Leíamos ayer en LA HORA DEL GRILLO que no es tiempo de certezas sino de búsqueda. Un pastor protestante se declara “ateo creyente” y un sacerdote católico funda la “"Iglesia Apostólica y Ecuménica Santa María al Pie de la Cruz".
La espiritualidad desconfía de las palabras, de los conceptos, de los argumentos, y busca nuevas expresiones. Desconfía sobre todo de unas creencias idealistas que se traducen en comportamientos egoístas deshumanizados. La razón que justifica la justicia queda descalificada por la honestidad de la conciencia.
Es tiempo de destruir conceptos hipócritas; pero también es tiempo de buscar nuevas expresiones en consonancia con la razón y con la conciencia. Para que la razón se serene habrá que esperar que se apague la indignación ante el engaño y la hipocresía de las viejas palabras. No podemos pensar en medio de la indignación. Es mejor esperar, practicar honestamente según la conciencia. Ya surgirán las nuevas expresiones más en consonancia con la razón y la conciencia.
Lo que importa no es lo que pensamos sino lo que hacemos. La verdadera personalidad no se manifiesta en las palabras sino en los hechos. Luego, para que haya armonía, para que no caigamos en la esquizofrenia, trataremos de poner de acuerdo las palabras con los hechos, ya aprobados por nuestra conciencia. Las palabras, los conceptos, son una explicación de los comportamientos, un apoyo, una luz auxiliar para momentos de indecisión.
Mientras buscamos, no nos dejemos separar por las palabras; que nos unan la justicia, la solidaridad y el amor.
Gonzalo Haya