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lunes, 28 de marzo de 2011

La guerra y las mujeres

Mariette Milot y Claude Lacaille


En junio de 2010, en la reunión del G8, Stephen Harper afirmaba que quería hacer aún más para mejorar la salud de las madres, de los recién nacidos y de los niños en los países en desarrollo. Este 19 de marzo en que se conmemora una Jornada Mundial contra la Guerra, es necesario recordarle al señor Harper sus propias contradicciones.

Canadá está entre los campeones mundiales en gastos militares, 23 mil millones de dólares para el presente año. ¿Tiene la menor idea el primer ministro de lo que la guerra significa para las mujeres y sus hijos? ¿Será mediante las armas que procurará ayudarlas?

Las guerras engendran inseguridad y violencia contra las mujeres. Las madres temen por sí y por sus hijas, ser violadas o de que le quiten sus hijos. Las mujeres tienen miedo de salir, de ir a trabajar, de buscar agua o leña y son a menudo víctimas de los disparos “amigos” o enemigos y de los kamikazes.

Millones de viudas ven degradarse sus vidas a causa de la pauperización, de la falta de trabajo, de la falta de acceso a la electricidad o al agua. Se calcula que solo en Irak dos o tres millones de mujeres se han convertido en jefes de familia cuando mataron, tomaron prisioneros o secuestraron a sus maridos. Y deben salir a ganar dinero para alimentar a su familia por todos los medios posibles.

Las mujeres ven a sus hijos muertos o mutilados por las bombas de racimo  o por las minas. Los chicos nacen en las casas sin cuidados prenatales y las tasas de mortalidad materno-infantiles aumentan. Las escuelas son bombardeadas, saqueadas, incendiadas; la educación de los niños se vuelve prácticamente imposible desde que no pueden pagar las cuotas escolares.Los cuidados de la salud son deficientes, las campañas de vacunación interrumpidas, los hospitales desbordados.

La violencia de la guerra se encarniza con las mujeres: pobreza, hambre, falta de cuidados, deterioro de los servicios, sin mencionar la violencia conyugal cuando el marido regresa del frente. Para el placer de los guerreros se abren burdeles, se viola, se asesina se explota a las mujeres. Las violaciones sistemáticas son moneda corriente.

Sin embargo, señor Harper, las mujeres no cesan de demostrar una fuerza y una resistencia extraordinaria para soportar estos horrores. Continúan dando vida y defendiéndola con vehemencia, a protegerla aún al precio de su propia salud. Deje por favor sus empresas bélicas y ponga verdaderamente nuestro dinero al servicio del desarrollo de los pueblos. Es lo que los hombres y mujeres canadienses esperamos de nuestro gobierno.

Mariette Milot, s.a.s.v. Claude Lacaille, p.m.é.

Traducción Susana Merino


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domingo, 13 de marzo de 2011

Evolucion o Revolucion

Susana Merino


Hace ya muchos años, cuarenta, cincuenta, sesenta, no sé tantos o más que   los que tengo que los grandes gurúes de la economía nos han venido prometiendo que la copa desbordaría y que todos seríamos felices y comeríamos perdices… ¿Cuántas generaciones han pasado “sobre” los puentes, esperando, confiando, creyendo que el prometido  crecimiento económico alcanzaría para que todos pudiéramos disfrutar de una vida digna? ¿Cuántas generaciones deberán aparecer y extinguirse todavía si seguimos alentando esa falacia?

Aunque la torta esté llegando a los límites de un crecimiento que le está imponiendo forzosamente la naturaleza, el afán por hacerla cada vez más grande lo ignora y nada tiene que ver, como dice el economista chileno Manfred Max-Neef(1), con la “justicia social” sino que lo que buscan empresarios, políticos y gobernantes  es “seguir manteniendo la misma proporción que les fuera otorgada por el sistema”  aunque tienda a evidenciarse cada vez más una reducción de la parte de la torta correspondiente a los más pobres.

Nada cambiará mientras no nos decidamos a comprender que la solución está en, cito nuevamente a Max-Neef  ”pasar de la mera explotación de la naturaleza y de los más pobres del mundo a una integración e interdependencia creativa y orgánica” de “un gigantismo destructivo a una pequeñez creativa”.

Existen ya muchos y variados síntomas  de que tanto la humanidad como la madre tierra están buscando un equilibrio largamente amenazado por la codicia, la sobreexplotación, el sometimiento de los más débiles y aunque algunas manifestaciones naturales como los terremotos, las erupciones volcánicas, los huracanes no sean producto directo de la intervención humana son voces de alerta que nos recuerdan que nuestra suficiencia, nuestra soberbia  son nada frente a la potencia oculta de la naturaleza y a su potencial hartazgo por el maltrato a que venimos sometiéndola desde hace varios siglos.

Cuando hace ya poco más de veinte años el Consenso de Washington estableció las reglas  aún vigentes con  que el neoliberalismo orientó e introdujo sus políticas en casi todo el mundo, no hubo la menor mención sobre las probables consecuencias que esas directivas acarrearían a la sociedad ni al planeta:

Disciplina fiscal, Reordenamiento de las prioridades del gasto público, Reforma Impositiva, Liberalización de los tipos de interés, Cambio competitivo. Liberalización del comercio internacional, Liberalización de la entrada de inversiones extranjeras directas, Privatización, Desregulación, Derechos de propiedad.

Este simple enunciado pone en evidencia que nadie recordó ya “el derrame de la copa”, que nadie mencionó que el objetivo fundamental, el crecimiento sostenido, redundaría en beneficio de los países y de las comunidades más pobres, algo inimaginable desde luego, por cuanto ese conjunto de directivas estaban orientadas a desregular el mercado laboral, a entregar la explotación de los recursos naturales de los países subdesarrollados  a las empresas transnacionales, a reducir los gastos de los estados en políticas sociales, poniéndolas bajo la instrumentación y el control de dos grandes organizaciones burocráticas supraestatales el F.M.I. y el Banco Mundial.

Y ya que el derrame de la copa de la riqueza no solo no se ha dado espontáneamente sino que por el contrario se han establecido condicionamientos para  que eso no suceda, pareciera que el mundo, el mundo sometido, el mundo marginado, la humanidad desplazada de su propio suelo ha decidido desde  hace ya más de una década, desde Seattle en 1999, para ponerle una fecha, tomar al toro por las astas y comenzar a desarrollar tareas de concientización, de movilización, de convocatorias, de análisis, de diagnóstico y de propuestas para poner en marcha una verdadera ¿evolución?, ¿revolución .

Para mí allí reside el problema. Ya nadie, salvo quienes empecinadamente ciegos pretenden conservar sus privilegios, puede negar la proximidad de grandes cambios que incluirán la moral, la ética, la política, la ecología, la economía… Sobre todo estas dos últimas tendrán que  recordar su raigal parentesco y marchar juntas nuevamente hacia un destino común para pasar como dice el teólogo brasileño Leonardo Boff de la era tecnozoica a la ecozoica,   “manteniendo los ritmos de la Tierra, produciendo y consumiendo dentro de sus límites y poniendo el principal interés en el bienestar humano y en el de toda la comunidad terrestre”.   Porque de mantener sus actuales desacuerdos estaríamos frente a esa temida catástrofe planetaria que predicen los más tremendistas.

Yo creo que la humanidad no tiene vocación suicida y que más temprano que tarde encontraremos los caminos que nos conduzcan hacia esa transformación que de alguna manera nos anticipa Edgar Morin cuando dice que “debemos llegar a una metamorfosis post histórica a una civilización planetaria cuya forma es imposible  prever”.

Las actuales insurrecciones populares de los países árabes, las todavía tímidas manifestaciones de estudiantes y de trabajadores en Wisconsin (EE.UU.), las incontables reacciones populares frente a la destrucción ecosistémica  que producen  los emprendimientos mineros  a cielo abierto en todos los países del área andina, desde Centro América hasta la Patagonia, las reacciones populares en la misma Europa frente a la desocupación y la reducción de los beneficios sociales, son todos síntomas, indicios, anticipos de una toma de conciencia que irá globalizándose gradual o aceleradamente. Pero que pareciera estar decididamente en marcha.

¿Evolución o revolución? Quisiera apostar por una evolución consciente y aceptada porque no todas las revoluciones terminan exitosamente o generan los cambios necesarios pero por sobre todas las cosas porque en las revoluciones la sangre la ponen siempre los más débiles, los más pobres, los más necesitados aquellos a quienes en primer lugar deberían alcanzar los cambios que soñamos.

Nota
(1)    Manfred Max-Neef “La economía descalza” edit.NORDAN, 1986

http://desdemimisma.blogspot.com/2011/03/evolucion-o-revolucion.html


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domingo, 30 de enero de 2011

La drogohipocresía

Susana Merino


El combate al narcotráfico, las guerras entre  narcotraficantes y las invasiones a países productores de plantas con contenidos alucinógenos con el pretexto de erradicarlas causan infinitamente muchas más muertes que las drogas mismas. Un drogadicto tendrá siempre la posibilidad de recuperarse, los muertos en combate no la tendrán jamás.

La noticia  de que se ha creado en Suiza una Comisión Global de Políticas sobre Drogas, integrada por varias personalidades europeas y latinoamericanas, uno de cuyos objetivos y tal vez el más importante es la despenalización de los usuarios parece ser un buen síntoma, algo así como la búsqueda de un antídoto que concluya con los más de cuarenta años de infructuosas luchas que solo han favorecido el desarrollo del comercio ilegal, puesto que según los miembros de dicha Comisión, los daños causados por la prohibición de las drogas en términos de corrupción, de violencia y de violación de los derechos humanos en muchos países supera con creces al provocado  por las drogas.

Siempre me he preguntado ¿cómo es posible que los EE.UU. con toda su maquinaria policial y militar, sus cuerpos de seguridad, su policía científica, su policía económica, sus sistemas de vigilancia, siga trasladando sus ofensivas a los países productores de insumos y no sea capaz de controlar la entrada de estupefacientes dentro de sus propias fronteras? y ¿cómo es que no resulta sospechoso que siendo uno de los más grandes consumidores del mundo sino el mayor, no logra detener las toneladas de drogas que seguramente ingresan diariamente al país y no precisamente  en “el bolsillo del caballero o en  la cartera de la dama” de los multitudinarios viajeros que transitan por sus aeropuertos?.

Aunque estos sí son controlados, me consta, en la más absurda e hipócrita demostración de control que pueda imaginarse. La explicación es muy simple y casi todo el mundo lo sabe pero falta coraje para ponerle el “cascabel al gato” Datos recientes dan fe de que solo en México el negocio de las drogas ilegales mueve 60 mil millones de dólares al año al que debe sumarse el de las armas contrabandeadas desde los EE.UU. para el sostenimiento de las guerras entre los patrones de la droga.

Por otra parte los saldos de muerte  contabilizados tan solo en la frontera norte de ese país, en el estado de Chihuahua, son escalofriantes. Solo en Ciudad Juárez se computaban 174 muertes en los 24 primeros días de este año, todas en el ámbito de las luchas entre los carteles de la droga.

En realidad todos los planes de lucha contra el narcotráfico ocultan no solo un inconmensurable negocio sino algo similar o más grave aún, un disfraz para la apropiación de los recursos naturales y el control de áreas estratégicas como la cuenca amazónica que trata de encubrir el Plan Colombia, inicialmente planteado con el objetivo de erradicar los cultivos ilícitos  pero cuyo carácter es inocultablemente militar como lo prueban las siete bases militares recientemente establecidas en el país.

Antonio Caballero un periodista y escritor colombiano exiliado en España por sus denuncias sobre  la presencia del narcotráfico en la vida social, militar, política, artística y religiosa de los colombianos, ha destacado siempre “lo ineficiente de la lucha en contra de las drogas, la doble moral de los países consumidores frente a los productores, la conveniencia de los primeros en mantener una guerra en contra de los narcotraficantes y la de la clase dirigente de los países productores al escudarse en este conflicto para mantener las desigualdades”.

Pero no solo en Colombia y en los países centroamericanos adonde se ha acrecentado la intervención yanqui con el mismo pretexto, sino también en el resto del Cono Sur, y especialmente en Perú y Bolivia, la intromisión de los EE.UU. en las políticas internas de los países, la firma de tratados de “cooperación” y de “asistencia” gira sobre el sensible tema del narcotráfico enarbolado siempre como un fantasmagórico enemigo de los pueblos que en realidad terminan siendo las víctimas propiciatorias de los mismos que se arrogan el derecho de combatirlo.

Los tentaculares alcances del imperio usamericano tampoco han perdonado a los productores asiáticos entre los que  Afganistán sigue siendo a pesar de los nueve o diez años de guerra el principal proveedor de opio y heroína del mundo. Provisión que no puede menos que contar, dada la extensión de los cultivos con el beneplácito y la interesada aquiescencia del invasor ya que curiosamente durante el régimen Talibán la producción de ambas  drogas  se había reducido considerablemente. Una información de la  Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), consigna que este año el área sembrada de adormidera o amapola ha aumentado en un 59%, habiendo totalizado 165 mil hectáreas contra 100 000  del año anterior.

 Es interesante señalar asimismo que para la producción de heroína y de morfina, otro opiáceo, se necesitan grandes cantidades de anhídrido de ácido acético que no se produce en Afganistán y del que el año pasado se importaron de China, India y Rusia, sin que se apercibieran las autoridades afganas, 10 mil toneladas de ese imprescindible precursor.

Xavier Caño Tamayo en un artículo titulado “La heroína como telón de fondo de la guerra de Afganistán” refería que “La elaboración y comercio ilegal de drogas, según la ONU, mueve cada año alrededor de 600.000 millones de dólares; una cantidad superior a la del comercio del petróleo, negocio boyante donde los haya”

Es decir que la plusvalía desproporcionada y corruptora que generan las drogas se acrecienta al estar prohibidas, haciendo disparar los precios  sin que se haya demostrado que ni la prohibición ni el incremento de precios contribuya  a la reducción de su consumo.

Como argumento bastante convincente, por otra parte, se menciona el fracaso de la Ley Seca en los EE.UU. que prohibía y castigaba la fabricación y la venta de bebidas alcohólicas y que tuvo que ser derogada en 1933 por su absoluta ineficacia y por haber generado  “una abrumadora corrupción, injusticia, hipocresía, creación de grandes cantidades de nuevos delincuentes y la fundación del crimen organizado".

Algo similar está pasando sin duda y lo que es más grave  a nivel mundial con el falso planteo de  como suele decirse “matar al mensajero” porque no otra cosa son los intermediarios, a menudo, los de menor envergadura que arriesgan sus propias vidas en luchas sin cuartel en las que raramente se hallan directamente involucrados los grandes ganadores.

Es evidente que los problemas pueden resolverse solo si previamente se analizan, se precisan en sus orígenes y se apunta a las raíces porque como en tantos otros como la criminalidad, la trata de personas, la corrupción es imposible desarraigarlas mientras no haya bases sólidas de desarrollo personal y condiciones de vida acordes con la irrenunciable dignidad humana. Todo lo demás será caldo de cultivo propicio para el crecimiento de la codicia, la ambición desmedida, el sometimiento de los más débiles, la manipulación de las voluntades, la destrucción en suma de los cimientos mismos de la sociedad.

Es hora de que abandonemos la droghipocresía o lo que es lo mismo  que dejemos de drogarnos con hipocresías!

http://desdemimisma.blogspot.com/2011/01/la-droghipocresia.html


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miércoles, 22 de diciembre de 2010

Falsos positivos y activos tóxicos

Susana Merino


No vaya a suponerse que voy a referirme a las trágicas consecuencias  del mendaz accionar del paramilitarismo colombiano ni a los alcances del manejo financiero de las hipotecas “subprime” igualmente basadas en la mendacidad.

Mis falsos positivos y mis activos tóxicos están relacionados  en cambio con los procesos de democratización y de renovación gubernamental (falsos positivos) norte y suramericanos  que con la decisiva influencia de los medios (activos tóxicos)  hemos aceptado entusiastamente los pueblos de gran parte de este continente, sin advertir la enmascarada falacia que ocultaban.

Un breve recorrido, a vuelo de pájaro, sobre  la historia de los últimos cincuenta o sesenta años puede aportarnos algunos argumentos capaces de respaldar mis reflexiones. Desde un poco antes de la mitad del siglo pasado tanto en Brasil con Getulio Vargas como en Argentina con Juan Perón, sus respectivos gobiernos marcaron cambios sociales en los que los trabajadores ocuparon por primera vez el centro de los escenarios políticos nacionales. A estos liderazgos se sumo luego Salvador Allende  que encendió la tea de la “vía chilena al socialismo”  mucho más de lo que el leviatán neoliberal estaba dispuesto a digerir. Vargas y Allende se suicidaron, Perón prefirió el exilio y regresó al país 18 años más tarde con una gloria efímera rápidamente opacada por intereses espurios.

Nunca ni siquiera en los momentos de mayor apoyo y fervor popular hacia esos nuevos caminos de recuperación de la dignidad humana, de la equidad y de la justicia social, dejo el “establishment” de tramar solapadamente y desde bambalinas la recuperación desembozada de su supremacía.

Fue así que ensayó primero los cruentos golpes militares que desangraron a toda una generación: Brasil 1964/85, Chile 1973/90, Uruguay 1973/85  y Argentina  1976/82, por citar solo  a los principales países del cono sur de nuestra América. Hasta que comprendieron que podían utilizar métodos menos sanguinarios y sobre todo más cautelosos, menos directos y con mayor capacidad de generar una más explícita adhesión popular. Y fue así como a poco nos convencieron de que había llegado la hora de las democracias, que finalmente los pueblos serían dueños de sus destinos, que los gobernantes surgidos de la votación popular cumplirían con sus compromisos electorales y la constitución y que la paz y la prosperidad florecerían en todo el territorio americano. Que tendríamos democracias preferentemente bipartidistas  como la que los mismos usamericanos habían sabido construir, gloriosamente en su propio país. Es claro que sin mencionar la discriminación racial, el desprecio por los inmigrantes, sus casi 40 millones de pobres… Todo parecía indicar que estábamos entrando de una vez y para siempre al envidiado territorio primermundista. Pero “Helàs!” parece que no fue más que un espejismo. Los hilos del “establishment” siguieron moviendo sigilosamente las marionetas democráticas que tan hábilmente nos habían vendido: en nuestro país se privatizaron los servicios, la salud, la educación y hasta se vendieron las joyas de la abuela y con ellas nuestros alicaídos sueños de soberanía y de autodeterminación a los que tanto contribuyeron los mediáticos “activos tóxicos” que siguieron haciéndonos creer que habíamos logrado acceder de ese modo a la envidiada “ american way of life”, al paraíso del consumismo, de la competencia, del individualismo , del “fast food”, de los “shoppings”, de los “reality shows”… Y la democracia fue solo una pantalla hábilmente  iluminada para encandilar a la gente.

Pero aún quedaba algo más en la caja de Pandora de la inagotable creatividad  del poder, del verdadero poder, del poder económico capaz de percibir rápidamente  los más leves síntomas de disconformismo y de generar  los paliativos, los necesarios “falsos positivos”  que le permitan continuar sin sobresaltos por el sendero de su voracidad y de su codicia.

¿Qué más podría desear el imaginario colectivo que fuese capaz de encender nuevas expectativas, nuevo entusiasmo, nuevas sumisiones? Y fue relativamente fácil encontrar algo novedoso y no solo una sino varias alternativas  diferentes… ¿Qué tal una presidente mujer, otro obrero, otro indígena, un obispo presidente, otro guerrillero…? Un espectro alucinante … Y que tal si también diéramos   el ejemplo en la sede de nuestros negocios en nuestro propio país  ¡Qué golpe más convincente! ¿Quién se resistiría a no creer en nuestras mejores intenciones? Pues allá va un presidente negro, con un leve tinte musulmán, que haría sonreir de satisfacción al mismísimo Martin Luther King, y que aunque despierte algunos resquemores entre  los WASP (White, anglo-saxons and protestants)  sabremos como disipar en poco tiempo.

Es claro que, como es de esperar, algunos serán más permeables y otros menos,  pero es casi seguro que casi ninguno logrará sacarse  el sayo de nuestra presencia. Pongamos por caso pese a la creación de  la UNASUR, es en el núcleo duro de las finanzas de esa unión en donde parece más difícil (no los dejaremos) lograr consensos. Hasta ahora, por ejemplo, según cuenta el politólogo belga Eric Toussaint el proyecto del Banco del  Sur no ha logrado ponerse en funcionamiento pese a que su creación le permitiría a la región prescindir del financiamiento del BID-FMI, disponer de un fondo especial para defenderse de eventuales ataques especulativos o crear una moneda única, aunque ya bautizada como SUCRE. ¿Quién sino el establishement económico puede seguir manteniendo la hegemonía y el dominio mundial y no solo a través de las armas o tal vez mejor aún sin siquiera necesitar de las armas? Quién puede olvidar la famosa frase de Bill Clinton que se popularizó durante su campaña presidencial: “¡Es la economía, estúpido!”

Aunque en algunos aspectos el imperialismo pareciera declinar es muy probable que todavía veamos correr mucha agua bajo los puentes antes de que se hagan realidad  nuestros sueños de independencia y que esa economía deje de estar al servicio de unos pocos y se convierta en el verdadero  y compartido sostén de toda la humanidad.

http://desdemimisma.blogspot.com/2010/09/falsos-positivos-y-activos-toxicox.html

 

jueves, 16 de diciembre de 2010

Matar al paciente para derrotar al cáncer

Susana Merino


No otra cosa es lo que está intentando la embestida, del conjunto de fuerzas, policiales y militares brasileñas,  al complejo “El Alemán” que comprende 16 favelas, esos compactos conglomerados de casuchas miserables apiñadas en los  morros de un paisaje deslumbrante, adonde penosamente sobrevive una parte importante de la sociedad carioca.

Según algunos cálculos, no sé si existen datos precisos, son cerca de mil las favelas que según la definición del Plan Maestro de la Ciudad de Río de Janeiro, de 1992,  son áreas predominantemente habitacionales, caracterizadas por la ocupación de la tierra por población de bajos ingresos, sin  infraestructura urbana y de servicios públicos, vías estrechas y sin alineación, lotes de forma y tamaño irregular y construcciones edificadas casi exclusivamente por autoconstrucción con materiales de desecho y sin el menor respaldo legal.

Esta situación que comenzó a conformarse a fines del siglo XIX y comienzos del XX, hace ya por consiguiente más de un siglo, ha venido creciendo desde entonces desordenada y caóticamente hasta llegar a albergar alrededor de medio millón de personas (480.429 habitantes según el Censo del año 2000) que no cuentan con los servicios básicos pero que sí han visto construir en cambio en una de ellas, de acuerdo con los “modernos” métodos de exclusión, un muro de 650 m de longitud para aislarlas del área urbana “legal”.

Algunas de estas favelas se fueron convirtiendo con el tiempo en refugio seguro para la delincuencia y el narcotráfico, sometiendo al resto de la población del área a una convivencia y a una forzada aceptación agudizadas por las crecientes condiciones de pobreza, de falta de trabajo y de marginación de las últimas décadas. Un refugio respaldado por negocios millonarios que durante años han aceitado los resortes del poder y que ha estallado ahora en una “guerra” que el mismo presidente Lula ha aceptado como tal movilizando una inusitada infraestructura militar destinada a atacar a unos calculados 200 narcotraficantes enquistados en una población de cerca de 70 mil habitantes quienes  son los que finalmente acusarán el mayor impacto y aportarán como siempre la mayor cantidad de víctimas y de  pérdidas materiales.

Una destacada dirigente de la justicia paulista, la secretaria del Consejo Ejecutivo de la Asociación de Jueces para la Democracia (AJD) doctora Kenarik Boujikiab Felippe ha puesto el dedo en la llaga definiendo la respuesta  que dieron las fuerzas de seguridad y la onda de violencia en Río de Janeiro, como “un verdadero engaño” y agregando que “lo que se ve es el encarcelamiento de los pequeños. Para lograr un verdadero efecto es preciso combatir a los de arriba. Los de abajo son sustituibles” afirma señalando que “la punta de la pirámide” es el empresario que gana mucho dinero con el tráfico. “Ese es intocable”

Algo parecido aunque en pequeñísima escala  pero conceptualmente similar a lo que ha pasado recientemente con la comunidad Quom de Formosa, a la que se ha castigado por no someterse a la codicia de terceros enancados en el poder, recurriendo a la represión policial institucional y castigando a los más débiles en lugar de juzgar  y condenar a los responsables del problema.

Si fuésemos más afectos a los viejos refranes y no menospreciáramos la sabiduría popular deberíamos recordar ahora aquello de que “cuando las barbas del vecino ves afeitar…” para ir tomando conciencia de que también entre nosotros está creciendo solapada y silenciosamente una hydra de tantas cabezas como villas de emergencia proliferan en la región y cuya hiel letal no es otra que el reiteradamente denunciado “paco” que tan mortalmente viene atacando y dando muerte a los más desprotegidos pero que tan poca atención merece de los responsables de la seguridad y del bienestar de los ciudadanos.


Más de una vez el grupo de sacerdotes de la Opción por los Pobres ha denunciado que así como el Mal de Chagas es una ventana que exhibe la pobreza del interior de nuestro país, el paco denuncia la miseria de las grandes periferias urbanas y habría que agregar el del riesgo ya instalado de que esos ámbitos se conviertan en inexpugnable refugio de quienes lucran con el dolor y la vida de sus semejantes  porque como dice el P. Pepe di Paola “el paco es el nuevo rostro de la exclusión, pero más sangriento” Tampoco puedo dejar de citar otra de sus conclusiones: “Si la comunidad entera no asume su responsabilidad, esto va a resultar demasiado caro” porque creo que solo a partir de la concientización civil, podríamos alentar por lo menos la vaga esperanza de que el poder político asuma sus responsabilidades y arbitre los medios para que esas olvidadas y denigradas comunidades marginales adquieran un status urbano digno  en el que sea definitivamente innecesario recurrir a la represión y a la violencia para extirpar los males que en las condiciones actuales seguirán prosperando en su seno.

Un status al que se accede desde muchos y muy diferentes rumbos comenzando por el de cumplir con uno de los principios básicos que establece el artículo 14bis de nuestra Constitución nacional  el acceso a una vivienda digna, lo que no solo implica cuatro paredes y  un techo sino también, agua potable, energía, cloacas, etc. pero también la necesaria inclusión de otros servicios como educación, salud, transportes y  generación de fuentes de trabajo que respalden el mantenimiento de las personas y de las familias. Condiciones todas que no por reiteradamente reclamadas  están siendo siquiera medianamente atendidas hasta que un día fruto de ese postergado y nunca asumido compromiso social se las haga estallar por los aires, como está sucediendo con las favelas de Río  convirtiéndonos en testigos y responsables de un horror previsible y largamente anunciado.

Hace pocos días el periódico Jornal do Brasil publicaba un reportaje, hecho en la cárcel, a uno de los jefes narcos más importantes de San Pablo, apellidado Marcola y vale la pena mencionar algunas de sus declaraciones porque ponen de relieve la fatuidad de un personaje cuyo enorme poder lo hace sentir (y tal vez lo sea) dueño de la situación: “yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía… ¿Qué hicieron? Nada” 

¿Usted cree que quien tiene 40 millones de dólares como Beira Mar no manda? Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, un escritorio… Cuál es la policía que va a quemar esa mina de oro, ¿entiende? Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si el funcionario vacila, es despedido y "colocado en el microondas".

Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos. Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes, en tierra extraña. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien armados. Ustedes tienen calibre 38. Nosotros estamos en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron en "super stars" del crimen.  Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros somos ayudados por la población de las villas miseria, por miedo o por amor. Ustedes son odiados. Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras armas y productos vienen de afuera, somos "globales". Nosotros no nos olvidamos de ustedes, son nuestros "clientes". Ustedes nos olvidan cuando pasa el susto de la violencia que provocamos.

Esto y mucho más en un tono temible pero que es el mismo que seguramente usan los que asolan los estados de México lindantes con  los EEUU y que ha desmadrado totalmente la relación gobierno-delincuencia en aquel país.

No se elimina el cáncer destruyendo sus madrigueras porque mientras existan células madre enquistadas en el poder y se sigan manteniendo y desarrollando caldos de cultivo aptos para su reproducción se producirán metástasis y recidivas cada vez más difíciles de combatir. Pongamos las barbas en remojo…

http://desdemimisma.blogspot.com/2010/12/matar-al-paciente-para-derrotar-al.html


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sábado, 20 de noviembre de 2010

Mariano y Ezequiel hermanados por la violencia

Susana Merino


Hace algunos días me refería a la agudización de la violencia estableciendo una clara diferenciación entre la violencia “violenta” rápida, contundente y la violencia silenciosa, solapada, casi oculta que no se manifiesta de golpe ni cobra a sus víctimas ipso facto sino que las somete a un largo, a veces doloroso proceso que incluye siempre el mismo predecible final.

La primera suele ser ampliamente difundida y aunque sus causas sean analíticamente controvertidas y de corolario incierto, son sin embargo tema reconocidamente justiciable. La segunda pasa siempre más desapercibida y aunque genera más víctimas, es menos visible y salvo en muy contados casos no alcanza  a  golpear con tanta fuerza a la opinión pública ni a llegar a los estrados judiciales. Son desde luego los medios, la prensa, la televisión, la radio los que destacan en algún caso e ignoran en otros las razones y las causas que desencadenan unas u otras muertes. Todo depende de la espectacularidad del  suceso o de quién o quienes estén involucrados como actores, claramente responsables en algunas ocasiones y aparentemente pasivos, casi distraídos en las otras.

No he podido dejar de observar la rara coincidencia de que los últimos dos casos de violencia manifiesta, paradigmas ambos de lo anteriormente señalado llevan un mismo apellido: Ferreyra. No existe entre ellos ningún parentesco aparente y sin embargo ambos, Mariano y Ezequiel se han convertido en un breve lapso en dos símbolos  hermanados por la sevicia inmoral de las ansias de poder y de dinero

Mariano Ferreyra era un joven de 23 años, trabajador, estudiante del CBC, comprometido en la lucha política y pese a su  juventud y a la mala prensa que la juventud algo marginal, suele tener  en estos tiempos, interesado en las artes, el teatro, el cine, la música. Es decir con un proyecto de vida promisorio que según los testimonios fue cercenado por el accionar de las llamadas patotas sindicales ante la inoperancia o la connivencia policial. Un tipo de enfrentamiento que se generó por el imprevisto ataque de un grupo minoritario a una manifestación sindical en el marco de una pelea inter gremial. Lo que además   sorprende, es el grado de creciente violencia  que implica el uso de armas de fuego en estos hechos,  cuyos mentores ideológicos no se encontraban seguramente presentes entre los ocasionales contendientes ni habrían sido tampoco inspirados  por la altruista defensa de los intereses laborales de los grupos en pugna

Ezequiel Ferreyra en cambio fue una víctima menos comprometida con ideales personales o intereses políticos. Tenía tan solo 7 añitos. Había llegado hacía cuatro años desde Misiones con sus papás y sus hermanos, arrastrados por la necesidad y la miseria, en perentoria búsqueda de mínimas condiciones de supervivencia. Y desde entonces fue esclavizado junto a su familia, en una de las más importantes granjas avícolas exportadoras del país. Allí tuvo que manipular, todos los días de su corta vida, guano, sangre y productos químicos, venenosos y cancerígenos que le generaron un tumor cerebral al que, pese a la cirugía, no pudo sobrevivir.

Como era de prever, la empresa, trató de ocultar las evidencias, amenazando a los padres y obligándoles a silenciar la situación, tratando, luego del deceso, de ocultar, el cuerpo del pequeño  con la intención de cremarlo y eliminar la posibilidad de que se llegara a corroborar el origen de su muerte mediante  delatoras pericias judiciales.

No es esa la única empresa que ha sido denunciada y en muchos casos reiteradamente por explotar el trabajo infantil, por “importar” familias del interior y someterlas a condiciones de esclavitud y exponerlas a la manipulación de agroquímicos reconocidamente cancerígenos. La Fundación “La alameda” y la Unión de Trabajadores Costureros (UTC)  por su parte también han denunciado la comprometida violencia laboral y los regímenes de semi esclavitud a que son sometidos los trabajadores de no menos de 80 empresas de confección textil del país (cuyos nombres figuran en su sitio web: www.laalameda.wordpress.com y sugerimos conocerlos)

Sin embargo tanto el trabajo rural en el que  no solo niños sino también adultos son condenados a trabajar con agroquímicos  y toda clase de pesticidas sin la debida precauciones como los talleres urbanos de trabajo textil  en que las condiciones horarias, ambientales e higiénicas carecen del mínimo control son  rémoras de un pasado que la mayoría de la gente ignora o cree superado. Donde quiera que la pobreza, las condiciones sociales y la credulidad de la gente puedan ser explotadas sigue existiendo la esclavitud. Kevin Bales, autor del libro “La nueva esclavitud en la economía global” estima que aún existen no menos de 27 millones de esclavos en el mundo, muchos de los cuales han sido vendidos contra su voluntad o son retenidos con amenazas o riesgos de muerte.

Muchos de nosotros creemos que son situaciones que nos exceden y contra las que nada podemos hacer. Pero no es así, cada una de las personas a cuyo conocimiento llegan estas denuncias, debería como mínimo comprometerse a no comprar los productos, alimentos, ropa, zapatos, etc que proceden de  empresas que han sido pública y judicialmente denunciadas. Pero además empeñarse en  ser un portavoz de esas denuncias de modo que su difusión vaya generando gradualmente un control ciudadano que contribuya a mejorar las condiciones de trabajo de otros seres humanos y por las que muchos de ellos son condenados a padecer graves enfermedades y muertes prematuras.

Y aunque parezca una crudelísima verdad, también cada uno de nosotros es responsable, por acción u omisión de las condiciones de vida de los demás y solo lograremos erradicar la violencia cuando seamos capaces de actuar cotidianamente de acuerdo con las más elementales normas de justicia y de humana consideración para con nuestros semejantes.

http://desdemimisma.blogspot.com/2010/11/mariano-y-ezequiel-ferreyra-hermanados.html

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domingo, 24 de octubre de 2010

Femicidios, realidades y tabúes

Susana Merino


No hay duda de que existe una taxativa diferencia entre, por ejemplo, la lapidación de mujeres en algunos países islámicos y la frecuente tortura y muerte de mujeres en Ciudad Juárez (México).

La primera está insólitamente amparada por la ley o por el estado mientras que las segundas parecieran estar protegidas más bien  por el silencio cómplice de las autoridades civiles y policiales de la región.

Sin embargo en el primer caso, imagen mediante, nos sentimos horrorizados por la incalificable crueldad de un castigo que conduce a la muerte y en el otro la fría mención de las cifras aunque el número de mujeres asesinadas sea considerablemente  mayor en la frontera del norte mexicano nos deja tal vez asombrados pero casi indiferentes.

Pareciera que  la reiteración de tan incalificable fenómeno le otorgara a sus autores una especie de “patente de corso”  para el crimen y pareciera también que al entrar en las estadísticas el horror dejara de golpear en la conciencia de la gente. Un asesinato, una muerte próxima, una víctima identificada nos conmueven pero los crímenes masivos no dejan huella y hasta en situaciones bélicas llegan a ser cínicamente calificados y aceptados como “daños colaterales”

Frente a la condena por lapidación de la iraní Sakineh Ashtianí, y de la nigeriana Amina Lawal la sociedad se movilizó  y centenares de miles de personas en todo el mundo firmaron cartas en las que pedían,  en ambos casos, y consiguieron la anulación del castigo. Un castigo que no está ciertamente ni aprobado ni establecido por el Corán sino que tiene su origen en la tradición judeo-islámica  y puede aplicarse también, llegado el caso a los varones. Este tipo de  movilizaciones aparentemente teñidas sin embargo de cierto tufillo  islamofóbo  no encuentran lamentablemente correlato para las múltiples denuncias mexicanas que afectan a un número creciente de mujeres de entre 14 y 25 años.

En Ciudad Juárez al borde de la frontera mexico-usamericana según organizaciones no gubernamentales  se han producido más de 350 asesinatos de mujeres y alrededor de 400 desapariciones en la última década que las autoridades por incompetencia o amedrentadas suelen calificar como fruto de la violencia doméstica.

Sin embargo según las investigaciones llevadas a cabo por Amnesty Internacional muchos de los crímenes tienen sus raíces en la discriminación aunque también se manejan otras hipótesis relacionadas con el narcotráfico, la trata, el tráfico de órganos y las películas  snuff  un género también conocido como white heat o the real thing,  en las que se tortura, viola y asesina con el único objetivo de registrar esos hechos con algún medio audiovisual y comercializarlos luego a valores incalculables. Sobre esta última suposición no se han hallado constancias que puedan acreditarla aunque no parece tan disparatado  pensar que en nuestra enferma sociedad, no haya individuos  que disfruten  - intelectual o comercialmente - con este tipo de producciones.

Algunos analistas sostienen  también que podría tratarse de macabros rituales celebrados con el objeto de establecer la cohesión entre los miembros de grupos mafiosos y sellar la pertenencia al grupo, por parte de los asesinos, con pactos de sangre.

Según la investigadora Rita Laura Segato, “los feminicidios de Ciudad Juárez no son crímenes comunes de género sino crímenes corporativos y, más específicamente, son crímenes de segundo Estado (…) que administra los recursos, derechos y deberes propios de un Estado paralelo, establecido firmemente en la región y con tentáculos en las cabeceras del país”.

Pero lo más alarmante es que esta lacra ha llegado también al llamado “triángulo de la violencia” Guatemala, El Salvador y Honduras, según la descripción acuñada por Naciones Unidas, que ha alcanzado las más altas tasas de femicidios de la región ya no relacionadas con los conflictos armados, que asolaron  a esos países en un no muy lejano pasado. Y podría continuar extendiéndose.

Y si seguimos descendiendo hacia el sur vamos a encontrar que tampoco nuestro país se halla exento de un desmedido incremento de las consecuencias que hasta ahora parecieran limitarse a casos aislados pero cada vez más frecuentes de lo que aquí también se califica como producto de la violencia familiar. Las muertes de mujeres quemadas con alcohol o con bencina en “accidentes domésticos”  que curiosamente no suceden en soledad sino ante la (¿impotente?) presencia del marido o compañero, han venido aumentando desde un primer suceso en el que la justicia determinó la imposibilidad de probar la culpabilidad del testigo presencial (en este como en casi todos los casos, el marido)  por suceder en el ámbito privado y ser muy difícil establecer si realmente el hecho es atribuible a  un accidente o a  un asesinato.

Toda esta manifiesta agresividad masculina hacia la mujer no es una consecuencia más de las condiciones de vida contemporánea a las que solemos atribuir los males que nos circundan sino que pareciera arraigar en el más profundo primitivismo humano. Desde el principio de los tiempos privilegiar la muerte  ha sido un denominador común de muchas culturas, no de otro modo se entiende la exaltación del héroe, del guerrero, del combatiente encarnando siempre los valores del arrojo, de la audacia, de la valentía, de la virilidad, del coraje, de la intrepidez en función de ¿qué? pues tan solo de la muerte, una función reservada a los hombres de la tribu, del estado, del imperio…  en la que solo mitológicamente  participaron alguna vez las mujeres o sus equivalentes las nórdicas walkirias o las amazonas griegas, compartiendo, en su condición de diosas, los campos de batalla.

Mientras que la función de dar vida  que solo le ha sido conferida a la mujer fue secularmente  subestimada y confinada al  rutinario ámbito doméstico y su importancia  diluida hasta casi desaparecer entre las pedestres tareas  cotidianas,  de las ollas y las sartenes, los  biberones y los cuadernos escolares, producto de  una cultura ciertamente elaborada  por solo media humanidad.  Media humanidad que necesitó construir un imaginario de fuerza, de vigor, de invencibilidad para disimular tal vez  la frustrante sensación de esterilidad y de impotencia que debió  provocarle al hombre, desde siempre, el misterio de la preñez y del alumbramiento en la  mujer, junto a la menoscabante convicción de que  es algo  a lo que  a pesar de su fuerza y de su ingenio jamás podría acceder.

Todo esto parece tener en realidad raíces tan profundas que no solo en nuestra civilización judeo-cristiana encontramos evidencias ciertas y reiteradas de subestimación, de sometimiento, de menosprecio como reacción al  temor que genera la mujer al parecer dotada de “poderes” que escapan completamente al arbitrio de los hombres. Los estudios de antropología han demostrado que es habitual en todas las culturas que los hombres experimenten cierto  sentimiento de inferioridad, frente a la capacidad procreadora de la mujer, sentimiento que tienden a revertir  asumiendo para con ella conductas prepotentes teñidas de menosprecio y humillación. Un temor que también debe haber jugado un importante papel en el ajusticiamiento y condena de las brujas medievales.

Importantes y minuciosos estudios realizados en los códices mayas y aztecas ponen igualmente de relieve que  “El hombre, en su función de genitor, brilla por su ausencia. Si el nacimiento por partenogénesis de dioses tan importantes como Quetzalcóatl y Huitzilopochtli no deja de reforzar la importancia de la figura materna puede suscitar también angustias e inquietudes en el seno de una población masculina incapaz de legitimar ahora la primacía del falo y, por lo tanto, de su poder”.

Dice la antropóloga francesa  Françoise Héritier que “no es el sexo sino la fecundidad lo que representa la verdadera diferencia entre lo masculino y lo femenino” y  agrega Nicolas Balutet  “que, en la sociedad azteca, la fecundidad estaba en la base de las angustias del hombre. El rechazo a las mujeres que expresan las creencias y las supersticiones va más allá que el tabú relacionado con los fluidos de las menstruas y del parto.” (La puesta en escena del miedo a la mujer fálica durante las fiestas aztecas” - Contribuciones desde Coatepec, UNAM, México).

  De modo que para terminar, pese a los grandes avances logrados por las mujeres en materia de igualdad de derechos en las sociedades contemporáneas es evidente que nos queda aún un largo camino por recorrer para superar y remover tabúes, usos y costumbres, que no por atávicos y ancestrales estamos condenadas a soportar eternamente. Ellos y nosotras debemos encontrar, en cambio el modo de integrar nuestras disímiles  capacidades, de construir una relación hombre-mujer basada en el reconocimiento y la aceptación de nuestras diferencias, capaz de ahuyentar los fantasmas de ese pasado que ha generado y sigue generando tanto dolor y para poder entonar juntos un canto a la vida que es el prodigio más maravilloso con que Dios o la Creación nos han honrado. 

http://desdemimisma.blogspot.com/2010/09/femicidios-realidades-y-tabues.html


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viernes, 18 de junio de 2010

Guerra cibernética

Enrico Piovesana

Las asociaciones usamericanas por  los derechos civiles y la defensa  de la libertad de los ciudadanos se hallan seriamente preocupadas por el riesgo de militarización de las redes informáticas nacionales.

Disparó la alama la decisión de la administración Obama de transformar la conocida Oficina para la seguridad nacional (Nsa) – el Gran Hermano que espía todas las actividades y las comunicaciones electrónicas de la población de los EEUU – en un comando militar interfuerzas enteramente dedicado a la guerra cibernética.

El viernes pasado, el secretario de Defensa Robert Gates, designó al director de la Nsa, general Keith Alexander, a cargo del  recién nacido Ciber Comando, que comenzará a operar en octubre en Fort Meade, Maryland (en la misma sede de la Nsa) y coordinará a cerca de 90 mil “soldados digitales” pertenecientes a cuatro nuevos comandos cibernéticos recientemente creados en las diferentes armas (ejército, marina, aeronáutica y marines*).

El objetivo del Ciber Comando explica el Pentágono será el otorgar a los Estados Unidos una capacidad de combate, ofensivo y defensivo, no solo en el plano terrestre, aéreo y marítimo, sino también en el nuevo y aún más estratégico tereno de las redes informáticas y del “ciberespacio”

En concreto, los hombres del general Alexander deberán defender los sistemas informáticos nacionales del ataque de los “hackers” y cando fuere necesario conducir “operaciones militares de amplio espectro” para prohibir a los adversarios la “libertad de acción en el ciberespacio”.

Para los defensores delas libertades civiles. Los “adversarios” contra los que podrá actuar un aparato militar de estas características no serán solo los piratas informáticos chinos o de otras nacionalidades sino los mismos ciudadanos usamericanos, que ya son víctimas del espionaje informático de la Nsa y de otros inquietantes programas de vigilancia activados luego del 11 de setiembre de 2001 como ser  el Information Awareness Office (un proyecto antiterrorista del Pentágono oficialmente desactivado en el 2003, pero continuado por la misma Nsa).

Respaldan estos temores por otra parte, la anunciada colaboración entre el Ciber Comando y el Departamento de Seguridad Interna confirmada por el mismo vicesecretario de Defensa William Lynn III.

Los temores por una posible violación de la privacidad de los ciudadanos por parte del nuevo comando son igualmente compartidos en los ambientes políticos e institucionales de Washington tanto es así que el pasado 15 de abril la Comisión sobre las Fuerzas Armadas del Senado usamericano llamó al general Keith Alexander a testimoniar exactamente sobre estos riesgos. Él garantizó en dicha oportunidad, que las leyes y los derechos de los ciudadanos serán respetados, pero su declaración  no convenció al presidente de la Comisión, el senador Carl Levin quién expresó tener serias dudas sobre los marcos legales, tanto nacionales como internacionales, en que operará el Ciber Comando.

Según varios comentaristas y expertos informáticos, como por ejemplo Evgeny Morosov, el énfasis y la alarma de la administración Obama con relación a la amenaza informática a la seguridad nacional usamericana procedente de redes terroristas o de países no amigos ha sido voluntariamente exagerada para justificar la creación de nuevas estructuras de seguridad cuyo objetivo es en realidad aumentar el control y la vigilancia de la población, sobre todo en los ámbitos más “libres” como las redes internet – redes que por otra parte, en los mismos documentos estratégicos del Pentágono es considerada  como algo  “a combatir como si fuese un sistema armado enemigo”

http://it.peacereporter.net/articolo/22080/Cyber+guerra

Traducción Susana Merino
N. de T.
*El cuerpo de Marines de los EEUU (USMC) es una rama de la fuerzas armadas usamericanas responsable de proveer  rápida movilidad en el mar para la actuación de  las Fuerzas armadas de tareas combinadas.


sábado, 30 de enero de 2010

A Carlos Juliá, en la muerte de Miguel Ramondetti


Susana Merino

Déjala ser
y recorrer tu rostro sin pudores
porque el dolor
que estalla en una lágrima
fecunda de emoción y de sentido
el gris acontecer de las palabras

Déjala ser
y aunque tu voz se quiebre en el camino
impúlsala a cumplir celosamente
su vocación de cumbre y de hondonada
y su invisible anhelo de ayudarte
a desnudar sin pena tus recuerdos
y a convocar con fraternal acento
el eco de tu duelo por el amigo muerto.

Déjala ser
y escucha los silencios
de un tiempo que ya fue
y que sostiene
tu convicción segura de un reencuentro
en el alba promisoria de un mañana
tejido sin sosiego ni desmayos
con las hebras de tu hacer y su memoria    

(*) Susana Merino, arquitecta, es editora de “El Grano de Arena” de ATTAC. Ver PreNot 8659 del 100112 y PreNot 8673 del 100120

Nota. Miguel Ramondetti, que motiva la poesía de Susana Merino,  fue uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes para el tercer Mundo, en Argentina. Falleció el 7 de marzo de 2003.

PreNot 8695-10.01.27

http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=4275



lunes, 2 de noviembre de 2009

Vidas paralelas

Susana Merino

Si bien lo que voy a describir no tiene de Plutarco más que el nombre de su obra más importante, me resultó tentador recurrir a este título pese a que no voy a referirme a personajes históricos sino a dos países, aparentemente para nada vinculados entre sí, pero cuyos destinos se hallan peligrosamente relacionados.

Honduras y Argentina, Argentina y Honduras, pareciera que nada tienen en común, ni por extensión, ni por población, ni siquiera por proximidad física o geográfica y sin embargo…hay algo que las condena de igual modo a ser presas de la codicia internacional y casi más específicamente canadiense. Ambas atesoran en sus entrañas una amplia diversidad de minerales: oro, plata, plomo, antimonio, hierro, mercurio, magnetita, molibdenita y una cantidad de minerales no metalíferos calizas, mármoles, yeso, bentonita, caolín de interminable enumeración.

El proceso de apropiación de dichas riquezas minerales lo vienen llevando en ambos países, curiosamente a cabo, los mismos capitales, con las mismas características de explotación a cielo abierto, dentro de marcos normativos laxos que toleran altos niveles de contaminación y deterioro ambiental y rentabilidades que exceden en mucho los rindes económicos considerados normales, aun en nuestro tiempo, en otros países

Goldcorp y Yamana Gold son precisamente las dos empresas canadienses que operan tanto en Honduras, en las minas San Andrés y San Martín, como en la Argentina, en la Alumbrera (Catamarca) explotación esta última en la que participan con el 50% del capital accionario.

Pero las similitudes no se dan solamente por la circunstancia de que en ambos países se hayan producido inversiones coincidentes en el sector minero sino que, en ambos casos, se dan precisamente por las mismas razones: las generosas políticas y las escasas regulaciones legales las convierten en verdaderos paraísos de la explotación y de la apropiación de las riquezas mineras de Meso y Suramérica en detrimento de los patrimonios de los países involucrados.

Y aunque son varios los botones que podrían servir de muestra vale la pena mencionar aquellos en que aparecen las mayores coincidencias. Tanto en Honduras como en la Argentina las leyes mineras aprobadas en el último quinquenio contemplan retenciones de tan solo el 1% sobre las exportaciones en el caso de Honduras y en el caso argentino establecen que las regalías no superarán al 3% del valor del producto en boca de mina.

En Honduras las empresas concesionarias pueden actuar como si fueran dueñas del territorio concesionado, de las reservas in situ, contradiciendo a la Constitución del país, están exentas de derechos aduaneros de importación, tienen asegurada la estabilidad tributaria desde el momento de la concesión, la libre comercialización interna y externa de su producción y escasos controles a través de una oficina cuyas limitaciones presupuestarias y de personal convierten en imposible todo tipo de inspección técnica, ambiental y fiscal de las actividades desarrolladas por las concesionarias. De modo que a pesar de haberse producido severos y reiterados derrames de efluentes con cianuro en el curso de un río, las descargas solo pudieron ser interrumpidas por el decidido accionar de la población y de algunos técnicos independientes.

En la Argentina la Ley 24.196/93 de Inversiones Mineras prevé igualmente amplios incentivos tributarios, estabilidad fiscal por 30 años, deducción del 100% de los gastos que generen la prospección, la exploración y otros estudios de factibilidad técnico-económica, facilidades de amortización del impuesto a las ganancias, de gravámenes de importación sobre bienes de capital, equipos, etc., a lo que se agregan la falta de controles sobre la extracción de otros minerales que los declarados que son por lo tanto, los únicos sobre los que se establecen las magras regalías, falta de controles agravada por la descentralización de las concesiones de exploración y explotación derivadas a las provincias por el Acuerdo Federal Minero.

Ese conjunto de factores tendientes a favorecer la actividad minera ha derivado en el establecimiento de alrededor de 300 emprendimientos que poco y nada dejan al erario público y que contrariamente están generando situaciones ambientales gravemente irreversibles no solo para los ecosistemas en que se insertan sino también y con mayor y comprobada incidencia en la salud (canceres, leucemias, enfermedades respiratorias) de las poblaciones que el uso extensivo e incontrolado de contaminantes está provocando.

En Honduras el gobierno depuesto por el golpe de estado venía introduciendo algunos cambios tendientes a favorecer económicamente al país, recuperando la intervención del estado en los mecanismos de concesión y explotación minera, suspendiendo su otorgamiento en razón de las falencias legales existentes, estableciendo la necesidad de formular una nueva ley que minimizara los efectos negativos de la que estaba en vigor, eliminando la exoneración del pago de impuestos y otras correcciones, debates en los que participaron la sociedad civil y las organizaciones políticas y ambientalistas de modo que las presiones empresarias no se hicieron esperar. Hasta que en mayo de 2009 el Presidente Zelaya elevó al Congreso una nueva Ley reglamentaria de la actividad minera que terminaba con prebendas y privilegios y acotaba considerablemente el accionar y la rentabilidad empresarios.

El resto de la historia es conocido y su desenlace todavía imprevisible. A partir de que las fuerzas armadas hondureñas tomaron el gobierno y cerraron el Congreso se abrieron nuevamente las puertas a la desmesura y a la codicia minera mientras que en la Argentina los socios de la Goldcorp y de la Yamana Gold prefirieron poner las barbas en remojo y hacer buena letra para evitarse mayores complicaciones cumpliendo por primera vez desde 1958 con la transferencia de fondos destinados a universidades nacionales establecida en la ley de creación del YMAD (Yacimientos mineros Agua de Dionisio) al que pertenecen los derechos de explotación de la minera La Alumbrera.

Con verdadero sentido del pundonor y de coherencia con elementales principios de dignidad algunas casas de estudios rechazaron el “obsequio”

Dos vidas paralelas y por el momento con finales abiertos.+ (PE)

Nota: Los datos consignados proceden del detallado trabajo titulado “Misterios Mineros en la Región. Transformaciones estructurales e influencia política del capital extranjero en Honduras y la Argentina” elaborado por los sociólogos Federico Basualdo y Pablo Manzanelli y publicado por el IADE (Instituto Argentino de Desarrollo Económico)


Susana Merino
Buenos Aires.
http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=4099


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