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domingo, 30 de enero de 2011

Clandestinos y esclavos

Claudia Rafael   


Cuando el joven Hamid dejó bien atrás su tierra magrebí, sintió que la riqueza entera del mundo estaría bajo sus pies. Las luces de las grandes ciudades lo cautivaban desde la lejanía, que intuía ya desde las cartas que su hermano Ahmed le enviaba desde una Francia exuberante y profusa que luego supo inexistente. No tardaría en cargar sobre sus hombros oscuros y su piel brillante de soles africanos la historia entera del mundo contra la que su rostro impactaría de lleno a poco de llegar.

Supo entonces que no hay un destino propio, con sueños de oropeles y deslumbrantes mañanas, para los desclasados. Eternamente portarán sobre su frente ancha la huella del origen que los hará fácilmente identificables allí donde lleguen como golondrinas que mutan de geografía en busca de trabajo que les dignifique los días.

No es simple llegar a la sádica conclusión de que la historia no es adversa sólo para Hamid. Golondrinas tercas arrinconadas a ese destino llegan de a millones a ese sexto continente que absorbe a todos los migrantes de la vida, que ya no reconocen su sitio de partida pero que jamás pertenecerán a su lugar de llegada. Golondrinas de pasaporte apátrida anclados eternamente en el país de la no dignidad.

Aristóteles definía que “la Tierra concibe por el Sol y de él queda preñada, dando a luz todos los años”. Imposible en su tiempo pergeñar la idea de trabajo productivo o, más aún, la de producción humana. El hombre –en una perspectiva absolutamente misógina- era capaz de reproducir ese vínculo del origen y obtener los frutos de la Tierra por el simple hecho de que el Sol la había fecundado: el buey y el arado, guiados por un sacerdote, aseguraban la fecundidad de la Madre Tierra hasta hacerla parir. Eso era la vida, ése era el proceso vital que aseguraba la reproducción sin los conceptos de acumulación de la riqueza de los que se apropiaría la humanidad siglos más tarde.

Hubo tiempos en que claramente el trabajo era sinónimo de esclavitud. Y bastaría bucear en su etimología, para comprender en profundidad. Trabajar: del latín, tripaliare. Derivada a su vez de tripalium, instrumento de tortura con el que se castigaba a los esclavos que no querían someterse.

No se ancló lejos de ese concepto el relato recogido por la Organización Internacional para las Migraciones por una víctima de trata para explotación laboral: “Un día por la radio escuché que un fabricante pedía costureros para su taller en Buenos Aires. En Santa Cruz (Bolivia), me entrevisté con una señora que me dijo que  pagaban un peso con cincuenta la prenda, con casa y comida. Ellos pagaban el traslado, y después me lo iban descontando. Mi pasaje salió 120 dólares. Viajamos mi mujer, yo, y unas seis personas más. De la terminal de micros de Retiro nos llevaron directo al taller, y el dueño se quedó con nuestros documentos. El taller tiene dos habitaciones bien grandes, con unas 15 máquinas. Allí trabajamos, comemos y vivimos todos, incluso hay gente con niños pequeños. Trabajamos de lunes a sábado al mediodía, desde las siete de la mañana hasta la una de la madrugada del día siguiente. Al que se cansa o quiere dormir, el dueño lo amenaza con no pagarle nada, con ´cagarlo a palos por vago´, o con denunciarlo a la policía para que lo deporten. Las puertas del taller están cerradas con llave, y la puerta de calle también. Ayer cuando le pedí lo que me debía, porque quería mandar plata a mi familia, me dijo que no me  debía nada, me gritó que si lo seguía jodiendo llamaba a los de migraciones y me agarró a las patadas; a mi señora también le pegó.”

A nivel mundial, la OIM estima que el 90 por ciento de las víctimas de trata son mujeres y niñas explotadas sexualmente. Y que las víctimas para explotación laboral –mujeres y hombres por igual- se ven obligadas a trabajar en condiciones de esclavitud en talleres textiles, tareas rurales, bloqueras, servicio doméstico o pesqueras.

Cuando por estos días los medios masivos recordaron abruptamente la existencia de la explotación laboral reprodujeron testimonios que repetían “ni siquiera sabemos cuánto nos van a pagar la hora”, “ni siquiera sabemos cuántos días vamos a trabajar”, “ni siquiera sabemos cuándo vamos a volver” o “nos hacinaban en casillas de chapa, sin cuchetas, sin agua y cobrándonos cada centavo de la poca comida que nos daban”.

Pocas veces la palabra fue tan contundente a la hora de nombrar las tareas. No es casualidad, en un retorno al concepto aristotélico de la Tierra fecundada, que se llame desflore al trabajo de retirar una por una las flores de las plantas hembras para producir maiz para semilla. En ese trabajo manual de evitar la polinización de hembras entre sí, para que la planta macho fecunde y nazca la semilla híbrida necesaria para la producción.

Son –según las cifras estrictamente oficiales del Anses- 150.000 los trabajadores temporarios en la Argentina. La mayoría, en condiciones de tremenda exclusión. En Formosa, Mendoza, Salta, Misiones, Jujuy, Buenos Aires, Entre Ríos o el profundo Sur que en más de un 60 por ciento trabajan totalmente en negro. A expensas de la mano mandante de las grandes transnacionales que hacen pie en cada asentamiento a través de empresas intermediarias. Castigados con el tripalium si buscan alzar la cabeza, como los esclavos que osaban rebelarse al sometimiento de los marioneteros de todo poder. Amenazados con el regreso a sus propios desiertos de origen, allí donde la miseria es más honda aún y menos atisbadora de esperanzas.

El sociólogo de la Organización Internacional del Trabajo, Reinaldo Ledesma, definió que “a veces los mandan y los tienen ahí sin trabajar, y sin pagarles, esperando que salga la flor. Los sacan antes para tener asegurada la mano de obra cuando la necesiten y evitar que los contraten otras empresas”. A expensas absolutamente del sometimiento que permite la Ley 22.248 de la dictadura que avala la servidumbre laboral y que desde 1980 reemplazó al Estatuto del Peón de Campo de octubre de 1944, cuando se establecieron salarios mínimos, descanso dominical, vacaciones pagas, estabilidad, condiciones de abrigo, espacio e higiene en el alojamiento del trabajador.

Nidera, Monsanto, Pioneer, Donmario, Nuestra Huella son apenas algunos de los nombres de los manejadores de vidas a cambio de un salario mísero y un destino incierto. Donde organizaciones sindicales como la Uatre quedan vilmente asociadas a esa explotación y prolongan la agonía.

“Con hambre no se puede pensar, con hambre no se puede trabajar, antes del medio día, señor Gobernador, en los yerbales el hambre se siente tanto que nos cuesta el doble o el triple juntar el raído. De hambre nos estamos enfermando y muriendo”, recordábamos hace poco en estas páginas que decían los tareferos al gobernador Maurice Closs.

Después de todo, como dice Galeano, el mundo es una gran paradoja que gira en el universo. A este paso, de aquí a poco los propietarios del planeta prohibirán el hambre y la sed, para que no falten el pan ni el agua.

http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=4959&Itemid=0


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lunes, 10 de enero de 2011

Esclavos

Claudia Rafael  


El empleado del peaje lo vio y sintió que era la fotografía más cabal de un cristo abandonado a toda suerte. Con la morochez eterna en la piel, los ojos sesgados y el pelo renegrido estaba sentadito con el torso desnudo a un costado de la ruta 226, solo, con la vulnerabilidad que le asomaba por cada uno de sus poros. Cuando le preguntó qué hacía ahí y adónde pensaba viajar, él primero no entendió ese español que le resulta tan ajeno y a la tercera vez que le repitió, contestó tímidamente, como en un hilo de voz, que a Bolivia. Ya el turno del empleado había terminado, lo cargó en su auto y lo llevó hasta el barrio boliviano de la ciudad, a miles de kilómetros de su tierra. Recién con los suyos y en quechua todos pudieron ir uniendo las piezas desperdigadas del rompecabezas de su historia. Que se llamaba Waldemar, que tenía 17 años, que habían sido duros días de trabajador quintero, traído quién sabe por quién y cuándo, que los métodos de control eran férreos y denigrantes, la paga irregular y que quien sabe de dónde había sacado la osadía para birlar la atención de los capataces al empezar aquella tarde a caminar hasta llegar al peaje. Indocumentado, cansado, totalmente desorientado y sin rumbo, representaba –sin imaginarlo, siquiera- a millones de waldemares esclavizados sobre la tierra.

Cómo saberse tan hermano de Ezequiel Ferreyra, pequeñito y frágil, devorado por los monstruos de la perversidad que lo llevaron a la no vida cuando lo arrojaron al trabajo esclavo escondido detrás de la promesa falsa de la empresa avícola Nuestra Huella. Cómo Waldemar habría de imaginarse que once años más niño que él, Ezequiel iría siendo carcomido en un martirio feroz de tanto manipular agroquímicos, de tanto respirarlos y meterlos lentamente en su piel, desde las mucosas.

Seguramente jamás escuchó en sus largos 17 años el nombre Nidera. Probablemente impronunciable para su quechua tan ajeno a palabras como traders exportadoras o como Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores. Palabras pertenecientes a un universo tan lejano a su pueblo del origen del que lo arrancaron un mal día para ofrecerle quimeras inalcanzables. No sabrá jamás por qué hay marioneteros de crueldad que ven crecer sus propias montañas de oro arrastrando a los waldemares y a los ezequieles al submundo de la esclavitud.

¿Acaso es posible comprender esa inmensa capacidad para la maldad, lección –diría Hannah Arendt- de la terrible banalidad del mal? ¿Es posible entender esa voluntad atroz de ser piezas fundamentales de un sistema de opresión?

Una pintura perfecta de ese sistema es el que se desnudó en un campamento en campos cercanos a San Pedro mientras las copas chocaban para brindar por un año lleno de paz y armonía. 130 personas, entre ellas 30 niños y adolescentes, ajenos al espíritu festivo fueron rescatados en condiciones que el médico Julio Caraballo, director de Bromatología de San Pedro, definió como semejantes a las de un campo de concentración. Y describió cómo un adolescente se bañaba con agua que sacaba de un recipiente de agrotóxicos.

Números en la estadística feroz de la trata de personas para explotación laboral. Sin nombre. Sin edad. Sin sueños. Sin vida propia. Sin un destino que torcer desde su propia voluntad.

Como Waldemar, ellos tampoco sabían dónde estaban. Tan fuera de su Santiago del Estero, esa tierra tan cansina y pobre pero suya. Simplemente fueron reclutados por Nidera –transnacional de granos- para trabajar en la cosecha del maiz “en la mejor empresa” para ser arrojados luego como esclavos indeseables en el campamento con la amenaza de que quien se fugase, cargaría con la mochila del castigo al resto de su cuadrilla de trabajo.

Dormían en trailers de chapa, hacinados de a veinte, con jornadas laborales de diez horas, sin luz ni agua potable, pagando puntualmente en cifras descomunales cada trocito de alimento que engullir: 80 pesos, la bolsa de papas; 65, la de cebollas; 8, un kilo de pan viejo o 35 por un paquete de fideos con el logo del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia.

Eran el ejército de producción en serie de un sistema macabro que sólo engorda los bolsillos de los poderosos. De los que ríen obscenamente desde sus pedestales mientras tantos otros miran distraídamente hacia otro lado.

Son los waldemares y los ezequieles, descartables por origen y portación de historia. Los expoliados en esta tierra asentada sobre las bases de la inequidad y la desidia. En donde termina transformándose en natural la ferocidad de unos pocos, manipuladores expertos que juegan a un juego atroz, en donde siempre las víctimas son los nadies, los hijos de nadie, los dueños de nada.

Fuente: Página 12 - Edición: 1929

http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=4928:esclavos&catid=36:notas-en-el-home&Itemid=107


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sábado, 30 de enero de 2010

«El papel de las ONG en Haití plantea muchas cuestiones»

Maud Bellon

Entrevista a Jean Lavalasse, fotógrafo y documentalista haitiano residente en Bruselas desde la década de 1970.

¿Cómo calificaría usted la situación antes del seísmo que hubo en Haití el 12 de enero de 2010?

La situación era simple, estábamos bajo una ocupación… y ello después de que Jean Bernard Aristide fuera expulsado a Sudáfrica. Se suponía que se había instalado el gobierno de René Préval para hacer una transición democrática después de Aristide. Pero hemos conocido tres imperialismos, lo que algunos llaman el IFAC: Imperialismo Francés Americano Canadiense.

Canadá llegó en la década de 1980 gracias a la francofonía y a la llamada integración horizontal: hacer venir al país en un primer momento a las mujeres a los niños para poder instalarse después en él. Francia, por su parte, está muy presente a través de las ONG. Además, bajo el gobierno del ex-primer ministro Michèle Pierre Louis, ¡Haití estaba gobernada por las ONG! Su mujer colaboraba estrechamente con George Soros, al que ahora conocemos como el gran magnate de las finanzas y de las ONG. Préval quiso controlar el país firmando acuerdos tácitos con la República Dominicana, acuerdos cuyo fondo nadie conoce verdaderamente.

El 22 de febrero de 2006 Gérard Latortue, ex-primer ministro de Haití, firmó un acuerdo que enuncia claramente la puesta del país bajo tutela de la ONU. Este acuerdo estipula que cada acuerdo al que se haya llegado anteriormente y que esté en contradicción con el funcionamiento de la MINUSTAH será «corregido» por estar caduco [1].

El 9 de mayo de 2007, tras un encuentro entre George W. Bush y René Préval, se ratificó casi totalmente el deseo subyacente de autonomía. Durante este encuentro Bush dijo que había que abortar los acercamientos entre Haití y el ALBA [2] y que Estados Unidos era «el único amigo de Haití». Como buen criado, Préval prácticamente dejo de aparecer por las reuniones del ALBA. Durante una entrevista con Hugo Chávez, Jose María Aznar incluso confesó que había que «olvidar Haití».

Por lo que se refiere a Brasil, tiene un papel capital, ya trazado por Reagan en 1980 en su Plan. En efecto, él preveía que Alemania se ocuparía de Europa, Japón de Asia, Sudáfrica de África y Brasil de América Latina. Lula es poco progresista así que mantiene buenas relaciones con Estados Unidos. Nunca ha estado ahí para ayudar a Haití, no hace más que preparar el terreno para que las tres rocas puedan ocupar la isla  [3].

Ahora el país está controlado por Barack Obama, secundado él mismo por  Bill Clinton y George W. Bush…

(Risas) Se creyó, sobre todo entre los «negristas», que como Barack Obama era negro iba a cambiar las cosas. Pero no hay que olvidar que fue Colin Powell, otro negro, quien hizo detener a Aristide. Además, desde hacía años muchas personas se preguntaban si Haití podía convertirse en el Puerto Rico o el Taiwán del Caribe. La pregunta es: ¿en qué sentido? Porque Puerto Rico lucha por su independencia y para retirar su estrella de la bandera estadounidense. François Duvalier siempre dijo que había que luchar como por Martinica y Guadalupe. Además, por lo que se refiere a Guadalupe, los estadounidenses comprendieron que Francia había ganado una pequeña batalla. Por lo tanto, para hacer frente es necesario que manchen un poco la imagen de Haití y desmantelen el deseo de liberación. Obama,por su parte, es un producto del sistema, está formateado, es la continuidad de Kennedy en el sentido de que él también ha enconado una guerra mandando soldados a ella.

Por lo que se refiere a Clinton y Bush…

Aristide decía de los estadounidenses: «Actúe o no actúe, ellos intervendrán de todos modos». Desde 1993 y la reunión de Governors Island, Aristide había comprendido que debía conformarse a las exigencias de Estados Unidos si quería permanecer a la cabeza del Estado. El ex-embajador estadounidense en Haití, Janet Anderson, reveló que poco importaba el gobierno, ya fuera el de  Préval  o de Aristide, Haití conoció la ocupación del doble, es decir, que a la espalda de cada ministro haitiano había un representante estadounidense y cada partido político era y es financiado por uno de los tres imperialismos a través de diferentes organismos como el IRI (Instituto Republicano Internacional). Durante lo que yo llamo la ocupación de octubre de 1994 Aristide tenía no sólo que mantener excelentes relaciones con los estadounidenses, sino también plegarse a la voluntad del FMI. Para ello Haití tenía que cortar algunas ayudas destinadas a la población y mandar al paro a los haitianos poco rentables y, sobre todo, «modernizar», es decir, privatizar. El hecho de que «desobedeciera» provocará su caída cuando reclamó que se le reembolsara la deuda de la independencia de Francia, es decir, 21.000 millones de dólares, y cuando quiso aumentar los salarios de los haitianos.

En ese caso, ¿por qué Clinton tenía tanto interés en restaurar a Aristide?

Aristide se había vuelto dócil y, sobre todo, el pueblo lo apoyaba. Esto era, precisamente, su baza y su debilidad porque aparte del pueblo no tenía ni partido político ni marco, y la calle no puede ayudar a dirigir un país y a tomar decisiones. También es la primera vez que Estados Unidos devuelve y controla a un presidente elegido democráticamente. Aristide era popular, de hecho una gran mayoría de los haitianos sigue siendo «aristidista», aunque no tuviera una auténtica ideología. Tenía buenas palabras y buenas intenciones, pero no llegaba a llevarlas a la práctica. Sin embargo, tenía fondos por hacerlo. Poco después de su elección creó el grupo VOAM (Vean a Haiti Ascender) que en cuatro días recolectó casi cuatro millones de dólares.

Actualmente Haiti está invadido por los soldados estadounidenses, ¿le parece a usted una invasión?

Es una invasión querida y preparada por los hombres del gobierno haitiano. No se puede decir que haya pillado de sorpresa al presidente. El imperialismo estaba bien instalado y los consejeros de Préval preparaban esta invasión.

¿Qué intereses tiene Estados Unidos?

Son varios los intereses de los estadounidenses para apoderarse de Haití. Por un lado, la mano de obra es muy barata en Haití y la isla sólo está situada a treinta minutos de Floride, sería rápido hacer transitar las cargas desde este nuevo Taiwán.

A continuación, está Cité Soleil: Estados Unidos de acuerdo con la gran burguesía comerciante de Haiti codicia esta zona para convertirla en un gran puerto, un puerto franco y una zona industrial.

Además, es el momento ideal de servirse del territorio como base de retaguardia para controlar y contrarrestar a Cuba puesto que Obama ha prometido liberar Guantánamo. Desde Cité Soleil y sobre Gonave hay una buena vista de Cuba.

Y, por último, el subsuelo haitiano esta repleto de petróleo. Al parecer los yacimientos venezolanos tienen su fuente en la isla. Port-au-Prince está situada sobre un gigantesco pozo de petróleo que  hasta entonces no se podía explotar. En efecto, desde la década de 1950 el entonces presidente Jean Dumarsais Estimé había desplazado a la antigua capital situada en Marchand-Dessalines hacía el actual Port-au-Prince. Este traslado no permitiría explotar el petróleo, pero con ayuda de la Madre Naturaleza, hoy todo es posible. Además, el terremoto ha provocado un éxodo voluntario de los habitantes de Port-au-Prince, lo que deja el campo libre para destruir las ruinas de la capital y, por qué no, para perforar el suelo… En otras circunstancias, si hubieran pedido a los habitantes que se fueran al campo se habría considerado un genocidio. La catástrofe aparece como una oportunidad para los imperialistas porque permite desplazar otra vez la capital. No se trata más que de retos geopolíticos y económicos.

En su opinión, ¿por qué llegaron los estadounidenses a Haití con tantas armas y soldados?

Los estadounidenses llegaron a Haití como vencedores. Querían demostrar su fuerza y su supremacía para impresionar a la vez a la comunidad internacional pero también, y quizá sobre todo, a los propios haitianos. Se dieron cuenta de que en Haití había un sentimiento de hartura respecto a la ocupación, ayudado por los acontecimientos en Guadalupe contra el gobierno francés. Hace algunos años los franceses habían confesado a los estadounidenses que podían hacer lo que quisieran de Haiti en su patio trasero pero que no debían tocar la lengua francesa; los franceses querían conservar intacta la francofonía (aunque hoy tres cuartas partes de los haitianos hablen inglés). Hoy los estadounidenses invierten en su patio trasero y programan dividirlo en zonas, y para eso se necesitan soldados y armas.

En un artículo redactado expresamente para Newsweek, B. Obama anunció que pensaba hacer un trabajo de reconstrucción a largo plazo para sacar a flote al país, como hizo Estados Unidos en Europa tras la Segunda Guerra Mundial y en los Balcanes tras la guerra en Kosovo, ¿se lo agradecen ustedes?

(Risas) Sea lo que sea lo que piensa hacer Estados Unidos, Cuba, Venezuela y el ALBA (Alianza Bolivariana) siempre estarán a nuestro lado. Por el momento es a los haitianos a quienes corresponde tomar sus propias disposiciones y luchar contra las injerencias. Por supuesto, los  estadounidenses se van a aprovechar del caos que reina, pero este caos no quiere decir obligatoriamente que no haya organización. A nosotros es a quien nos corresponde encontrar un terreno de acuerdo, un fondo común para retomar las cosas. Habrá dificultades pero hay que hacer el trabajo sobre el terreno. Es a nosotros a quien nos corresponde luchar contra el imperialismo. Tenemos que hacer este trabajo ideológico sacando a los invasores fuera de nuestras fronteras. Desde 1994 hasta hoy Cuba ha aportado más ayuda a Haití que cualquier país que se dice «amigo» y el pueblo haitiano es consciente de ello.

La Conferencia de Montreal del 25 de enero reagrupó a los «amigos» de Haití para pensar cómo organizar la ayuda…

Los amigos de Haití no pertenecen a este grupo de tres Rocas, los IFAC. Canadá tiene un papel fundamental en esta trilogía en medio de la cual está Haití. En efecto, mantienen relaciones a la vez con Haití y con Francia por la francofonía, pero también con Estados Unidos a través del ALENA [4].

Canadá es un gran manipulador porque juega a dos bandas y hace el trabajo del imperialismo. Si el propio Estados Unidos no hubiera acudido para controlar el terremoto habría mandado a Canadá. Por lo que se refiere a Brasil, Lula todavía no ha logrado toda la confianza de los estadounidenses, que no le habría dejado la oportunidad de hacer negocios en Haití. Además, nuestro «amigo» canadiense está en plena apropiación de la intelligentsia haitiana puesto que ésta le abre las puertas de par en par. Por ejemplo, hace cinco años una sola de las tres chicas que fueron a estudiar a Bélgica (pagadas por el gobierno haitiano) volvió a Haití. Así pues, no nos dejamos engañar, ¡los países presentes en esa conferencia no son nuestro amigos!

Y ¿cuáles con la relaciones con Cuba?

Después de la caída de François Duvalier eran muy esperadas. En 1994 se establecen por fin relaciones diplomáticas con Aristide. Cuba desplegó desde el principio la Ayuda Sur-Sur enviando médicos, agrónomos, etc, a la isla para ayudar y para formar a los haitianos. Un día me dijo un campesino: «las ONG nos dan de comer y los cubanos nos enseñan a pescar… ». Al contrario de los demás países y ONG presentes en Haití, los cubanos y venezolanos nos hablan de igual a igual, nunca se mezclan con los asuntos internos del país. Nunca hay injerencias por su parte.

Ahora que Estados Unidos se ha apoderado del país, ¿cómo cree usted que van a evolucionar las relaciones con Cuba?

En 2004, cuando se expulsó a Aristide, los franceses trataron de desalojar a los cubanos pero el embajador de Cuba se puso fuera de sí y los franceses prefirieron retirarse por temor al caos. Con toda seguridad Obama va a hacer todo lo posible para minimizar la ayuda cubana y para empujar a los cooperantes cubanos fuera del país. Esto será imposible porque los cubanos y los venezolanos no son nuestros amigos, son como hermanos. Cuba sigue siendo un elemento fundamental, es nuestro ejemplo. Si es necesario habrá otra lucha dentro de la isla para denunciar seriamente la injerencia de los estadounidenses.

Últimamente esta injerencia de Estados Unidos ha costado que aviones de Médicos sin Fronteras sean desviados a la República Dominicana…

El desvío de los aviones de MSF sólo es un falso problema. Los estadounidenses contaban con MSF para actuar y hacer el trabajo en Cité Soleil… Las ONG extranjeras gozan de una buena situación  mientras los estadounidenses controlan el aeropuerto internacional. MSF reacciona simplemente para simular una buena apariencia pero ambos imperialismos están aliados.

Sin embargo, hemos podido ver las imágenes en la televisión que mostraban a la población haitiana dando las gracias a los estadounidenses por su ayuda y agitando la bandera estadounidense …

En Cité Soleil hay muchos obreros y muchos jornaleros; los estadounidenses los pagan para que los elogien y para que se pavoneen con la bandera.

Antes del terremoto ya había en el lugar muchas ONG, lo que permitió ofrecer los primeros cuidados a las víctimas, ¿deben estar agradecidos ante tales muestras de solidaridad?

Con frecuencia las ONG hacen un buen trabajo sobre el terreno, pero generalmente se aprovechan de la situación. En Haiti hay casi tantas como en India, sabiendo que Haití es un territorio de unos 27.750 km2  ¡y que India tiene 3.290.000 km2! Haiti es una plataforma de las ONG.

Las primeras ONG en aportar ayuda fueron las cubanas y venezolanas, las demás simplemente pidieron socorro para que llegara la ayuda. A continuación las primeras en llegar del exterior fueron las ayudas china. Además, las ONG han elegido sus objetivos. Cuando una ONG llega a Haití, se instala en lugares estratégicos … y calientes; así pues, las ONG no están presentes en todo el territorio, al contrario que los cubanos. Además, esta omnipresencia implica rivalidades entre las ONG.

Parece muy crítico con las ONG…

Las ONG siempre han estado presentes en Haití hasta el punto de que han impedido la lucha, el propio impulso de la transformación mental del pueblo haitiano. Por ejemplo, el padre Lannoo explicó en una entrevista para la televisión suiza en 1986 que había que calmar a la población haitiana y volverla a central para evitar todo deseo de cambio y toda tendencia revolucionaria. Las ONG tienen un papel político, incluso de la tampón. Kissinger, el gran estratega de la guerra de Vietnam afirma que «si las ONG hubieran existido en la década de 1960 no habría habido guerra de Vietnam».

Al principio, en el seno de las ONG había movimientos de lucha de liberación, como en Nicaragua. En Europa, en la década de 1970, los progresistas luchaban contra el poder, pero cuando François Mitterrand llega al poder cambian las tornas. Antes una parte del dinero dado a las ONG servía para financiar los movimientos de liberación. Hoy, con los socialistas en el gobierno, estos movimientos ya no son tan viables, sobre todo porque este sistema de reparto de bienes es bien conocido. Ahora hay redes para controlar a las ONG. Son organizaciones creadas por los progresistas, pero el sistema capitalista ha conseguido desviar el problema. De hecho las ONG se han convertido en una plataforma giratoria de las informaciones; además, dieron muchas informaciones sobre las instalaciones en Iraq.

El propio presidente René Préval también ha criticado a las ONG subrayando que había una verdadera falta de organización de la ayuda internacional.

Se puede considerar que el presidente está atrapado entre dos fuegos, pero, seamos honestos, se asienta sobre ONG bien estructuradas. En Haití nunca ha habido canalización de las ONG, con el terremoto y el caos reinante esto se hace más visible mientras que Préval hace frases bonitas. Pero en nuestro país, las que eligen son las ONG, por lo tanto son problemas falsos, las ONG están muy bien organizadas, están estructuradas en redes, son «balas recubiertas de azúcar»[5]. Se pelean entre sí, no a cuchilladas sino a golpe de artículos. La gente se dará cuenta poco a poco de lo que ocultan las ONG. Cuando ellas gobernaban el país gracias a Pierre Louis y a Soros, Préval estaba satisfecho porque entraba dinero en las arcas del Estado. Por lo tanto, este tipo de discurso no tiene valor alguno cuando se conoce la situación real de Haiti. Préval no puede hacer otra cosa.

¿Quiere dar usted a entender que está sobrepasado?

Él sabía perfectamente a dónde iba, pero no a esta velocidad, no tan rápido... Por el momento está al descubierto. Entregar las llaves del aeropuerto internacional equivale a entregar las llaves del país.

¿Cómo puede Haití retomar el control de su vida?

Los imperialistas pueden permanecer mucho tiempo, pero nunca definitivamente. Pueden causar destrozos como hicieron en 1915 y en 1934 cuando nos dejaron al ejército de Haití hasta que Aristide lo echó. Si el palacio presidencia se ha derrumbado como un castillo de naipes es porque hay subterráneos que van desde la policía al palacio. Muchos hombres murieron torturados en esos subterráneos por las milicias de Duvalier.

¿Por qué no vuelve Aristide?

Aristide no puede volver ahora, hay demasiados retos y ya no tiene hombres de confianza ni cuadros y los imperialistas ya no lo apoyan. Existen grupos, clandestinos o no, que tienen dinero, que reúnen a mucha gente y que avanzan lentamente. Se trata de distinguir quiénes son nuestros verdaderos amigos y nuestros verdaderos enemigos. En Haití también hay una lucha de clases y una diferencia de percepción entre hombre blanco y hombre negro. Por lo tanto, en Haití hay que  establecer todo un trabajo de reconstrucción, tanto física como ideológica. Sea como fuere, Canadá, Francia y Estados Unidos no son nuestros amigos y lo han demostrado.

¿Se convertirá Haití en la estrella número 51 de la bandera estadounidense?

¡Haití nunca sera un Estado estadounidense!

¿Cómo ve usted el futuro?

El futuro será duro, incluso muy duro. Estados Unidos ha tratado de izar su bandera en el aeropuerto de Port-au-Prince, pero Préval acabó con ello. La estrella estadounidense no será para Haití. Si un día Haití tiene una estrella, será roja como la de Cuba. Haiti luchará para recuperar su soberanía, el país es independiente desde el 1 de enero de 1804 y seguirá siéndolo. Como decía Henri Christophe, podemos prender fuego a todo Haití, el imperialismo estadounidense podrá reconstruir, pero esto podrá ser destruido. Volveremos a levantar nuestro Haití sobre sus cenizas...

Notas:

[1] Acuerdo del 22 de febrero de 2006, artículo 2.3: «el gobierno transmitirá a la MINUSTAH una copia de todos los acuerdos que haya podido suscribir antes de la entrada en vigor del acuerdo del 22 de febrero de 2006 y que sean todavía válidos. Si la MINUSTAH considera que uno de estos acuerdos podría ser incompatible con su mandato o con la buena ejecución del plan de reforma de la Policía Nacional de Haití, el gobierno aportará a este acuerdo las adaptaciones que le pida la  MINUSTAH para evitar esta incompatibilidad» y añade que el documento concede «a la MINUSTAH la extensión de toda su potencia más allá del actual gobierno de transición».

[2] Alianza Bolivariana para Américas.

[3] Metáfora haitiana para caracterizar los tres países imperialistas: unas rocas sobre las que se cocina la comida

[4] Acuerdo de Libre Intercambio Norteamericano cerrado entre México, Estados Unidos y Canadá.

[5] Imagen empleada por Mao

Fuente: michelcollon.info
Traducido del francés por Beatriz Morales Bastos

Maud Bellon pour Investig’Action -michelcollon.info

http://michelcollon.info/index.php?option=com_content&view=article&id=2517:lel-papel-de-las-ong-en-haiti-plantea-muchas-cuestionesr&catid=1:articles&Itemid=2

Las oscuras razones de la ocupación de Haití

Vicky Peláez

Ayití deberán bautizarla los hermanos, volver al fuego original y comenzar de cero la siembra libertaria y necesaria. (Gabriel Impaglione)

La grandeza del pueblo haitiano se ha hecho latente en estos días de terror y muerte causado por el terremoto que sacudió la capital del país. Superando la desgracia, la población supo organizarse barrio por barrio, campamento por campamento creando ollas comunes para poder sobrevivir, y comités cívicos para protegerse tanto de los delincuentes que escaparon de las cárceles como de su propia policía, entrenada para reprimir a los más pobres.

Mientras el presidente René Preval entrega sumisamente el poder a los militares norteamericanos, y el alcalde de Puerto Príncipe, cuya zona metropolitana está destruida en 70 por ciento, expide decretos prohibiendo reconstruir ‘chabolas’ en vez de solucionar la distribución de la ayuda, el entierro de más de 200 mil muertos, el auxilio de 300,000 heridos y la creación de refugios para más de un millón y medio de damnificados, los haitianos con su espíritu de lucha indomable y de solidaridad se ingenian para salir adelante de esta tragedia cuyo origen provoca cada día más polémica.

Muchos se preguntan por qué Estados Unidos manda 20,000 soldados y un sinnúmero de contratistas, en vez de médicos, rescatistas, especialistas en reconstrucción y en especial epidemiólogos, como lo hizo Cuba, para prevenir epidemias. Dicen en Haití que estos militares armados hasta los dientes parecen “centuriones en país de esclavos”.

De acuerdo a la estudiosa haitiana norteamericana Marguerite Laurent, “las tropas norteamericanas estaban preparadas para intervenir Haití con anticipación.

Un día antes del terremoto, el Comando Sur ensayaba medidas para ayudar a Haití en caso de desastre. La misma noche del terremoto el segundo en el mando en el Comando Sur, el general P.K. (Ken) Keen ya estaba en la embajada de los EE.UU. en Haití, que no sufrió ningún daño por el terremoto”. Actualmente el general Keen está a cargo de la fuerza de expedición norteamericana en Haití a quien Preval dio autoridad ilimitada.

Lo extraño es que Estados Unidos tiene en el país más pobre del Hemisferio Occidental, la más grande y mejor fortificada embajada en el mundo, después de China, Irak, Irán y Alemania. Y no es tanto por la cercanía a Cuba, sino por los increíbles recursos naturales de este pequeño país. Desde 1905, cuando se encontró petróleo en Haití en Central Plateau y La Gonave, se ha sabido ocultar hábilmente la existencia de grandes reservorios de oro negro en este país como también se sospecha los de gas. A la vez Haití tiene condiciones ideales para la construcción de terminales petroleras debido a la existencia de puertos de agua profunda. El Gran patrón se supo guardar todo esto ayudando permanentemente a mantener el caos y espantar a otros rivales.

Pero hay todavía más. Haití posee uno de los yacimientos más grandes de oro en el mundo. Es abundante en uranio, 235 y 238 y tiene también yacimientos de minerales estratégicos raros como circonio, usado en reactores nucleares, también iridio imprescindible para la construcción de naves espaciales. Ni qué decir del cobre y diamantes. Los 20,000 centuriones están allá para asegurarse la riqueza del país mendigo. Así de simple. Pero no cuentan con el espíritu de los haitianos, ni con su fuerza para sobrevivir y su ansia de libertad.


Vicky Peláez
http://www.argenpress.info/2010/01/las-oscuras-razones-de-la-ocupacion-de.html

Los descendientes de Draba

Godo de Medeiros

Hace miles de años, en un lugar de la antigua Roma, y a solicitud de unos clientes jóvenes ávidos de un espectáculo sangriento, dos esclavos fueron conminados a destazarse en la arena de una escuela de gladiadores. Uno de ellos era el célebre Espartaco y el otro era Draba, a quien las crónicas identifican también como El Africano.
 
Cuando dieron la orden de iniciar el combate, El Africano corrió desde el centro de la arena hacia el palco y no hacia su contrincante. Empuñó con fuerza un tridente y en el camino derribó a cuanto soldado le salió al paso. Una multitud de guardias armados finalmente lo detuvo antes de que llegara adonde estaban los jóvenes clientes y el obeso negrero esclavista llamado Léntulo Baciato, el amo. Allí mismo lo lancearon y murió con sus ojos negros mirando el cielo azul de una hermosa mañana.
 
Después de aquel acto heroico, mezcla de ternura y fraternidad entre compañeros de clase y de rebeldía e indignación frente a la más grave miseria humana que encarnaba la Roma imperialista de aquellos tiempos, Espartaco levantó a los esclavos en contra de lo que fue el primer poder implacable y feroz que haya existido sobre el planeta.
 
Muchos siglos después, en la última década de los años 1700, un hijo de un esclavo descendiente de africanos organizó una rebelión de esclavos que derrotaron nada menos que a las mismísimas tropas de Napoleón Bonaparte. Aquel hijo de esclavo también fue esclavo en su niñez y juventud y se llamó François Dominique, a quien las crónicas identifican como Toussaint L´Ouverture (El Iniciador). Murió encarcelado en Francia en 1803, pero el 1 de enero del año siguiente, Haití inscribía su nombre en la historia como el primer país de América Latina en lograr su independencia.
 
Aquella gesta libertaria, sin embargo, se convirtió en una especie de condena perpetua para este país cuyo nombre significa Tierra montañosa. Ni los franceses ni los ingleses ni los estadounidenses perdonaron la osadía de unos esclavos que decidieron ser hombres libres.
 
Desde 1804, Haití comenzó a ser asediada, y un siglo más tarde, en los inicios de los años 1900, el nuevo Imperio, más poderoso y más bélico que aquel contra el que lucharon Draba y Espartaco, implantó sus propias leyes y decidió que este pequeño país, como escarmiento, regresara a la época de esclavitud.
 
Haití es el país más pobre del continente después de que Francia, Inglaterra y Estados Unidos lo esquilmaran endeudándolo hasta el punto de arrancarle su soberanía económica, política y social. Y para colmo de colmos, el terremoto del pasado 12 de enero destruyó el 80 por ciento de la infraestructura (viviendas, escuelas, hospitales, etc.) y causó la muerte de más de 111,000 personas (extraoficialmente se calcula que la cifra de fallecidos podría llegar a los 200,000), además de decenas de miles de heridos y desaparecidos.
 
Tras la devastación, el Imperio se apresuró a inundar de soldados el país (como si se tratara de Irak o de Afganistán), mientras que los modernos Baciato, como en los tiempos del comercio de esclavos, aprovechan para comerciar con niños. Para las empresas constructoras del nuevo Imperio, la desgracia haitiana ha resultado ser una bendición.
 
Así de trágica es la realidad para los descendientes de Draba.
 
- Godo de Medeiros es Escritor. Guatemala, C.A.

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