Los lentos estudios filológicos aportan a veces una nueva óptica. Yo le debo esta nueva visión a mi compañero Pope Godoy, que ha dedicado mucho tiempo a buscar la correspondencia castellana de la expresión central del mensaje de Jesús: el reino de Dios, dejando constancia de su investigación en su escrito Dios, Reinado y Realeza en el Nuevo Testamento.
“La lengua griega no tiene tres palabras distintas para expresar estos tres significados, sino que utiliza una sola palabra: “basileía” (βασιλεία), que, según el contexto puede significar: reino, reinado o realeza. Podemos decir que basileía es como un triángulo: se puede analizar desde cada uno de los tres ángulos. La imagen es siempre la misma, pero ponemos en primer plano y destacamos un aspecto u otro”.
Reino alude a un territorio con régimen político determinado. Reinado significa un estilo de gobierno. El territorio puede ser prácticamente el mismo, pero el reinado de Felipe II fue muy distinto al de Felipe V.
Y no creo que sea una sutileza inútil. Con la traducción como “reinado”, la oración del Padre nuestro toma un sentido diferente. “Venga a nosotros tu reino” sugiere una espera estática hasta que un día Dios establezca una teocracia. “Llegue tu reinado” apunta a la instauración del estilo de Dios en las relaciones sociales. (El inciso “a nosotros”, se justifica Godoy, no esá en el original griego, aunque aparezca en la mayoría de las traducciones vernáculas).
Jesús no pretendía que Jahvé restaurara su reino -la teocracia- en Israel; Jesús quería que seamos los hombres los que cambiemos nuestro modo de relacionarnos. ”Sabéis que los jefes de las naciones las dominan y que los grandes les imponen su autoridad. No será así entre vosotros; al contrario, el que quiera hacerse grande entre vosotros sea el servidor de todos”.
Este es el estilo de Jesús. Los evangelios lo expresan como reinado, porque en su tiempo todo régimen autónomo se denominaba reino. Hoy día “reino” es un sistema político y, para muchos, bajo sospecha. Por eso en vez de reinado se está introduciendo el término equivalente de “gobernanza”.
Quizás habría que entender el “reino de Dios” como la “gobernanza” de Dios, el estilo con el que Dios desearía que se autogobernaran los pueblos. Lo que Jesús deseaba es que los gobernantes, los banqueros, los directivos de empresa, los accionistas, los ciudadanos… nos comportemos como administradores de unos bienes comunes y como servidores de todos, especialmente de los necesitados y de los enfermos.
El reinado de Dios tiene más que ver con los microcréditos que con la deuda externa; con los fármacos genéricos más que con los adelgazantes.
El reinado de Dios no es solamente un deseo cristiano. Expresado con otras palabras, es la aspiración de toda conciencia honesta.
Godoy termina su exposición interpretando el texto de Mateo 12,28 “ha llegado a vosotros el reinado de Dios”. El sentido actual del texto sería
“Ya ha empezado una sociedad alternativa”.
Gonzalo Haya Prats