Paz Rosales
José Mª Castillo nos decía en su blog que la mayoría de nosotros pensamos lo que los demás nos hacen pensar. Es decir que nos somos autónomos en nuestros pensamientos.
Reflexionando sobre eso me pregunto: ¿De dónde salen nuestras ideas, criterios y pensamientos? ¿no saldrán de lo que ha entrado antes por nuestros sentidos? hechos que hemos vivido, ambientes donde hemos estado, libros que hemos leído, palabras que hemos escuchado etc. todo eso ha ido configurando nuestra mentalidad y construyendo el edificio interior de nuestras creencias e ideas.
Pero el mundo y su realidad va cambiando porque todo el cosmos está en continuo movimiento. Todo se mueve y se transforma poco a poco. Todo menos el Motor que está en el origen de ese movimiento. Ese Motor o Energía inteligente o Realidad última, como queramos llamarle, que permanece inalterable porque es el Vacío que todo lo sostiene. De ahí que todo es relativo y caduco, solo ese Motor es absoluto.
Se transforma el planeta, las culturas, las personas, la moral, el lenguaje, las religiones...aunque existen tradiciones, ritos y costumbres que persisten durante siglos y se resisten al cambio. Unas cosas cambian para mejorar y otras para empeorar, asi es la humanidad.
Hay personas a quienes no les gusta cambiar. Dicen:-siempre hemos hecho así y así se hará. Otras personas tampoco quieren cambiar porque se sienten seguras en el edificio interior que se han construido o que les han construído desde su infancia; su edificio de la moral, educación, creencias etc, se sienten bien ahí y no necesitan cambiar o no se lo plantean.
Pero otras personas no quieren cambiar por miedo a perder posiciones de poder y sus privilegios. Eso ocurre en el terreno de lo político, lo económico, lo religioso. El mundo y la sociedad van cambiado pero ellos no se apean de sus puestos, de sus costumbres, de sus ideas porque enfrentarse al cambio supone riesgo e inseguridad y cuando uno ve que su edificio interior ya no coincide con la evolución del mundo, siente que algunas partes de ese edificio se van cayendo y la persona queda a la intemperie sin cobijo seguro.
Eso es lo que ocurre con la fe, las creencias religiosas y el lenguaje religioso. Nos dimos cuenta que dogmas, ritos, símbolos etc. todo eso fue construcción humana que como todo lo humano incluye errores y miserias. Aun reconociendo que como humanos necesitamos expresar, celebrar, y decorar nuestra fe y que eso es legítimo y loable, ha estar sujeto a revisión constante para adecuarse a los nuevos tiempos y nuevas mentalidades.
Por eso hoy día no concuerdan con la actualidad, las mitras, báculos, vestimentas y toda la decoración de purpurados cardenalicios cuyo origen está en el decorado del imperio romano de tantos siglos ha. Tampoco concuerda mucho con nuestra mentalidad moderna el lenguaje mítico de nuestros misales y oraciones y otras muchas cosas de las diversas religiones.
La adaptación a cada época requiere espíritus lúcidos de mente abierta, desprendidos de su ego y de toda ambición, capaces de ir rompiendo paredes de su enorme arquitectura para quedarse con una construcción más simple, con muchas puertas y ventanas por donde puedan entrar toda clase de gente.
Esto se va haciendo desde la base y creo que el tiempo lo hará poco a poco en la cúspide. Ojalá!
Paz Rosales
Comentarios y FORO...
José Mª Castillo nos decía en su blog que la mayoría de nosotros pensamos lo que los demás nos hacen pensar. Es decir que nos somos autónomos en nuestros pensamientos.
Reflexionando sobre eso me pregunto: ¿De dónde salen nuestras ideas, criterios y pensamientos? ¿no saldrán de lo que ha entrado antes por nuestros sentidos? hechos que hemos vivido, ambientes donde hemos estado, libros que hemos leído, palabras que hemos escuchado etc. todo eso ha ido configurando nuestra mentalidad y construyendo el edificio interior de nuestras creencias e ideas.
Pero el mundo y su realidad va cambiando porque todo el cosmos está en continuo movimiento. Todo se mueve y se transforma poco a poco. Todo menos el Motor que está en el origen de ese movimiento. Ese Motor o Energía inteligente o Realidad última, como queramos llamarle, que permanece inalterable porque es el Vacío que todo lo sostiene. De ahí que todo es relativo y caduco, solo ese Motor es absoluto.
Se transforma el planeta, las culturas, las personas, la moral, el lenguaje, las religiones...aunque existen tradiciones, ritos y costumbres que persisten durante siglos y se resisten al cambio. Unas cosas cambian para mejorar y otras para empeorar, asi es la humanidad.
Hay personas a quienes no les gusta cambiar. Dicen:-siempre hemos hecho así y así se hará. Otras personas tampoco quieren cambiar porque se sienten seguras en el edificio interior que se han construido o que les han construído desde su infancia; su edificio de la moral, educación, creencias etc, se sienten bien ahí y no necesitan cambiar o no se lo plantean.
Pero otras personas no quieren cambiar por miedo a perder posiciones de poder y sus privilegios. Eso ocurre en el terreno de lo político, lo económico, lo religioso. El mundo y la sociedad van cambiado pero ellos no se apean de sus puestos, de sus costumbres, de sus ideas porque enfrentarse al cambio supone riesgo e inseguridad y cuando uno ve que su edificio interior ya no coincide con la evolución del mundo, siente que algunas partes de ese edificio se van cayendo y la persona queda a la intemperie sin cobijo seguro.
Eso es lo que ocurre con la fe, las creencias religiosas y el lenguaje religioso. Nos dimos cuenta que dogmas, ritos, símbolos etc. todo eso fue construcción humana que como todo lo humano incluye errores y miserias. Aun reconociendo que como humanos necesitamos expresar, celebrar, y decorar nuestra fe y que eso es legítimo y loable, ha estar sujeto a revisión constante para adecuarse a los nuevos tiempos y nuevas mentalidades.
Por eso hoy día no concuerdan con la actualidad, las mitras, báculos, vestimentas y toda la decoración de purpurados cardenalicios cuyo origen está en el decorado del imperio romano de tantos siglos ha. Tampoco concuerda mucho con nuestra mentalidad moderna el lenguaje mítico de nuestros misales y oraciones y otras muchas cosas de las diversas religiones.
La adaptación a cada época requiere espíritus lúcidos de mente abierta, desprendidos de su ego y de toda ambición, capaces de ir rompiendo paredes de su enorme arquitectura para quedarse con una construcción más simple, con muchas puertas y ventanas por donde puedan entrar toda clase de gente.
Esto se va haciendo desde la base y creo que el tiempo lo hará poco a poco en la cúspide. Ojalá!
Paz Rosales
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