretende entrar a la ciudadela de París momentos antes de que se cierren las puertas. Un soldado cierra el paso a un gitano y le recuerda que tienen prioridad los que han llegado antes. El gitano le responde: “Todos estamos de paso, amigo. Unos llegaron antes. Otros llegamos después”.

La sencilla respuesta tiene una profundidad admirable. No es casual que haya salido de la pluma de una escritora inmigrante, pensamos. Todos estamos de paso, como dice el gitano. Y haber llegado antes o después no significa nada.


Declaración de guerra

Las antiguas familias de los Estados Unidos, descendientes de los primeros colonos, gustaban llamarse WASP (White Anglo Saxon Protestant). Ser blanco, anglosajón y protestante era la fórmula para llegar a un puesto de gobierno. Los irlandeses, predominantemente católicos, eran segregados y enviados a hacer los peores trabajos, en las minas y en el campo. Con el tiempo, esos católicos blancos fueron ganando su lugar, a la vez que aliándose con grupos negros en la batalla de los derechos civiles.
Detrás de los irlandeses, subieron en las escala los italianos (eso puede verse muy claro en la saga fílmica de El Padrino). Más tarde, los griegos y los polacos, y así.

La colectividad japonesa se tropezó en su ascenso social con Pearl Harbour (allí fueron demonizados y se convirtieron en enemigo interno). Avanzado el siglo XX, debieron ceder el lugar a los indochinos (saldo de la guerra de Vietnam) y también a los chinos, que aunque habían arraigado en la Costa Oeste, desde el siglo XIX, recién ganaron reconocimiento en estas últimas décadas, cuando China se perfiló para ser la gran factoría del mundo globalizado.

La población negra, de remoto origen africano, debió sufrir distintas formas de la “solución final” al estilo blanco, desde los modos directos y violentos del Ku-Klux-Klan hasta la compra de tierras en Africa para devolver las familias “a su origen” (así nació Monrovia y después la Liberia actual). 

Paralelamente, desde mediados del siglo XX, los Estados Unidos fueron incorporando cientos de miles de hispanos y latinos a su población. Trabajadores golondrina mexicanos, emigrados políticos o económicos del Caribe y Centroamérica, en síntesis, una mayoría silenciosa con mucha fuerza de trabajo para entregar, pero inevitablemente muda en el reclamo de sus derechos y en la defensa de su dignidad.

La situación cambió notablemente a la vuelta del siglo. Hoy, la segunda y la tercera generación de hispanos han impuesto su presencia económica y cultural en los Estados Unidos, llevando a referentes de su comunidad a puestos clave de la administración.

Sin embargo, para una parte del Establishment, los nuevos inmigrantes, los nuevos trabajadores golondrina y los nuevos indocumentados (cuya masa se calcula en once millones) representan una amenaza. Son un país en las sombras; una nación de pobres e indocumentados que no existen para el Estado y que generan en la “informalidad” sus propias redes y su propia organización. Por eso los legisladores de Arizona, tomando la delantera, les han declarado la guerra mediante la Ley de Inmigración conocida como SB 1070. El instrumento permite a la policía arrestar a indocumentados sólo por tener una apariencia peligrosa o presumir que podrían cometer algún delito, habilitando una vía rápida de deportación al país de origen. La Coalición Nacional del Clero Latino y el Fondo de Dirigentes Cristianos para la Defensa Legal, entre otras organizaciones civiles, ya comenzaron a preparar los amparos judiciales. Cuentan con el apoyo de 30.000 iglesias evangélicas de todo el país y con la firma de 300 pastores hispanos del Estado de Arizona.

No obstante, el futuro es incierto, en un Estado que ha convalidado la construcción de un vergonzoso Muro en la frontera con México, como si ambos países no estuvieran unidos territorial y culturalmente, desde hace siglos.


Una única raza, humana


El equipo de expertos al que la Unesco encargó, a principios de los ’50, la elaboración del árbol de la raza humana, concluyó veinte años después su investigación, con un informe que debería leerse y estudiarse en todas las escuelas del mundo. Las sentencias del informe quitan legitimidad y fundamento a cualquier acto de discriminación de los seres humanos en razón de su color de piel o su apariencia. “Todos los hombres de la actualidad –leemos- pertenecen a la misma especie y descienden del mismo tronco. La división de la especie humana en razas es en parte convencional y en parte arbitraria, y no implica ninguna jerarquización, en absoluto. El conocimiento biológico actual no permite imputar los logros culturales a las diferencias en el potencial genético, sino que sólo deberían atribuirse a la historia cultural de los distintos pueblos”.

Lo que no dice el informe de la Unesco sobre las razas (aunque se infiere) es que el racismo, tanto el de ayer como el de hoy, es sólo una máscara para tapar los privilegios y los intereses económicos de algún determinado grupo social.

Actualmente, gran parte de la dirigencia planetaria promueve, o bien tolera, la construcción de muros, de muros burdos o inteligentes, hechos de alambre o de hormigón, altos o bajos, con el único propósito de segregar, de separar a ésos que llegaron antes de los que llegaron después, al niño que duerme tibio en su cuna de aquel que lo hace (no menos tibio) en una caja de cartón.

Pero todos -como lo recordó el gitano de aquella película- estamos de paso. Y la historia sigue siendo, felizmente, el caudaloso, cambiante e impredecible río de Heráclito.

http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=3754&Itemid=0


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lunes, 24 de mayo de 2010

Una razón (criminal) de Estado

Oscar Taffetani  

Cables de agencias internacionales nos informan del asesinato de doce personas (entre ellas, tres adolescentes) en San Pablo, Brasil, los pasados 9 y 10 de mayo. Para una megalópolis donde se registran casi cuarenta homicidios diarios, la noticia no es relevante. Sin embargo, el hecho de que se haya fusilado a mansalva a seis indigentes que dormían bajo un puente, una noche, y a seis habitantes de un asentamiento precario, otra noche, habla de un plan sistemático de exterminio y de la existencia de un grupo operativo con las mismas características de los escuadrones de la muerte que tanto dolor y terror sembraron en la región, las últimas décadas.

Los tiempos de los tribunales -se sabe- son más lentos que los tiempos del crimen. Por eso, suele darse la terrible coincidencia de que en el mismo momento en que se hace pública la liberación de policías y civiles involucrados en matanzas, vuelven a producirse matanzas que tienen el mismo sello, incrementando el terror y el sentimiento de indefensión de las futuras víctimas. Ya es hora de preguntarse si la difusión (muchas veces, pormenorizada y morbosa) de las masacres, no es parte del mismo dispositivo de terror.

El somatén y el escuadrón

Había en Cataluña, desde tiempos muy remotos, una suerte de milicia popular de autodefensa llamada so-emetent (porque emitían algún sonido especial, con un cuerno o una campana, para convocarse). Los grandes propietarios rurales del siglo XIX reflotaron esa clase de formación, a la que bautizaron Sometent Armat (somatén armado), pero la orientaron hacia el asesinato de anarquistas y militantes populares, contando siempre con la complicidad de las altas jerarquías del Estado. Por eso, tanto la Primera como la Segunda República derogaron el somatén y lo prohibieron en todo el territorio. Debió llegar al poder el genocida Francisco Franco para que esa variante del terrorismo de Estado fuera nuevamente ejercitada. Recién al cabo de tres décadas, muerto Franco, las Cortes españolas decidieron eliminar y prohibir el somatén.

Pero los matones a sueldo y las bandas parapoliciales -acotemos- no han sido sólo una realidad europea. También han sido una lacra para América, desde los mismos comienzos de la protesta social. No obstante, fue en los años ‘60 y ’70 -tiempo de golpes de Estado y de cruzadas anticomunistas- cuando cobraron su forma más aleve y sangrienta.

Las dictaduras militares brasileñas, por ejemplo, combatieron a distintos movimientos y grupos insurgentes valiéndose de los llamados escuadrones de la muerte, integrados por sicarios que reclutaban en el mundo del hampa y el crimen organizado. Así fue asesinada en São Bento, 1973, junto con el hijo que llevaba en su vientre, la joven militante Soledad Barrett, nieta del escritor anarquista Rafael Barret (que había llegado a América, justamente, escapando del somatén español). En 1995, al crearse en Brasil la Comisión Especial de Reconocimiento de los Muertos y Desaparecidos Políticos, pudo investigarse el supuesto enfrentamiento en el que habían muerto Soledad y cinco de sus compañeros, verificando que en realidad los habían secuestrado, torturado y asesinado, como a tantos otros en esa larga noche.

Enemigo se busca

El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística reveló en 1990 que el 63% de los niños de 9 a 12 años que habían muerto en ese país, el año anterior, habían sido asesinados. Un registro de esa misma época contabilizó -sólo para Río de Janeiro- 445 niños y adolescentes eliminados sin piedad.

En esa década, especialmente a partir de la llamada Matanza de la Candelaria (cuando policías militares dispararon contra niños que dormían en la recova de una iglesia, matando a ocho), comenzó a tomar fuerza un movimiento de denuncia y condena de esos crímenes. Pero las ilusiones pronto volvieron a caerse: sólo uno de los asesinos confesos de la Candelaria fue condenado a prisión, en 1997, con perspectiva de ser liberado en el corto plazo.

En 2007, una investigación ordenada por el Gobierno federal logró desbaratar en el estado de Pernambuco a un escuadrón de la muerte que integraban hacendados, empresarios y policías. “Ese grupo -declaró el comisario Pontes, a cargo del operativo- era una sociedad anónima de homicidios. Mataba en promedio a cuatro personas por semana. Eran crímenes por encargo y a veces por pequeñas venganzas".

Un documento publicado hace poco por el Centro de Articulación de Poblaciones Marginadas confirmó que más de mil menores de entre 15 y 17 años, en su mayoría varones, mueren por año en Río de Janeiro, de manera violenta. "Para gran parte de la población -leemos en el documento- el exterminio es una forma legítima de hacer justicia contra personas consideradas sospechosas por ser jóvenes, negras y pobres. Ellos entienden que favelado es sinónimo de criminal, salvo que demuestre lo contrario”.

Sería erróneo comparar la insurgencia política y social de los años ’60
-en Brasil, en la Argentina o cualquier otro escenario- con el estallido de pobreza y marginalidad que sufren hoy las ciudades de la región. No obstante, si atendemos a las semejanzas, veremos que en ambos casos hay un Estado que se subordina a los intereses del gran capital -ya sea nativo o trasnacional- y que se vale de escuadrones de la muerte (es decir, de la ilegalidad y el terror) para neutralizar o exterminar al “enemigo” de turno.

El presidente Lula da Silva y su posible sucesora (la economista Dilma Rousseff, sobreviviente de la guerrilla y la militancia clandestina de los ’60) son al parecer los rostros de un nuevo Brasil, un Brasil que ya lidera el bloque regional y que se dispone a jugar un papel protagónico en las décadas que vienen. Hay además, en la agenda internacional brasileña, eventos como el Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, que implicarán un flujo adicional de inversiones y negocios. ¿Representan los meninhos y filhos da rua, los indocumentados de las favelas, esos ángeles fieramente humanos, una amenaza para la nueva economía y la nueva política?  ¿Está decretada ya su muerte? ¿Han sido borrados de la cartografía del Imperio?

Un ímpetu positivista (a contrapelo de la historia) bordó en la bandera de la república brasileña el lema Orden y Progreso, dejando de lado la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad (molestas consignas de una burguesía en ascenso). Pero en los morros y favelas, luchando contra la adversidad y contra toda razón criminal de Estado, los pibes del Brasil dibujan, sin prisa y sin pausa, otra bandera. Vencerán.


http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=3947:una-razon-criminal-de-estado&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106


sábado, 15 de mayo de 2010

Pedagogía (y aprendizaje) ambiental

Oscar Taffetani

“La Dirección Departamental -pudimos leer en una circular días pasados- invita a las escuelas de todos los niveles y modalidades a adherir con un cambio de actividades o cartelera especial el martes 20 de abril, fecha en que la Corte Internacional de Justicia de la Haya expedirá su fallo sobre la lucha de Gualeguaychú en defensa del medio ambiente y la vida. Los padres tienen la total libertad para acompañar con sus hijos a la Asamblea, con la correspondiente notificación a la escuela”.

La participación de niños y jóvenes de la costa del río Uruguay, junto a sus padres y docentes, en las asambleas y movilizaciones ciudadanas suscitadas por la lucha contra Botnia, constituyó una inmejorable oportunidad pedagógica para ubicar a esos alumnos frente a los escenarios del mundo globalizado, mundo en el que la planificación supranacional, con la ganancia como único propósito, amenaza con liquidar los recursos naturales de la Tierra y con ellos a millones de criaturas posadas con levedad sobre su corteza.

Un día de huelga o conflicto en defensa del salario y la dignidad -solían decir los viejos socialistas- enseñan más a un trabajador que cien manuales de acción sindical. Del mismo modo, un día de corte de la ruta internacional, una tarde de abrazo al puente o una ronda de mate junto al fogón de Arroyo Verde pueden enseñar más a un militante ambiental que varios gruesos tomos redactados por cualquier tratadista.

Entre Brasilia y Cochabamba

Hace una década, el 1° de septiembre de 2000, se reunieron en la capital de Brasil doce presidentes sudamericanos. De sólo nombrarlos, advertiremos su variada y respectiva suerte (así como lo mucho que cambió, en apenas diez años, el signo político de la región). Firmaron aquella Declaración de Brasilia Fernando Henrique Cardoso, Fernando de la Rúa, Jorge Batlle, Alberto Fujimori, Hugo Bánzer, Gustavo Noboa, Ricardo Lagos y Luis González Macchi. Fueron suscriptos, en esa misma ocasión, más de 60 acuerdos de cooperación internacional, entre ellos la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), un plan para adecuar las economías del subcontinente a las necesidades de la economía global (o a los puros intereses de las multinacionales, para decirlo sin eufemismos).

En la Iniciativa de marras, por poner un ejemplo, el llamado Eje de Capricornio trabaja sobre la circulación de materias primas y mercaderías entre el Atlántico y el Pacífico, comunicando las zonas francas del norte chileno con los yacimientos bolivianos de El Mutún y las acerías y puertos del Brasil, sumando además al Paraguay como socio energético.

La Hidrovía Paraguay-Paraná, otro eje definido, trabaja sobre la vieja ruta de El Dorado utilizada por los conquistadores europeos para drenar la riqueza del Alto Perú, durante la época colonial. En esta Hidrovía, la cuenca del río Uruguay, con sus ciudades ribereñas y su gente, ocupan un subcapítulo. Entre las obras detalladas en el subcapítulo se mencionan la “Mejora de accesos e infraestructura portuaria del puerto de Nueva Palmira”, la “Circunvalación vial Nueva Palmira y sistemas de accesos terrestres a los puertos” y la “Construcción del ramal ferroviario Mercedes-Puerto de Nueva Palmira”.

Curiosamente, diez años después de elaborado el plan, Nueva Palmira es el puerto fluvial uruguayo donde se transborda y embarca la celulosa que produce Botnia. A la vez, es la terminal ferroviaria que recibe los rollizos y la madera de las plantaciones industriales, con destino a la pastera. Ni que lo hubieran planificado.

De este lado del río, estaciones como Concordia Central (bien lo han documentado los fotógrafos de la Asamblea) ven pasar a diario largas formaciones de carga con rollizos y madera de plantaciones argentinas, que tienen el mismo destino. Integración regional, que le dicen.

Otras dos pasteras aguardan turno para instalarse sobre el mismo río. Y aunque a partir del fallo de La Haya los dos países se vean obligados a la consulta previa, este dictamen ha sentado un nefasto precedente de tolerancia a la contaminación que mandará cualquier controversia por los mismos carriles que tuvo la primera.

En unos años más, de seguir con el plan de las multinacionales (el único que existe, ya que los países son convidados de piedra), aumentará el nivel de dioxinas y fosfatos en las aguas del río Uruguay, alterando sus ecosistemas y apagando la vida.

“El sistema capitalista -declaró el presidente boliviano Evo Morales, al inaugurar el pasado martes, en Cochabamba, la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático- es el principal responsable de la destrucción del planeta. Es el enemigo principal de la Madre Tierra, pues busca sólo ganancias en detrimento de la naturaleza. Es fuente de asimetrías y desigualdad en este mundo”. Nada que acotar a esas palabras.

Un presente de lucha


La Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú debió escuchar azorada, este martes, un fallo bifronte. Por un lado, el alto tribunal reconoce que hubo violación del Tratado del Río Uruguay y apunta que el país vecino no debería haber permitido continuar con las obras hasta la resolución de la controversia. Por el otro, se declara incompetente en el tema de la contaminación visual y sonora y dice, en cuanto al agua, que de acuerdo con el estándar uruguayo (ya que la Argentina no tenía uno propio) el nivel de dioxinas y fosfatos es tolerable, autorizando a Botnia-UPM a seguir operando su planta de Fray Bentos.

Como era de esperar, conocido el fallo, la Asamblea decidió mantener el corte de la ruta internacional y profundizar su lucha. En este cambiante colectivo humano que es la ACAG, tras cinco años de pelea en distintos frentes, hay viejos rejuvenecidos; amas de casa que podrían escribir libros de Ecología; niños que recobraron su identidad cultural y su exacto lugar en el mundo.

Hace algunas semanas, al improvisar un discurso al pie del monumento a Artigas, el presidente uruguayo José Mujica dijo palabras que bien podríamos repetir aquí (porque las palabras, lo mismo que el río, pueden y deben servirnos a todos): “Tengo el derecho de gritar que en este mundo, derrotados son sólo aquellos que dejan de luchar”.

Eso, eso mismo, es lo que la gente de Gualeguaychú viene enseñando y aprendiendo, desde aquel jubiloso día en que decidió ponerse de pie.

http://www.argenpress.info/2010/04/pedagogia-y-aprendizaje-ambiental.html

jueves, 3 de diciembre de 2009

Desinformar: un grave delito impune

Oscar Taffetani  

(APe).- Como parte de la terrible campaña de acción psicológica que está desarrollando el complejo mediático policial argentino (en los Estados Unidos hay un complejo industrial militar, pero aquí el eufemismo es distinto), como parte de esa campaña, repetimos, los diarios y la TV han publicado por estos días la noticia de un asalto con los siguientes titulares: “Una niña asaltó un almacén en Villa Carlos Paz” (Canal 13); “Tiene 6 años y robó un almacén con su papá” (InfoBAE); “Tiene 6 años y ya robó” (El Día de La Plata); “Nena de 6 años robó almacén” (El Diario, de Carlos Paz), etcétera.

Alguna vez dijimos desde esta columna que la prensa amarilla y los medios sensacionalistas son capaces de sacrificar la verdad o lo poco de verdad que pueda contener una historia en aras del rating y de la venta de periódicos.

No es éste el caso. Aquí, cuando se criminaliza a una niña que no tiene uso de razón, ya no se trata de vender una mentira más a la población, sino de vender a quien puede pagar (el Gobierno Bonaerense, las Secretarías de Medios y de Inteligencia del Estado, algún lobby empresarial) una mentira que será inoculada sin aviso a la población, para preparar un escenario.

Este asunto no tiene que ver con la ley de medios nueva. Ni con la vieja. Las agencias, canales y diarios que hoy criminalizan a una niña de 6 años, pueden ser oficialistas u opositores. Sin embargo, participan por igual (y obtienen beneficios por igual) con la campaña.

Por eso no habrá ombudsman ni fiscal ni juez capaz de denunciar o de meter preso al supuesto periodista o al supuesto editor capaz de perpetrar, desde su torre almenada, con completa impunidad, esta clase de títulos en contra de la población (ya que afectan su estabilidad emocional), en contra de la democracia (ya que desvirtúan las instituciones) y en contra de la república (porque preparan el terreno para una violación consentida de la ley).


Indocumentados y/o inexistentes

La Presidenta de la Nación admitió en una conferencia de prensa, al anunciarse la llamada Asignación Universal para la infancia, que aunque se habían hecho importantes progresos en el registro y documentación de chicos argentinos “quedan 800.000 niños por identificar, y vamos a seguir trabajando para lograr el derecho a la identidad para todos... (Casa Rosada, 24/11/09)

En las últimas semanas, los medios audiovisuales del país saturan a la audiencia con la pesquisa sobre el paradero de la familia Pomar. Videos de cámaras de seguridad, mensajes de texto y llamadas desde celulares, entrevistas a familiares y amigos, multiplicación de las hipótesis y decenas de rastreadores despachados, cámara en mano, a cubrir las rutas bonaerenses, entre las localidades de José Mármol y Pergamino.

De modo que 800 mil niños sin identificar -dato oficial-, con decenas que aparecen y desaparecen todos los días (es decir, niños abusados, vendidos, secuestrados, esclavizados o asesinados por distinta clase de mafias) no son noticia. No ocuparán más de una línea en los despachos de las agencias. Ni dos segundos en la televisión. Ni un miserable centímetro en los diarios.

“Es que la familia Pomar vende; y la niñita de 6 años que asalta un comercio (instigando a su padre al robo, faltaría decir) también vende. Pero los otros, los que no figuran en los registros ¿a quien le interesan?” Ésa es la coartada que querrían tener tantos oficiales periodísticos, tantos redactores de policía, tantos mercenarios del primero y el cuarto poder, para disimular el grave delito que cometen a diario contra la información ciudadana.

Al comenzar esta nota, lo admitimos, nos proponíamos hablar de otra cosa. Íbamos a hablar de la pureza de la niña que con sólo seis añitos ayudó a su padre a robar. Otras niñas, a esa edad, juegan a las muñecas; o bien imitan a su mamá en las tareas del hogar. Ésta, en cambio... ésta en cambio... ¡ay!

Oscar Taffetani  
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=2986:desinformar-un-grave-delito-impune&catid=36:notas-en-el-home&Itemid=107



jueves, 22 de octubre de 2009

El pan, la rosa y las políticas de Estado

Oscar Taffetani

Un proverbio árabe (sospechoso de no ser ni árabe ni proverbio) dice que el hombre que tiene dos panes debe vender uno para comprar la rosa. Hay allí una expresión del sentido común. Un sentido común bastante avaro. Y egoísta. Y burgués. Ya que ve en la rosa (es decir, en la cultura) un bien suntuario; algo que uno puede permitirse sólo después de tener la panza llena. León Felipe le respondió a esa verdad egoísta del proverbio con una verdad poética, vale decir, con un profundo deseo: “¿Por qué ese panadero -escribió- no le pone una rosa de pan blanco a ese mendigo hambriento en la solapa?”. Entre el pan y la rosa, entonces, un panadero. Es decir, el trabajo humano, embelleciendo y dando sentido a las cosas.

Todo esto formaría parte de una amable conversación si no estuvieran de por medio el hambre real, la pobreza real y el sufrimiento real de nuestros hermanos. Porque cuando hay frío y desabrigo -escribiría Tejada Gómez- el viento no es ninguna canción en las ventanas. Y para un niño en la calle, la niebla (ah, la niebla) es un sapo del aire. Y las manos son dos fardos inútiles. Y el corazón, una mala palabra.

Si algún sentido tiene el contrato social -pensamos- es el poder rescatar al hombre del salvajismo y la barbarie. Si algún sentido tiene el Estado, es el de crear las condiciones para que todos podamos disfrutar a un tiempo, sin proverbios ni excusas, del pan y de la rosa.


Lo que presupone el Presupuesto

"Mientras se negociaba la ley de medios en el Senado -leemos en una nota del diario Crítica- el oficialismo repartió 11.500 millones de pesos en obras públicas que benefician especialmente a cinco provincias, tres de las cuales fueron importantes -Chubut, Tierra del Fuego y Jujuy- para la sanción de la norma que finalmente sancionó la Cámara alta el sábado 10 a la madrugada...”

Sin embargo, los últimos efectos de la repentina asignación y distribución de fondos, no habría que verlos sólo en ese parto -con forceps- de la ley de Medios, sino en un rudo disciplinamiento que le permitirá al Ejecutivo, en los tiempos que vienen, contar con el voto automático de muchos legisladores.

Diputados ya dio media sanción al proyecto de Presupuesto 2010 presentado por el ministro Amado Boudou y es de prever que en el Senado, votos más o votos menos, ocurra lo mismo, con lo cual la asignación y distribución de los recursos de la Nación quedará completamente definida antes de que cambie el balance de fuerzas en el Parlamento. Y si alguna deuda chica -así lo dice el tango- sin querer se les ha olvidado, entonces el Jefe de Gabinete, utilizando sus renovados superpoderes, reasignará los fondos o cambiará de destino las partidas.

Claro que hay algo que esta exitosa táctica del Gobierno no podrá evitar: la responsabilidad por el default y por las crisis de las economías provinciales, será cada vez más su responsabilidad.

¿Es ésa la previsión? ¿Tendremos un Estado bombero, presto a asistir sólo después de que se hayan declarado los incendios, para convertir el derecho en gracia y la coparticipación en dádiva? Si ésa es la previsión -seamos realistas- poco importa qué ley de Presupuesto se vote, y cómo la voten, y quiénes la voten.


Modesta utopía parlamentaria

El economista Rubén Lo Vuolo escribió en su libro Estrategia económica para la Argentina que “la actual situación del mercado laboral, distribución de ingresos y pobreza, vuelve recomendable cambiar dicha tradición (política de sostenimiento de ingresos vinculada con el empleo) y avanzar hacia un sistema institucional que se constituya como una red de sostenimiento de ingresos de las personas, que sea lo más incondicionada posible”.

Con ese fundamento fueron elaborados, a partir de la década pasada, distintos proyectos de Asignación universal por hijo, luego llevados a las cámaras por los legisladores del ARI, la Coalición Cívica y el Proyecto Sur, entre otros. Con ese fundamento, los Chicos del Pueblo y la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) impulsaron las marchas, las campañas y otras iniciativas orientadas a instalar en la conciencia y en el imaginario social la idea de que sólo una lucha frontal, que deponga intereses sectoriales, podrá detener el cotidiano y atroz crimen del hambre.

La creación de nuevas fuentes de trabajo y la generación de empleo genuino -se sabe- contribuyen en el mediano y largo plazo a revertir los índices de pobreza. Pero hay una prioridad acuciante, que es el hambre. Sin parar la masacre del hambre, no habrá mediano ni largo plazo para ninguna clase de proyecto. Sencillamente, no habrá futuro.

La Asignación Universal por hijo (también llamado Ingreso Ciudadano para la Niñez), propone acabar con la injusta discriminación de los niños según su procedencia o el nivel socioeconómico de sus padres.

Especialistas de distintas formaciones políticas coinciden en que los recursos necesarios para sostener dicha Asignación podrían ser generados por el Estado direccionando subsidios vigentes (Plan Trabajar, Plan Jefes y Jefas, Plan Familias, etcétera), modificando el Impuesto a las Ganancias y gravando como se debe (y hasta ahora no se ha hecho) la renta financiera.

Sin embargo, como se difundió esta semana, el Gobierno ha elaborado su propia “asignación universal”, de 135 pesos, destinada “a los hijos de los trabajadores informales”. No sólo la suma es irrisoria (pensemos que los pañales descartables de un mes, para un bebé, cuestan $180), sino que la universalidad se ha perdido por el camino, se facilita el manejo clientelar y se consolida, una vez más, la inequidad entre trabajadores formales, trabajadores informales y desocupados.

¿Es impensable -nos preguntamos- que la Asignación Universal por hijo, con valores de dignidad (no menos de $ 300, para el costo actual de la canasta familiar) sea apoyada con decisión y compromiso por todas las bancadas legislativas? ¿Es impensable que la eliminación del hambre y la extrema pobreza sean política de Estado?

Quien juzgue esta modesta utopía en términos de oficialismo u oposición; quien busque excusas para no debatir y no votar; quien mire hacia otro lado; quien se ausente sin aviso; quien se ausente con aviso, será partícipe necesario, concurrente, responsable, del imprescriptible crimen del hambre.

Su pan (es hora de volver a la poesía) no tendrá sabor a pan. Y habrá perdido para siempre la rosa. (APe).


Oscar Taffetani
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=2756:el-pan-la-rosa-y-las-politicas-de-estado&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106

Comentarios y FORO...

viernes, 16 de octubre de 2009

Ferrer y Korczak, sin efemérides

Oscar Taffetani

El 13 de octubre de 1909, hace cien años, fue fusilado en el castillo de Montjuic, Barcelona, Francisco Ferrer y Guardia, notable educador anarquista, creador de la Escuela Moderna y gran promotor de la organización sindical y política de la clase obrera.

En la Cataluña y la España de aquellos tiempos, fruto del concordato firmado por la Casa Real y la Santa Sede, la inscripción de un niño en los registros y su mismo derrotero como persona hasta la tumba (ya que no había cementerios civiles) estaba determinado por el origen social y la pertenencia religiosa.

No había edad mínima para trabajar. Niñas y niños del proletariado entraban a fábricas y talleres a cumplir con pesadas tareas y con largas jornadas, por un salario de hambre. La contracara eran los hijos de la burguesía y la nobleza (particularmente, los varones), quienes sí tenían oportunidad de crecer y desarrollarse, aún en medio del oscurantismo religioso, para ocupar los lugares que la burocracia o la jerarquía del Estado les tenían reservados.

Por eso el derecho a autoeducarse y el derecho a educar a los propios hijos -paradójicamente- fue una demanda histórica de las vanguardias obreras. Sensible al clamor, Ferrer y Guardia, hijo de las clases acomodadas que decidió poner su fortuna y talento al servicio de la emancipación social, se propuso aplicar un modelo de enseñanza distinto al imperante, inspirado en la Ecole de Cempuis que habían desarrollado con éxito, en Francia, Sébastien Faure y Paul Robin. Trabajo cooperativo, contacto con la naturaleza y una apertura al conocimiento racional del mundo, tal era la fórmula.

En apenas cinco años (1901-1906), la escuela fundada por Ferrer llegó a contar con más de mil alumnos, distribuidos en 34 centros educativos. Pero sus enemigos eran poderosos y tras un atentado anarquista en el que estuvo involucrado un discípulo de Ferrer, lograron que se decretara el cierre de todas las sedes de la Escuela Moderna, demonizando al fundador.

La historia siguió su camino y poco tiempo después, nacida como una huelga general para impedir el envío de jóvenes reservistas a combatir en las colonias del África, estalló lo que la prensa conservadora española (y luego la de todo el mundo) llamó Semana Trágica (para los obreros anarquistas, socialistas, republicanos y radicales, aquella fue la Revolución de Julio, o también la Semana Gloriosa).

Solidaridad Obrera, entidad que organizaba a unos 10.600 trabajadores de distintos rubros (vidrieros, ladrilleros, jornaleros, obreros textiles, maestros laicos, empleados de talleres metalúrgicos, pescadores y estibadores portuarios, entre otros) condujo la revuelta. Y aunque se respetó en todo momento la vida y la integridad de las personas, los activistas y agitadores dirigieron los ataques -en respuesta al cierre de las escuelas anarquistas- contra las instituciones religiosas. Se quemaron en aquellas jornadas 33 conventos, 33 escuelas confesionales y 20 iglesias. También fueron incinerados en las plazas distintos símbolos y fetiches del poder burgués: dinero, acciones de Bolsa y hasta joyas que guardaban los templos, los bancos y los edificios consistoriales.

Francisco Ferrer y Guardia no se hallaba en Barcelona por aquellos días. Sin embargo (era de prever) fue señalado como el “autor ideológico” de la insurrección y arrestado no bien las fuerzas armadas lograron retomar el control del territorio.

Allí en el Muntjuic (monte de los judíos, cementerio de los disidentes) fue fusilado Ferrer. Al mismo tiempo, se dispuso el cierre de un centenar de escuelas anarquistas que habían logrado sobrevivir.

Vivir y morir con dignidad

No terminará nunca Polonia de homenajear a Janusz Korczak como se merece. Lo mismo que Ferrer y Guardia, Korczak era hijo de una familia acomodada. Médico pediatra, podría haber desarrollado su profesión en contacto con sus pares y con los hijos de sus pares. Sin embargo, optó por los niños huérfanos y desamparados de Varsovia, por ésos que eran variable de ajuste durante las guerras y anexiones armadas; o que resultaban víctimas de la planificación económica en tiempos de paz.

Desde el orfanato de Kroshmalna 92, Janusz Korczak ejerció el menester de médico, pedagogo y padre, asumiendo un compromiso sin fronteras ni coartadas ni excusas. “Lo he visto bañarlos y limpiarles los zapatos”, relató un testigo. “Compartí sus tristezas, sus inquietudes y sus alegrías. Su dolor por los niños enfermos, cuando en punta de pie vigilando de noche a los afiebrados, arreglando las frazadas y almohadones desordenados, en el inquieto sueño, como un ángel guardián”.

Ofrecieron a Korczak, en distintas ocasiones, ponerse a salvo, salir de aquella Polonia trasegada por las guerras, fundar su orfanato en otra parte. Korczak no sólo rechazó los ofrecimientos, sino que se dedicó hasta último momento a preparar a sus chicos, en el ghetto de Varsovia, para la muerte inevitable. Les enseñó a ser dignos y humanos frente a la indignidad e inhumanidad de sus verdugos.

Joshua Perle, testigo del embarque hacia Treblinka del Dr. Korczak y sus niños, en 1942, describió la escena con palabras imborrables: “Había ocurrido un milagro, doscientos niños que no lloraban, doscientas almas puras condenadas a la muerte y no derramaban una lágrima. Ninguno trató de huir, ninguno trató de escapar. Tragando su dolor, se aferraban a su maestro y mentor, a su padre y hermano Janusz Korczak, quien los protegería. Janus Korckzak marchaba con la frente en alto, sosteniendo la mano de uno de sus niños. No llevaba sombrero. Tenía una correa de cuero alrededor de su cintura y calzaba botas altas. Los doscientos niños, meticulosa y prolijamente vestidos, seguían a las enfermeras hacia el altar (...). Por todos lados, esos niños estaban rodeados de alemanes, ucranianos y, en ese momento, también por la policía judía, que les lanzaban golpes con sus macanas o garrotes y les disparaban con armas de fuego. Las mismas piedras de la calle lloraban en silencio al ver aquella procesión".

Antes de subir a aquel tren de la muerte, un oficial de la SS reconoció a Korczak como el autor de uno de los libros favoritos de sus hijos, y le ofreció un pasaporte a zonas liberadas. El maestro Korczak, una vez más, dijo que no. Y subió al tren con sus niños. Hoy una hermosa escultura recuerda a Korczak y a sus niños en el cementerio de Powazki. Nadie sabe dónde quedaron esparcidos sus restos. Pero no importa.

Esta semana de octubre viene marcada por distintas conmemoraciones oficiales: el ex Día de la Raza; el Día Mundial de la Alimentación; el Día de la Lealtad justicialista; el Día de la Pediatría...

¿Es que alguna de esas efemérides nos servirá para recordar a Korczak? ¿O tal vez para evocar al maestro Ferrer? ¿Ninguna de ellas? Qué pena.


Oscar Taffetani
Jueves, 15 de Octubre de 2009 00:00
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=2727:ferrer-y-korczak-sin-efemerides&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106

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