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viernes, 16 de octubre de 2009

La ola es el mar

Gonzalo Haya Prats


Willigis Jäger: La ola es el mar.
Espiritualidad mística
Ed. Desclée De Brouwer. 9ª edición



Willigis Jäger es benedictino, maestro zen y fundador de un centro de espiritualidad en la abadía benedictina de Würzburg, Alemania.

Este libro recoge sus respuestas a las cuestiones que le plantea Christoph Quarch, Director de estudios en Deutsche Evangelische Kirchen-tag.

El título del libro expresa plásticamente la experiencia mística que nos transmite el autor: la ola no es algo distinto al mar, es una manifestación del mar; tampoco hay dualismo entre la Realidad primera y el mundo, porque el mundo es la epifanía de Dios.

Sus breves respuestas orientan en el camino de la contemplación -injustamente minoritario en las Iglesias- y reinterpretan la teología cristiana a la luz de la mística -oriental y occidental- con el lenguaje actual de las ciencias y de la psicología.

Aunque el autor no pretende hacer teología, la teología sí puede aprovecharse de la experiencia mística como lugar teológico. Creo que sería útil tomar en cuenta estas experiencias -más bien la formulación de esas experiencias-, no como verdades absolutas, pero sí como otra fuente, como otro punto de vista, para ir completando y contrastando nuestro conocimiento de la Realidad.

Para mayor utilidad organizaré las citas por temas, aunque me temo que traicione un poco la espontaneidad de la conversación y la vivencia de la expresión mística


Conocimiento

- La realidad que tomamos por real no es la realidad total.

- Quien pretende tener la única verdad no ha alcanzado el estadio místico de la consciencia.

- En un camino puramente cognitivo no será posible encontrar la respuesta a la pregunta sobre el sentido de la vida.

- Ciencia y mística se complementan. La ciencia “ofrece la posibilidad de descubrir dimensiones de la realidad que le están vedadas a nuestro intelecto… en cambio son accesibles a las experiencias espirituales”.

- La ciencia ha superado “la creencia en un mundo objetivo regido dentro del espacio y el tiempo por unas leyes causales”. “Lo que llamamos el universo, lo creamos nosotros mismos”…

- Fuera de nosotros sólo existen vibraciones… nosotros le aplicamos una estructura para comprenderlo.

- “Un organismo no es otra cosa que una malla de diversas estructuras morfogénicas”. “¿Los diversos seres serían algo así como concentraciones o cristalizaciones de este campo?”.

- “El universo no es otra cosa que la manifestación de un campo energético en el cual se manifiesta la Realidad primera”.

- Cada totalidad es parte de una totalidad superior, y no se entiende sin ella. La autotrascendencia -el amor- “es la postura básica del universo y el verdadero motor de la evolución”. “En el siguiente escalón de la evolución ya no nos consideraremos personas individuales, sino partes de la humanidad, que es una y amplia”


Religiones

- Las religiones son modelos que el ser humano utiliza para interpretarse a sí mismo y al mundo; se han desarrollado a partir de la experiencia mística de personas sabias.

- “Las religiones son como las hermosas vidrieras de una iglesia; dan una estructura determinada a la luz que hay detrás… dan a lo incomprensible una estructura comprensible”.

- “Lo que hace que las religiones sean atractivas es que prometen la salvación en un futuro lejano, con lo que satisfacen el anhelo de permanencia del yo”

- Hay una religiosidad más allá de las religiones… Jesús no quiso fundar ninguna religión.

- No es posible experimentar a Dios, dentro del corsé de las confesiones.

- La religión forma parte de la evolución humana. La evolución es Dios que se despliega a sí mismo. “Sólo hay una Realidad primera… una montaña a la que suben muchos caminos”.

- Todas las religiones disponen de estructuras básicas comunes… enfoque en la respiración, o también en un sonido, una palabra, una letanía. “No se trata de reflexionar sobre esas palabras o sonidos, sino de hacerse uno con ellos”: el rosario, las letanías, recitaciones mecánicas, movimientos rítmicos, peregrinaciones.

- “El cuerpo tiene más nivel de intimidad con el nivel de la consciencia amplia que el intelecto”. En el cristianismo se nos ha olvidado la energía espiritual del cuerpo… la “oración corporal”. “El cuerpo es siempre el punto de partida; es, por así decir, la vasija que contiene el encuentro con la Realidad divina”


Teología (Nuevo enfoque)

- Existe un malentendido racionalista en el cristianismo, una tendencia teísta. La teología se basa en un dualismo: la redención sólo puede venir del exterior… y hoy resulta muy difícil esta teología. La mística disuelve las fronteras. Actualmente existe un peligro de regresión. Resulta urgente reinterpretar los conceptos.

- “Al cristianismo le hace falta “una teología nueva basada en los conocimientos cosmológicos de las ciencias”.

- La teología nació de la experiencia y debe volver a ella. Platón ya presentó una teología no teísta. La Iglesia se ha desviado del camino de la contemplación porque ha crecido el legalismo, y la teología se ha convertido en una ciencia.

- El enfoque oriental se convertirá en el gran desafío de la cristiandad de este siglo… se aproxima mucho más al proceso de la evolución”


Temas concretos

- La teología de la redención no procede de Jesús sino de Pablo. Sus raíces están en un rito arcaico. La salvación de toda la humanidad no puede depender de la muerte de Jesús, “pero nadie se atreve a hacer una interpretación valiente”

- “Las palabras dichas sobre el pan y el vino son solamente una confirmación, no una transubstanciación. Y cuando bautizo…No hay nada que se limpie; se confirma lo que es desde el principio: la unidad de Dios y persona”.

- “Las metáforas de cielo e infierno, de creación y de juicio final son cada vez menos expresivas”

- El tiempo no es una realidad que exista en sí. “El más allá no es algo que acaecerá en algún momento…”. La idea del juicio final queda obsoleta… El cielo y el infierno no son realidades del más allá sino metáforas de una vida plenamente realizada o no, aquí y ahora. La unión de religión y moral no ha sido provechosa (116-118).

- “Aquello que llamamos el mal es parte integrante de la Realidad primera”. Es imposible entender el mal con nuestra razón. “La mística libera del deseo de que perdure el yo, siempre que haya dado ya en vida la experiencia de que nuestra realidad auténtica no radica en el yo, con el que siempre nos solemos identificar erróneamente”. La evolución consiste en devorar y ser devorado.

- Demonios, sombras, diablo, monstruos… son la cara oculta de nuestra propia consciencia. Son una parte de nosotros que no somos capaces de aceptar y las proyectamos hacia fuera: hacia el cuerpo, la sexualidad.

- “El pecado no es otra cosa que la negación de la autotrascendencia, el rechazo a poder abrirse en el amor”. “Desde el punto de vista de la mística, el pecado es, a fin de cuentas, falta de conocimiento”.

- Pecado original: “la caída verdadera del primer hombre no es otra cosa que el paso hacia la individuación, hacia la separación de ‘un cielo prepersonal’…del paso desde el estado del instinto al del conocimiento del bien y del mal” fue un progreso de la evolución pero trajo unas cargas… “tomaron conciencia de su yo, muerte, enfermedad, sufrimiento, culpa, soledad”.


Dios

- Dios es la Realidad primera, la Vida, y se encarna en el cosmos.

- Igual que la luz no se puede reconocer sin que ilumine algo, tampoco existe Dios sin forma.

- No hay otra cosa que Dios, pues Dios mismo es el ser… Dios y ser humano se corresponden como oro y anillo… He aquí donde radica para mí el sentido de la encarnación de Jesús.

- Se hará pedazos el Dios al que rezábamos cuando niños.

- “Para mí no hay nada que no sea hijo de Dios” “Lo especial de Jesús radica en su experiencia de unidad con aquello a lo que llamó Padre”.

- Jesús, él mismo es su mensaje.

- “Igual que en Jesús, esta vida divina se ha encarnado en cada uno de nosotros. Lo que llamamos persona es una falsa persona”.


Mística

- “Misticismo significa: celebro mi vida como la manifestación de lo divino. Dios quiere ser persona en la persona”. En la experiencia de la realidad transpersonal “el ser humano entra en un estado de consciencia donde ya no es yo, pero en el que está muy despierto y presente. El yo aparece como lo que es en realidad: un centro de organización y funcionamiento para esta existencia terrenal… conglomerado de procesos psíquicos…”. “La persona mística experimenta ‘yo y más’, no un yo disminuido”.

- “El misticismo, en el fondo, desconoce el más allá. El más allá, el cielo, el renacimiento se prestan a ser el fundamento de la ética… pero este enfoque constituye precisamente un obstáculo para la liberación espiritual verdadera”.. “La mística no es otra cosa que la búsqueda de nuestra identidad verdadera”

- “La muerte no existe. Lo que muere no es más que la forma en la que lo verdadero se manifiesta”. “¿Por qué debería tener miedo de que mi barco se hunda si Dios es el mar en que me hundo?”"Lo único que se encarna siempre de nuevo es la Realidad primera que denominamos Dios; desconoce el cambio, el tiempo y el espacio. Tiempo y espacio se originan debido a las formas que van y vienen”.

- “En la mística no existe nacer ni morir, tan solo existe la continuidad de la Realidad Una”. “Para la mística, resurrección significa precisamente no la permanencia del ego, sino el desprendimiento de éste hacia su fusión con la Realidad primera, con Dios… la resurrección en la unidad transpersonal con Dios

- El mundo no es otra cosa que la manifestación de Dios

- “Mística y unión con la naturaleza son dos caras de la misma moneda”. “La conciencia cósmica es el nivel de la mística”

- El ego solamente es “un centro de organización para la estructura personal de cada individuo por eso se da el “miedo del yo a perder el control en el espacio interpersonal”.

- El amor, la apertura, es el principio de la evolución y autotrascendencia

- “La voluntad, junto con nuestro intelecto, memoria, voluntad y sentimientos, constituye nuestra estructura del yo. Pero es precisamente esa estructura lo que el discípulo tiene que relegar… El yo acota un trozo de la Realidad para ocuparse solamente de ella”.

- Mientras se quiera avanzar no se adelantará nada…Sólo adelantará el que se desprenda de su voluntad. “Es Alá el que tiene que adorar a Alá” (Lex Hixon). “Dios mismo hace en el santo tolo lo que el santo hace. Dios anda, está de pié, está tumbado, duerme, está despierto, come, bebe y está contento” (Silesius).

- “Solamente en la presencia en el momento será posible la comunicación con Dios”. Tan solo en el instante de la vida vivida tiene lugar la comunicación con Dios

- La experiencia mística no altera la estructura personal del individuo pero produce un proceso de transformación “no por apelaciones de índole moral tales como ‘debes’ o ‘tienes que’. Va adquiriendo por sí misma una nueva cosmovisión y un nuevo orden de valores… más tolerante… una gran benevolencia hacia la vida”. Todo ello ocurre no porque se haya querido que fuera así, sino desde el interior.

- La evolución aún no ha llegado a su punto final. El ser humano se encuentra en el umbral del siguiente nivel de consciencia. Se está desarrollando una “Psicología transpersonal” (espacio prepersonal, personal, transpersonal).

- “Igual que el arco iris abre, como un abanico, el espectro de la única luz, la conciencia divina se despliega en la pluralidad de las diferentes formas de consciencia”. “En el fondo no se trata de otra cosa sino de nuestra plenitud como seres humanos”.

Para compensar la sequedad de este resumen, quiero terminar con una cita densa de sugerencias para la contemplación y para la vida espiritual:

“Dios no quiere que le adoremos, quiere que le vivamos”


Gonzalo Haya Prats
http://www.atrio.org/?p=1880

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viernes, 29 de agosto de 2008

Jesucristo Sacerdote según la Carta a los Hebreos

Gonzalo Haya sobre Ariel Álvarez

Introducción

He leído con gran interés el artículo de Ariel Álvarez Valdés sobre Cristo Sacerdote en la Carta a los Hebreos publicado en este blog [1] ayer, día 13 de julio del 2008. Por dos veces intenté insertar un comentario, pero me salía confuso y excesivamente largo. Esta mañana, al dar los buenos días a Dios, he repensado el tema y me he aclarado un poco.

Profeta, Rey y Sacerdote

El citado artículo nos explica que los judíos conversos tenían nostalgia de sus sacerdotes y del culto que se celebraba en el Templo de Jerusalén. Jesús había sido un laico, imposibilitado de acceder al sacerdocio por no pertenecer a la tribu de Leví.

El pueblo esperaba un Mesías que sería Profeta, Rey y Sacerdote.

“La aparición de un futuro Profeta lo anunciaba el libro del Deuteronomio, cuando Dios le dice a Moisés: Suscitaré un Profeta como tú de entre tus hermanos" (18,18). Yo me pregunto cómo se lo prometió Dios a Moisés. Ya no creemos que Dios tuviera todas aquellas prolijas conversaciones con Moisés. Creo que en Moisés, o en el pueblo a lo largo de su historia, creció la confianza de que Dios no lo abandonaría, e imaginaron que la ayuda de Dios vendría a través de un profeta que los liberaría como había hecho Moisés.

“La promesa de un futuro Rey estaba en el 2º libro de Samuel, donde Dios le dice a David: Cuando tú mueras yo pondré un descendiente tuyo y mantendré tu trono para siempre" (7,12). La misma confianza en la protección de Dios, ahora en el contexto de David, se interpreta como la llegada de un Mesías Rey.

“Finalmente la promesa de un futuro Sacerdote para los últimos tiempos se la había hecho Dios al sacerdote Elí: Mandaré un sacerdote fiel, que actúe según mi voluntad" (1Sam 2, 35). Ahora, en el contexto sacerdotal, el esperado salvador aparece como sacerdote.

Jesús “fue reconocido como "profeta" (Mc 9, 8), ‘gran profeta’ (Lc 7, 16), e incluso ‘el profeta’ (Jn 6, 14). También fue reconocido como ‘rey’ (Mt 21, 9), el ‘rey que viene en nombre del Señor’ (Lc 19, 38), el ‘rey de Israel’ “(Jn 12, 13).

Para no defraudar, y para cerrar la argumentación apologética, faltaba reconocer a Jesús como sacerdote. El autor de la carta a los Hebreos descubre la respuesta “leyendo un Salmo que decía: ‘Dios lo ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec" (110, 4).

Creo que la única promesa de Dios –aunque no expresada con palabras- es no defraudar la esperanza humana de salvación, de lograr ese algo indefinido que anhelamos y que pintamos con nuestros colores terrenales de un reino feliz.

Jesús es para mí “el rostro humano de Dios” y no tiene necesidad de ser ni Mesías, ni rey, ni sacerdote. Lo entiendo mejor si no es ni rey ni sacerdote, aunque comprendo que para otros, la manera de llegar a él es considerarlo como Mesías, rey o sacerdote.

La palabra de Dios

Tradicionalmente se ha considerado la Biblia como una obra inspirada por Dios a distintos amanuenses -aunque no se considere meramente dictada-, y por lo tanto con total coherencia interna. Actualmente se tiende a considerar la revelación como la percepción que tuvieron de Dios personas con una intensa experiencia religiosa; percepción ineludiblemente representada mediante los elementos culturales o las experiencias humanas de cada uno.

Cada autor del Nuevo Testamento nos da una visión del mensaje y de la misión de Jesús, no siempre compatibles, como por ejemplo la concepción del templo y del culto en Juan y en la Cartala Biblia. a los Hebreos. Las comunidades cristianas aceptaron esta variedad, pero cerraron la puerta a las desviaciones que ya apuntaban estableciendo el canon de los libros sagrados que forman

Lo que llamamos “Palabra de Dios” son interpretaciones humanas –muy venerables- que tratan de transmitirnos diversas experiencias de Dios. Estas interpretaciones sirven de orientación para los que no logramos experimentar esa presencia de Dios, pero no todas ellas nos sirven igualmente. Incluso una misma experiencia religiosa nos sirve de orientación en una época de nuestra vida, pero posteriormente deja de ser significativa para nosotros.

El autor de la Carta a los Hebreos sintió la necesidad de presentar ante su comunidad a Jesús con Sacerdote. Juan prefirió invitar a su comunidad a adorar a Dios, no en un templo, sino en espíritu y en verdad. Yo he sentido la tentación de tomarme muy a pecho estas palabras del cuarto evangelio –y del protomártir Esteban- y proponer la supresión de los templos cristianos. Sin embargo creo que debo respetar a los cristianos que se sienten identificados con la Carta a los Hebreos, con tal de que no atribuyan al culto un valor en sí que pretenda comprometer a Dios, sino que lo consideren como un desahogo de su deseo de relacionarse con Dios.

Espiritualidad elitista

Tal vez se me pueda reprochar que propongo un cristianismo elitista –una espiritualidad sin religión- poco adecuado para el pueblo sencillo al que Jesús se dirigía. Tal vez tengan razón, pero, en este caso, elitista no significa superior, porque soy consciente de que para Jesús los primeros, las élites, serán los últimos. La religiosidad del pueblo, las procesiones, el rocío, las reliquias, los amuletos, los disciplinantes..., cristianos o no cristianos, serán los preferidos de Dios, no por ser mejores sino por estar más necesitados.

La sensata espiritualidad de una élite tiene que conformarse con el papel de hermano mayor del hijo pródigo, de jornalero de primera hora que recibe el mismo jornal del de última hora.

Yo acojo el papel que quizás me haya tocado en la construcción del reinado de Dios: ir despejando de mediaciones –siempre a la vez distorsionadoras- el camino hacia Dios, anhelar el “ya sí” del reino, el encuentro con Dios. Sería deshonesto, con Dios y conmigo mismo, el envidiar a mi hermano menor y remolonear en mi trabajo malgastando la herencia del Padre.

Agradezco a Dios ser recibido en el reino junto con mi hermano menor y detrás de los publicanos y de las prostitutas.

Ahora en las fiestas catalanas se levantan las pirámides de los castellets humanos; a la cima sube un niño, no por ser el más fuerte, sino por ser el más liviano. Yo, con mi pretendida élite espiritual, me encuentro satisfecho en la base de la pirámide.

Gonzalo Haya
http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2008/08/27/jesucristo-sacerdote-segun-la-carta-a-lo

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sábado, 1 de marzo de 2008

Las nalgas de Dios

Hace tiempo me llegó esta deliciosa leyenda africana, que quiero comentar con vosotros.

Las nalgas de Dios

Hace muchos años los hombres vivían agachados, casi a cuatro patas como los animales, porque Dios llegaba muy cerca de la tierra y llenaba el Universo entero; se acercaba hasta la altura de las vallas. Por eso el hombre vivía agachado, pero era feliz porque no conocía otra cosa y se alimentaba de Dios. Cuando tenía hambre, levantaba el brazo, daba un pellizco a la nalga de Dios, le quitaba un trozo, y se lo comía.

Así vivía el hombre.

Un día, una mujer salió de su casa con la mirada fija en el suelo, porque iba agachada, y se encontró unas semillas; las recogió, las metió en su mortero y se puso a majarlas con tan mala suerte que le dio un golpe con el mazo a una nalga de Dios.

- ¡Ay! ¡Perdona, Señor, que ha sido sin querer!

La mujer estaba confusa por el golpe que le había dado a Dios, pero éste le contestó:

- No te preocupes, mujer, que no ha sido nada.

La mujer, más tranquila, se atrevió a pedir a Dios:

- ¡Señor! Si te alejases un poco, no volvería a molestarte.

Y Dios, bondadoso y conciliador, se alejó un poco como se lo había pedido la mujer. Ésta siguió con su ocupación y cada vez más absorta en ella. Cuando más entusiasmada estaba, ¡zás!, volvió a dar otro golpe a Dios en la nalga con el mazo.

- ¡Ay! ¡Perdona, Señor, estaba distraída y se me ha escapado el mazo! No quería hacerte daño.

- Mujer, no es nada; no te preocupes, decía Dios a la mujer para tranquilizarla. Cuando lo logró, la mujer se atrevió a decirle:

- Señor, si te alejases un poco más, entonces sí que no volvería a molestarte.

Dios se alejó otro poco más y la mujer terminó de majar sus semillas, que se habían convertido en harina. La probó y la encontró tan deliciosa que se fue en busca de otras semillas con las que pudo llenar su mortero. Enseguida se dispuso a majarlas y su entusiasmo crecía por momentos. Entre cantos y palma alzó el mazo al aire para marcar el ritmo y volvió a dar un golpe a Dios en su nalga. La mujer se llevó tal susto que no sabía cómo reaccionar y balbuceando pudo decir a Dios:

- Perdona, Señor, no sé qué me pasa. Ha sido sin querer. Perdóname, no quería hacerte daño.

Dios no se enfadó. Su única preocupación era la mujer que parecía aterrada; pero cuando ésta recobró los ánimos se atrevió a decirle a Dios:

- Señor, si te alejases otro poco ya no volvería a molestarte más.

Y Dios se alejó mucho y se fue allí donde está ahora para no estorbar a la mujer que majaba sus semillas. Desde entonces, la creación pudo desarrollarse: se formaron las montañas, crecieron los árboles, y los hombres se pusieron de pié, bien erguidos. Y Dios, que era el alimento de los hombres, ya no estaba para proporcionarles su sustento. Y los hombres tuvieron que sembrar sus semillas y aprender a vivir de su trabajo.

Comentario

Mi primera sorpresa fue descubrir un pensamiento tan profundo en esta ingenua narración sobre las nalgas de Dios. Perdonad que disipe su encanto tratando de expresaros la filosofía y el humanismo que yo percibo en esta leyenda. Espero que vuestros comentarios nos descubran nuevos valores de este mito.

Hace mucho tiempo los hombres vivían agachados, como animales, porque Dios llenaba el Universo entero, y se alimentaban pellizcando las nalgas de Dios. Fue la curiosidad de una mujer por las semillas, y el sacudir la pereza de la comida fácil, lo que le hizo sentirse asfixiada por la inmensidad de Dios. Aquí no se trata de un fruto prohibido, ni del “árbol de la ciencia del bien y del mal”, sino del desarrollo de una mujer. Al erguirse deja de ser “como los animales”.

La mujer asume su “culpa” con confianza y, a pesar de sentir su pequeñez ante Dios, se atreve a pedirle que se aleje un poquito. El temeroso respeto a Dios no le hace renunciar a su invento, a su entusiasmo, a su festiva alegría. El fruto de su trabajo le resultó delicioso. En esta tradición, la mujer no introduce el pecado sino un humanismo en respetuosa confianza con Dios.

Y Dios se alejó mucho para no estorbar el desarrollo del Universo y nuestro desarrollo. Se acabó el maná de las nalgas de Dios y tenemos que vivir de nuestro trabajo. El padre comprendió que los hijos se habían hecho adultos.

Esta primitiva leyenda se anticipó a responder con un mito, -experiencia vital de su pueblo- a la pregunta de filósofos e intelectuales: ¿Dónde está Dios?

Gonzalo Haya

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lunes, 18 de febrero de 2008

La hijita de papá


Cuentos para pensar

La hija de un abogado no aparecía por casa desde hacía cinco años.

Al volver, su padre le echa una tremenda bronca

- ¿Dónde has estado todo este tiempo? ¡Desgraciada! ¿Por qué no has enviado ni siquiera una carta? ¡No has telefoneado ni una sola vez!. ¡Vagabunda! No sabes cuánto ha sufrido tu madre por ti.

La muchacha, llorando, contesta

- Papá, me daba vergüenza, porque estaba trabajando como prostituta.
- ¡Qué dices! ¿Prostituta? ¡Fuera de aquí, desvergonzada, ordinaria, estás avergonzando a toda la familia, no quiero verte nunca más!
- Está bien, papá, como quieras. Yo solamente venía a traerle a mamá este abrigo de pieles, a mi hermano las escrituras de un chalecito en la playa, y a ti el BMW que está en la puerta.
- ¡Hijita! ¿en qué me decías que trabajabas?
- De prostituta, papá.
- ¡Ah, que susto me diste! ¡Había entendido que trabajabas como profesora sustituta! ¡Ven y dame un abrazo!

Comentario

El cuento impacta por sí mismo y no necesita comentario. Sin embargo, si queremos saborearlo en sus matices, podemos analizarlo.

Ante todo su humor. Si suprimimos la disparatada confusión entre “prostituta” y “profesora sustituta”, el cuento quedaría como un ejemplito moralizante que suscitaría más rechazo que aceptación. En el lenguaje del Análisis Transaccional diríamos que el humor se dirige al Niño que llevamos dentro, al Bart Simpson, que he citado en otra ocasión. Sin humor, sería una lección del estado Padre del yo –el que dice lo que hay que hacer- que nuestro Niño recibiría de mala gana.

La caricatura es otro recurso muy útil para lograr la aceptación de un aviso social. Y mejor la caricatura de otro, aunque también funciona la propia. La caricatura, la exageración del egoísmo del padre, permite que no nos identifiquemos con él, que no nos sintamos acusados de ese egoísmo; y por consiguiente que no nos defendamos.

Bajadas las defensas, percibimos que algo de ese egoísmo sí tenemos; que más de una vez nuestro juicio ético se ha dejado influir, si no por el dinero, sí por los lazos familiares, por la simpatía de una persona, o por la pertencia a una idea, a una comunidad o a un partido político. Y cuando nos dejamos influir por lo emocional –sea por egoísmo o por corporativismo- buscamos justificaciones racionales, aunque a veces resulten tan peregrinas como la del padre de nuestro cuento.

Gonzalo Haya

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viernes, 8 de febrero de 2008

Otra palabra, otra óptica

Los lentos estudios filológicos aportan a veces una nueva óptica. Yo le debo esta nueva visión a mi compañero Pope Godoy, que ha dedicado mucho tiempo a buscar la correspondencia castellana de la expresión central del mensaje de Jesús: el reino de Dios, dejando constancia de su investigación en su escrito Dios, Reinado y Realeza en el Nuevo Testamento.

“La lengua griega no tiene tres palabras distintas para expresar estos tres significados, sino que utiliza una sola palabra: “basileía” (βασιλεα), que, según el contexto puede significar: reino, reinado o realeza. Podemos decir que basileía es como un triángulo: se puede analizar desde cada uno de los tres ángulos. La imagen es siempre la misma, pero ponemos en primer plano y destacamos un aspecto u otro”.

Reino alude a un territorio con régimen político determinado. Reinado significa un estilo de gobierno. El territorio puede ser prácticamente el mismo, pero el reinado de Felipe II fue muy distinto al de Felipe V.

Y no creo que sea una sutileza inútil. Con la traducción como “reinado”, la oración del Padre nuestro toma un sentido diferente. “Venga a nosotros tu reino” sugiere una espera estática hasta que un día Dios establezca una teocracia. “Llegue tu reinado” apunta a la instauración del estilo de Dios en las relaciones sociales. (El inciso “a nosotros”, se justifica Godoy, no esá en el original griego, aunque aparezca en la mayoría de las traducciones vernáculas).

Jesús no pretendía que Jahvé restaurara su reino -la teocracia- en Israel; Jesús quería que seamos los hombres los que cambiemos nuestro modo de relacionarnos. ”Sabéis que los jefes de las naciones las dominan y que los grandes les imponen su autoridad. No será así entre vosotros; al contrario, el que quiera hacerse grande entre vosotros sea el servidor de todos”.

Este es el estilo de Jesús. Los evangelios lo expresan como reinado, porque en su tiempo todo régimen autónomo se denominaba reino. Hoy día “reino” es un sistema político y, para muchos, bajo sospecha. Por eso en vez de reinado se está introduciendo el término equivalente de “gobernanza”.

Quizás habría que entender el “reino de Dios” como la “gobernanza” de Dios, el estilo con el que Dios desearía que se autogobernaran los pueblos. Lo que Jesús deseaba es que los gobernantes, los banqueros, los directivos de empresa, los accionistas, los ciudadanos… nos comportemos como administradores de unos bienes comunes y como servidores de todos, especialmente de los necesitados y de los enfermos.

El reinado de Dios tiene más que ver con los microcréditos que con la deuda externa; con los fármacos genéricos más que con los adelgazantes.

El reinado de Dios no es solamente un deseo cristiano. Expresado con otras palabras, es la aspiración de toda conciencia honesta.

Godoy termina su exposición interpretando el texto de Mateo 12,28 “ha llegado a vosotros el reinado de Dios”. El sentido actual del texto sería

“Ya ha empezado una sociedad alternativa”.

Gonzalo Haya Prats

http://www.atrio.org/?p=1138

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sábado, 2 de febrero de 2008

La defensa de los indefensos

Me ha llegado una anécdota que me gustaría comentar con vosotros.

Un vuelo de TAP (Línea Aérea Portuguesa) tuvo que ser cancelado. Los pasajeros se agolparon en una larga cola para reclamar la salida más inmediata. Una única empleada trataba de resolver lo mejor posible los problemas de los pasajeros.

De repente se adelantó un pasajero muy irritado, arrojó su billete sobre el mostrador y dijo: Yo tengo que ir en el primer vuelo, y tiene que ser en primera clase.

La empleada le respondió: Disculpe, señor, le atenderé con mucho gusto cuando llegue su turno y haré todo lo posible por ayudarle, pero primero tengo que atender a estas personas que esperan pacientemente en la cola desde hace un buen rato. .

El pasajero replicó en tono imperioso y en voz alta para que todos se enterasen: ¿Sabe usted acaso quién soy yo?

La empleada sonrió tranquilamente, tomó el micrófono y anunció: ¡Atención, atención, por favor! Junto a este mostrador se encuentra un pasajero que no sabe quién es y pregunta porque debe de estar perdido. Si hay aquí algún pariente o alguna persona que pueda ayudar para identificarlo, le solicitamos que se acerque al mostrador. Gracias.

Los que esperaban no pudieron menos de reirse abiertamente. El aludido miró furioso a la empleada y le espetó: Voy a j*derte.

Ella sin pestañear, sonrió y le dijo: Disculpe, Señor, pero también para esto tendrá que esperar en la cola.

Comentario

Se non é vero, é bene trovato. Si es cierta la anécdota, la empleada merece un premio, no de marketing pero sí de serenidad y de creatividad; aunque no sé si al final le costaría el puesto.

Ante un conflicto es difícil no sentirse ”enganchado”, no responder en el mismo tono irritado del agresor. El Análisis Transaccional diría que ante una agresión salta nuestro “niño irritado”.

Los expertos en resolución de conflictos recomiendan que abordemos la situación como si no fuera con nosotros, como si contempláramos desde un balcón la discusión que se produce en la calle. Esta lejanía desconecta la emotividad y permite buscar soluciones objetivas. El Análisis Transaccional diría que en vez de engancharnos con el “niño irritado” debemos cortar con el “adulto”, con la capacidad de discernir lo conveniente en este momento.

La empleada de TAP supo desconectar a su “niño irritado”, y esto es lo más difícil en un conflicto. ¡Premio a la serenidad! No sé si conectó su “adulto” o más bien su “pequeño profesor”, su niño creativo, su Bart Simpson.

Si ésta no fue la respuesta que exigiría la empresa, sí fue la respuesta que deseaban los pasajeros menospreciados y la que se merecía el pasajero orgulloso. Y fue una respuesta creativa, porque la creatividad surge cuando no estamos reprimidos por el temor.

La respuesta de esta empleada no es la ideal para la resolución de conflictos, porque encona más a la otra parte, porque se produce un “gano-pierdes” que probablemente se transformará luego en un “pierdo-ganas”. Sin embargo esta respuesta puede enseñarnos un primer paso en la resolución de conflictos: desconectar nuestra irritación, mantener la serenidad suficiente para buscar soluciones creativas.

Nadie es perfecto, pero creo que esta empleada merece el reconocimiento de todos los que frecuentemente tenemos que hacer cola. No resolvió el conflicto del pasajero orgulloso con la TAP, pero sí puso su granito de arena para equilibrar el conflicto de los sufridos ciudadanos con los caballeros orgullosos.

Esta empleada merece el reconocimiento por la defensa de los indefensos.

Gonzalo Haya Prats

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martes, 8 de enero de 2008

La conciencia, guía de la razón

Leíamos ayer en LA HORA DEL GRILLO que no es tiempo de certezas sino de búsqueda. Un pastor protestante se declara “ateo creyente” y un sacerdote católico funda la “"Iglesia Apostólica y Ecuménica Santa María al Pie de la Cruz".

La espiritualidad desconfía de las palabras, de los conceptos, de los argumentos, y busca nuevas expresiones. Desconfía sobre todo de unas creencias idealistas que se traducen en comportamientos egoístas deshumanizados. La razón que justifica la justicia queda descalificada por la honestidad de la conciencia.

Es tiempo de destruir conceptos hipócritas; pero también es tiempo de buscar nuevas expresiones en consonancia con la razón y con la conciencia. Para que la razón se serene habrá que esperar que se apague la indignación ante el engaño y la hipocresía de las viejas palabras. No podemos pensar en medio de la indignación. Es mejor esperar, practicar honestamente según la conciencia. Ya surgirán las nuevas expresiones más en consonancia con la razón y la conciencia.

Lo que importa no es lo que pensamos sino lo que hacemos. La verdadera personalidad no se manifiesta en las palabras sino en los hechos. Luego, para que haya armonía, para que no caigamos en la esquizofrenia, trataremos de poner de acuerdo las palabras con los hechos, ya aprobados por nuestra conciencia. Las palabras, los conceptos, son una explicación de los comportamientos, un apoyo, una luz auxiliar para momentos de indecisión.

Mientras buscamos, no nos dejemos separar por las palabras; que nos unan la justicia, la solidaridad y el amor.

Gonzalo Haya

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jueves, 29 de noviembre de 2007

Religión y fantasía


Xavier Pikaza, uno de los teólogos actuales más reconocidos de España, al comentar en su blog del día 27 de noviembre un texto de los evangelios apócrifos, hace una brillante reflexión sobre el papel de la fantasía en la religión.

Transcribo aquí el texto porque creo que arroja luz sobre el punto de encuentro que buscamos en nuestra PLATAFORMA.


“Para situar mejor el tema, ofrecí ayer ocho funciones de la religión: experiencia, conocimiento, comunidad, praxis, mística, historia, salvación y poder… Tiene, también otras, como dije. Entre ella está la función de la fantasía, es decir, de la imaginación. No es la única, no puede separarse de otras funciones (de historia y conocimiento, de compromiso práctico y culto…), pero es muy importante y colorea de algún modo todas las restantes.

El hombres es muchas cosas: cuerpo y alma, sentidos e inteligencia, razón y sentimiento… Entre todas ellas destaca la imaginación o fantasía, que ha sido devaluada a partir de los racionalismos filosóficos y religiosos del siglo XVI. La ciencia actual es seca, la religión es racionalista, en el plano de pensamiento (dogma) y de acción (regulación ética). Hemos mutilado la fantasía y con ella hemos secado las fuentes de la religión. Por eso, en gran parte, porque la religión ha dejado de alumbrar las fuentes de la fantasía, corremos el riesgo de perder la religión (y otros valores de la vida humana).

La fantasía está vinculada con todo: con la experiencia y con la sabiduría, con la historia y con la mística, con la salvación y los poderes de la vida… Una religión sin fantasía se halla muerta. Pues bien, la fantasía (o, si queréis, la imaginación) se sitúa entre el puro sentido externo y la razón pura. Los sentidos no bastan para que un hombre sea humano, tampoco el puro entendimiento. En esa línea, el hombre es un ser que “inventa”, es decir, que descubre y proyecta la realidad. ¡Cómo lo sabía T. Varron, buen romano, al hablar de las tres religiones: poética, política, racional! ¡Cómo lo sabía el Kant de la “Crítica del juicio (estético)”, tan olvidado! ¡Cómo lo sabían los cardenales de las fantasías de colores y de templos del barroco!

El ser humano es un animal de fantasía: la suerte de la vida le ha ofrecido como herencia y casa la obligación de tantear y edificar su habitación o campo de existencia a través de la cultura… pero de una cultura en que va tanteando, proyectando, creando mundos significativos….En esa línea, el conocimiento del hombre es creador en la medida en que se abre a nuevos espacios imaginativos, que nos permiten encuadrar y comprender lo que sabemos, para actuar mejor…

Sólo en la medida en que las religiones sean capaces de crear “imaginarios colectivos” pueden responder a la búsqueda del hombre y dar sentido a su camino… En ese sentido, bien planteados, los mismos “dogmas” pertenecen al campo de lo imaginario, más que de lo puramente racional (en sentido técnico o científico); son símbolos, no argumentos. Creo que la tragedia de la religión actual, al menos en occidente, es que ha dejado de producir fantasías, es decir, mundos imaginarios que permitan sentir y comprender la realidad.

En esa misma línea, la historia fundante de una religión como la cristiana sólo es verdadera en la medida en que es capaz de suscitar espacios imaginarios en los que se proyecta la realidad fundante de la historia (en este caso, de Jesús) y el sentido de los grandes valores de la vida, abriendo caminos de esperanza. Lo malo no es la imaginación, sino las malas imaginaciones… Lo malo no es la fantasía, sino la manipulación de fantasías… al servicio de mundos ya pasados o de poderes externos. No se puede ir en contra de la fantasía… pero hay que regularla. Tiempos como los nuestros, corren el riesgo de hundirse en fantasías pequeñas, vulgares, de “Gran Hermano”, en vez de abrirse a fantasías enormes, como las que están en el fondo de la Biblia (o del Ulises de Homero)”.


Comentario

Para mí, este texto pone de relieve que toda religión es fantasía; pero no una fantasía frívola, sino una fantasía que nace de raíces profundas, de raíces antropológicas universales. El mito perdura porque no es una historieta entretenida sino una aspiración profundamente humana.

Si religión es relacionarse con Dios, y Dios es inexpresable en conceptos humanos, la religión sólo puede aproximarse con imaginaciones que nacen de sentimientos profundos, con sugerencias sin pretensión definitoria ni exclusivista. La imaginería religiosa –de cualquier religión, de cualquier nivel místico o popular- no es verdadera ni falsa, sino camino que conduce o que aleja del amor que trasciende el egoísmo.

Estamos en un cambio de era y de paradigma cognoscitivo y social. Los viejos símbolos -desgastados por la evolución cultural o por las interpretaciones egoístas- van perdiendo su relación con lo significado. Necesitamos renovar la imaginería religiosa para buscar en nuestro interior las intuiciones profundas de los grandes fundadores; intuiciones que coinciden más que las explicaciones que han pretendido desarrollarlas.

Cambios necesarios para expresarnos y para ofrecer nuevos símbolos a quienes, desilusionados, caen en la banalidad. Cambios, pero respetando la conciencia y la imaginación de quienes todavía se sienten ligados a aquellos símbolos.

Gonzalo Haya

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jueves, 8 de noviembre de 2007

Introducción a la cultura japonesa


Hisayasu Nakagawa
Ed. Melusina. 2006



Preámbulo
Cada nación cree que su cultura es la mejor del mundo. Catalina II de Rusia reaccionó contra esta tendencia que se expresaba en el libro del abate Chappe d’Autroche. También cada nación suele mirar a las otras a través de estereotipos: los japoneses designan a los occidentales como “aoi-me” (los ojos azules).

El mundo lleno y el mundo vacío
El autor compara un mensaje en francés y en inglés de la azafata del avión -que atribuye el retraso a los controladores de Londres- con el mismo mensaje en japonés; en éste pide excusas pero sin aclarar quién pide las excusas.

La cultura japonesa es un mundo “vacío de sujetos” (“un remolino de sujetos sutiles”). En una oficina japonesa todos responden por la organización y asumen el papel del empleado que falta; en una europea, si te contestan, te dicen que el responsable no está.

El capítulo La verdad sin sujeto, pone de relieve que el japonés, al afirmar algo, acude a una frase impersonal como “Está bien decir...” o “Es absolutamente necesario decir...”. Para el japonés la garantía de la afirmación está en su carácter natural y espontáneo; en cambio, para el europeo, es la persona la que lo garantiza.

El autor compara la tradición judeocristiana “En el principio Dios creó el cielo y la tierra” con la tradición japonesa “En el momento en que el cielo y la tierra se desarrollaron por primera vez...”. También aquí se diluye el sujeto.

La tradición judeocristiana proclama la trascendencia; la japonesa, la inmanencia.

Shoeki Ando (1899) entiende la naturaleza como “un principio de equilibrio, de este movimiento armonioso... el movimiento espontáneo de una energía activa, que produce el avance o la regresión...”. Los caracteres chinos que componen la palabra naturaleza pueden leerse como “hacerse por ella misma” o “hacerse a sí mismo”.

En una película japonesa, una enfermera le dice al médico por qué se queda ante el peligro. La expresión japonesa “suki deso” se ha traducido bien al francés como “yo te quiero”, pero “en la frase japonesa, no hay ni pronombre, ni desinencia, ni sujeto, ni objeto que pudiese identificar quién amaba a quién. ¡Y la mujer ni siquiera miraba al hombre!”.

Traducir la identidad
El autor había leído muchas veces en japonés “El sueño de d’Alambert” de Diderot, pero no entendió el juego erótico de palabras hasta que lo vió representado en París. El japonés ve al anciano doctor y a la joven a través de sus roles y no puede captar el trasfondo personal erótico de sus palabras.

Lococentrismo
Un europeo que ve llorar a un niño perdido le diría “No llores, yo estoy contigo”; un japonés le diría “No llores, tu papaíto (ojisan) está contigo”.

En Japón “la primera persona, es decir, el sujeto existencial, no existe en sí misma, pero sí como elemento de relación contingente que se instaura en una escena particular” (Agustín Berque). “El yo de los japoneses se encuentra en un estado de indefinición, diríase de ausencia de coordenadas...” (Takao Suzuki).

Los historiadores europeos atribuyen a los individuos la iniciativa en los hechos; los historiadores japoneses la atribuyen a: a) la formación espontánea de los acontecimientos; b) la sucesión de los acontecimientos; c) la fuerza con la que los acontecimientos se forman espontáneamente. El Emperador de Japón proclamó “Se ha llegado a un punto en que estalló la guerra contra Estados Unidos...”.

Sobre la división religiosa
En Japón se puede ser a la vez budista y sintoísta. El padre del autor pidió que sus restos se repartieran entre un santuario budista y otro sintoísta, y cada cierto tiempo se celebran ritos fúnebres en uno u otro templo.

La muerte en fusión
El autor cita como características japonesas los sentimientos ante la muerte descritos en algunas novelas con trasfondo autobiográfico: “Todo me parecía movimiento continuo y sin fin. Suspiré. Cuando muera mi conciencia no existirá más, cierto es, pero mi cuerpo no dejará de existir y se fundirá con la extensa materia que es el universo. Viviré para siempre”.

El padre del autor solía decirle “cuando muera, regresaré a la tierra, feliz de reencontrarme con los elementos.. No celebréis mis funerales, festejad mi regreso al origen”.

Anverso y reverso
Doble estructura de la conciencia de los japoneses: cumplimiento reglamentario e indulgencia (interpretación o casuística permisiva). El jesuita Luis Fróis en el s. XVI interpretaba como hipocresía esta actitud: “En los europeos la sonrisa falsa se ve como una falta de sinceridad. En Japón se estima como noble y distinguida... saludan siempre y necesariamente con una sonrisa”. Otros viajeros del siglo XIX confirman los contrastes de la cortesía japonesa. (El padre Fróis valora las libertades de las mujeres japonesas respecto a las españolas de su época).


El arte japonés: yuxtaponer para enriquecer
El arte europeo se estructura en torno a un centro; el japonés yuxtapone de modo armonioso los diversos elementos. No hay predominio de uno sobre otro.

Japón importó la escritura china y el budismo vía Corea; incluso el sintoísmo parece que proviene del Taoísmo chino. En Europa cuando surge una secta, reclama su libertad y excluye otras interpretaciones. En Japón, en la Edad Media existían ocho sectas budistas y todas tenían como principio “la pluralidad de los valores”. El mismo principio adoptaron el sintoísmo y el confucionismo..

La pluralidad se reconoce en todos los terrenos (excepto durante el periodo ultranacionalista de la segunda guerra mundial). El “bento” es un plato de comida dividido en múltiples compartimentos para diversas clases de viandas. En la música conviven la escala de origen chino y de origen japonés. En la “vía del incienso, de las flores, o del té, el arte es un camino espiritual.

El desnudo al desnudo, y el desnudo escondido
Rousseau defiende la verdad desnuda –“alezeia”-. En una imagen de L’Encyclopedie, la Razón le quita el velo a la Verdad. La desnudez en Occidente es una rebelión liberadora; el pudor es consecuencia del pecado de Adán y Eva.

En el Japón del período Edo –antes de la modernización Meiji del s. XIX- se presentan pocos desnudos, ni siquiera en las cortesanas. No se necesita el desnudo como rebelión contra un Dios; simplemente usan los vestidos como elementos armónicos complementarios. Cuerpo y kimono se realzan mutuamete.

“En Europa, la verdad reside en aquello que se descubre; es la “alezeia”. Mientras que en Japón lo más importante es lo que está escondido. Bien es verdad que el desnudo no accederá a su propio valor si no es bajo la ropa.

¡Qué inconmensurable es la distancia que separa ambas civilizaciones!”.

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Comentario

Los capítulos “Vacío de sujeto”, “La verdad sin sujeto” y “Lococentrismo” muestran una cultura en la que el yo pasa a un segundo plano, en contraste con nuestra cultura individualista grecorromana.

Los acontecimientos suceden, el universo comienza a existir, la naturaleza es la actividad en desarrollo, la muerte es la fusión con los elementos de los que procedemos.

No existe un predominio ni de la persona, ni de una religión, ni de un arte determinado. Todo es orden y armonía. La sociedad lo acepta, y goza de ese orden.

Evidentemente esta filosofía no suprime los egoísmos y luchas, pero sí configura una mentalidad y un comportamiento social, más o menos fingido. Tampoco nuestra filosofía elimina los egoísmos propios de la naturaleza humana.

No pretendo enjuiciar qué cultura es superior. Tampoco soy capaz de yuxtaponerlas armónicamente, pero sí creo que la interacción entre ambas puede corregir los excesos de cada una. Los vicios suelen ser virtudes llevadas al exceso: summum ius, summa iniuria (extremar la justicia sería la mayor injusticia).

Por nuestra condición contingente, limitada, no podemos abarcar de una sola mirada toda la realidad. Cada cultura ve un aspecto de la realidad; si intenta extrapolar lo que ve, se alejará cada vez más de la realidad que se aprecia desde otro ángulo. Los extremos de la realidad no son compatibles en un solo lenguaje cultural.

En concreto ¿qué nos puede aportar esta visión de la cultura japonesa?

• Relativizar nuestros conceptos culturales, reconocerlos incapaces de expresar toda la realidad
• Yuxtaponer pacíficamente elementos muy diversos en arte, religión...
Creo que nos hemos tomado demasiado en serio el principio de contradicción.
• Rebajar el protagonismo individualista. La Historia no la hacen solamente los reyes y los generales; la hace el pueblo, el desarrollo...
• Aceptar la inmanencia y la autonomía que proclama nuestro mundo actual: Dios trasciende al hombre y al universo, no porque esté afuera, más allá, sino porque lo empapa y le da su fuerza evolutiva y su belleza. (Mística cristiana),
• Entender la muerte como fusión con el universo quizás no difiera mucho de la integración en el cuerpo místico de Cristo, de la redención por la que clama toda la creación (Rom 8,22).



Gonzalo Haya Prats


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