lunes, 21 de febrero de 2011

BOLETÍN

LA HORA DEL GRILLO


Una esperanza: la Era del Ecozoico
Leonardo Boff
http://lahoradelgrillo.blogspot.com/2011/02/una-esperanza-la-era-del-ecozoico.html

Carta Mundial de los Migrantes
http://lahoradelgrillo.blogspot.com/2011/02/carta-mundial-de-los-migrantes.html

La rebelión de los condenados de la tierra (I)
Sergio Barrios Escalante
http://lahoradelgrillo.blogspot.com/2011/02/la-rebelion-de-los-condenados-de-la.html

¿San Mao?
Eloy Roy
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La culpa la tienen los pibes
Oscar Taffetani  
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Los monocultivos del hambre
Ernest Cañada
http://lahoradelgrillo.blogspot.com/2011/02/los-monocultivos-del-hambre.html

Entrevista al obispo francés Jacques Gaillot
Hernando Calvo Ospina
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A la izquierda, la convergencia de los ciudadanos y las ciudadanas
JUAN TORRES LÓPEZ (Catedrático de Economía), CARLOS MARTÍNEZ GARCÍA (Sociólogo), ARMANDO FERNÁNDEZ STEINKO (Politólogo)
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El silencio refuerza el oscurantismo
Domingo Riorda
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Estado policiaco (I)
Néstor García Iturbe
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Una esperanza: la Era del Ecozoico

Leonardo Boff


Quien haya leído mi artículo anterior El antropoceno: una nueva era geológica debe haberse quedado desolado. Y con razón, pues intencionadamente quise provocar tal sentimiento. En efecto, la visión del mundo imperante, mecanicista, utilitarista, antropocéntrica y sin respeto por la Madre Tierra y por los límites de sus ecosistemas sólo puede llevar a un impasse peligroso: destruir las condiciones ecológicas que nos permiten mantener nuestra civilización y la vida humana en este esplendoroso Planeta.

Pero como toda realidad tiene dos caras, veamos el lado prometedor de la crisis actual: el nacimiento de una nueva era, el ecozoico. Esta expresión fue sugerida por uno de los más importantes astrofísicos de la actualidad, Brian Swimme, director del Centro para la Historia del Universo del Instituto de Estudios Integrales de California.

¿Qué significa la Era del Ecozoico? Significa colocar lo ecológico como la realidad central a partir de la cual se organizan las demás actividades humanas, principalmente la económica, de tal manera que se preserve el capital natural y se atiendan las necesidades de toda la comunidad de vida, presente y futura. De esto resulta un equilibrio en nuestras relaciones con la naturaleza y la sociedad en el sentido de la sinergia y de la mutua pertenencia dejando abierto el camino hacia adelante.

Vivíamos bajo el mito del progreso. Pero éste se entendía de forma distorsionada, como control humano sobre el mundo no-humano para tener un PIB cada vez mayor. La forma correcta es entender el progreso en sintonía con la naturaleza y medirlo por el funcionamiento integral de la comunidad terrestre. El Producto Interior Bruto no puede ser hecho a costa del Producto Terrestre Bruto. Aqui está nuestro pecado original.

Olvidamos que estamos dentro de un proceso único y universal –la cosmogénesis– diverso, complejo y ascendente. De las energías primordiales llegamos a la materia, de la materia a la vida, de la vida a la conciencia y de la conciencia a la mundialización. El ser humano es la parte consciente e inteligente de este proceso. Es un evento ocurrido en el universo, en nuestra galaxia, en nuestro sistema solar, en nuestro Planeta y en nuestros días.

La premisa central del ecozoico es entender el universo como conjunto de las redes de relaciones de todos con todos: nosotros los humanos somos esencialmente seres de intrincadísimas relaciones. Y entender la Tierra como un superorganismo vivo que se autorregula y continuamente se renueva. Dada la embestida productivista y consumista de los humanos, este organismo ha quedado enfermo e incapaz de «digerir» todos los elementos tóxicos que hemos producido en los últimos siglos. Por ser un organismo, no puede sobrevivir de forma fragmentada sino integral. Nuestro desafío actual es mantener la integridad y la vitalidad de la Tierra. El bienestar de la Tierra es nuestro bienestar.

El objetivo inmediato del ecozoico no es simplemente disminuir la devastación en curso, sino alterar el estado de conciencia responsable de esta devastación. Cuando surgió el cenozoico (nuestra era, hace 66 millones de años) el ser humano no tuvo ninguna influencia en él. Ahora, en el ecozoico, muchas cosas pasan por causa de nuestras decisiones: si preservamos una especie o un ecosistema o los condenamos a la desaparición. Nosotros copilotamos el proceso evolutivo.

En términos positivos, lo que la era del ecozoico pretende a fin de cuentas es alinear las actividades humanas con las otras fuerzas operantes en todo el Planeta y en el Universo, para que se alcance un equilibrio creativo y podamos así garantizar un futuro común. Esto implica otro modo de imaginar, de producir, de consumir y de dar significado a nuestro paso por este mundo. Ese significado no nos viene de la economía sino del sentimiento de lo sagrado ante el misterio del universo y de nuestra propia existencia. Esto es la espiritualidad.

Cada vez más personas se están incorporando a la era del ecozoico. Ella, como se deduce, está llena de promesas. Nos abre una ventana hacia un futuro de vida y de alegría. Necesitamos hacer una convocatoria general para que se generalice en todos los ámbitos y se plasme la nueva conciencia.

http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=422

Carta Mundial de los Migrantes


Las personas migrantes son el blanco de políticas injustas. Estas últimas, en detrimento de los derechos universalmente reconocidos a cada persona humana, generan oposiciones entre los seres humanos utilizando estrategias discriminatorias, basadas en la preferencia nacional, la pertenencia étnica o religiosa.

Esas políticas son impuestas por sistemas conservadores y hegemónicos que buscan mantener sus privilegios explotando la fuerza de trabajo física e intelectual de los migrantes. Para ello, utilizan las prerrogativas exorbitantes permitidas por la potencia arbitraria de los Estados-Nación y del sistema mundial de dominación.

Los migrantes se ven privados en todas partes del pleno ejercicio de su derecho a la libertad de circulación y de instalación sobre nuestro planeta. Se ven privados de sus derechos a la libertad y a la paz, así como también de sus derechos económicos, sociales, políticos y culturales.

Sólo una gran alianza de personas migrantes podrá promover el surgimiento de nuevos derechos para cada persona por su nacimiento, sin distinción de origen, color, sexo o credo. Para ello, la alianza de migrantes deberá articularse en torno a principios éticos que permitan que los migrantes contribuyan a la construcción de nuevas políticas económicas y sociales, a la elaboración de una nueva concepción de la territorialidad y del sistema de gobernanza mundial dominante en la actualidad, así como de su fundamento económico e ideológico.

Es por ello que nosotros, migrantes del mundo entero, a partir de las propuestas que hemos recibido desde 2006, sugerimos una amplia discusión a escala planetaria, con vistas a adoptar la presente Carta Mundial de los Migrantes en nuestro próximo encuentro en febrero de 2011 en la isla de Gorea, en Senegal.

Nuestra ambición es hacer valer, a partir de las situaciones que viven los migrantes en el mundo, el derecho para todos de poder circular e instalarse libremente sobre nuestro planeta y contribuir a la construcción de un mundo sin muros


PROPUESTA DE CARTA

Porque pertenecemos al planeta Tierra, todas las personas tenemos que poder circular e instalarnos en cualquier parte del planeta. Toda persona debe poder desplazarse libremente del campo hacia la ciudad, de la ciudad al campo, de una provincia a otra y de un país cualquiera hacia otro país.

Las leyes relativas a las visas, los permisos, las autorizaciones, así como todas las demás leyes que limitan la libertad de circulación e instalación deben ser derogadas.

Los migrantes del mundo entero deben gozar de los mismos derechos que los grupos nacionales y asumir las mismas responsabilidades en todos los ámbitos esenciales de la vida económica, política, cultural y social. Deben tener derecho a votar y a ser elegidos en cualquier órgano legislativo. Los migrantes deben tener derecho a hablar y compartir su lengua materna, a desarrollar y dar a conocer sus culturas y costumbres tradicionales y a practicar sus religiones.

Los migrantes deben gozar del mismo derecho a ejercer un comercio adonde lo deseen, a dedicarse a la industria o adoptar un oficio, manual o no, así como cualquier profesión permitida para los grupos nacionales, de manera tal de permitirles asumir su parte de responsabilidad en la producción de las riquezas necesarias para el desarrollo y la realización de todos.

La tierra debe ser repartida entre quienes la trabajan. Las restricciones a la propiedad de terrenos impuestas por razones de orden étnico y/o nacional deben ser abolidas a favor de una nueva visión de una relación responsable entre los seres humanos y la tierra.

Las personas migrantes, al igual que los grupos nacionales, deben ser iguales ante la ley. Nadie debe ser encarcelado, deportado o ver restringida su libertad sin que su causa haya sido justamente escuchada y defendida.

Toda ley que prevea una distinción basada en el origen nacional, la situación matrimonial y/o jurídica o las convicciones personales debe ser abolida.

Los derechos humanos son inalienables e indivisibles y deben ser los mismos para todos. La ley debe garantizar a todas las personas migrantes el derecho a la libertad de expresión, el derecho a organizarse, el derecho a la libertad de reunión, el derecho a publicar, practicar el culto y dar a sus hijos la educación que elijan.

El trabajo y la seguridad deben ser garantizados a todas las personas migrantes. Todos los trabajadores tienen derecho a unirse y formar sindicatos. Los migrantes deben recibir un salario igual a trabajo igual y tener la posibilidad de transferir el fruto de su trabajo, sin ningún tipo de restricción, contribuyendo al sistema de solidaridad necesario a la sociedad de residencia.

El acceso a la educación y a la instrucción debe garantizarse para las personas migrantes y sus hijos. La instrucción debe ser gratuita, universal e idéntica para todos los niños. Los estudios superiores y la formación técnica deben ser accesibles a todos en una nueva visión de diálogo entre las culturas. En la vida cultural, deportiva y educativa debe abolirse toda distinción que obedezca al origen nacional.

Las personas migrantes deben tener derecho a la vivienda. Toda persona debe tener derecho a habitar el lugar de su elección, vivir en un hábitat decente y mantener a su familia con confort y seguridad, del mismo modo que los grupos nacionales. Las personas migrantes aspiran a tener la oportunidad y la responsabilidad al igual que los grupos nacionales, y a enfrentar juntos los desafíos actuales (vivienda, alimentación, salud, realización...).

El objetivo de los principios enunciados en la Carta Mundial de los Migrantes es el de contribuir a la desaparición de todo sistema segregacionista y al advenimiento de un mundo plural, responsable y solidario.

Gorée (Senegal), 5 Febrero 2011.

Para más informaciones: http://www.cmmigrants.org/goree

http://alainet.org/active/44202


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La rebelión de los condenados de la tierra (I)

Sergio Barrios Escalante


Franz Fanon, quien significó para África lo que Ernesto Guevara para Latinoamérica, fue el primero en emplear en un análisis político de fondo el término “Condenados de la tierra”, para referirse a ese amplio conglomerado de estratos sociales africanos desclanizados y destribalizados a la fuerza, mediante su inserción subordinada (bajo la forma de colonia imperial), al sistema mundial capitalista (1).

Son precisamente esos estratos sociales los que ahora se rebelan en diversas partes del norte de Africa, con el respaldo de una diversificada clase media golpeada por la recesión mundial. Un hecho apenas sorprendente para todo aquel que esté consciente del deprimente nivel de desempeño, que desde hace mucho tiempo muestran los indicadores de desarrollo humano en la mayor parte de esa región, tradicionalmente agobiada por el desempleo generalizado y la carestía de la vida (2).

Si esta trágica situación ha prevalecido allí durante mucho tiempo, cualquiera podría preguntarse: ¿Qué ha sucedido ahora? Resulta evidente que no se trata simplemente de la ampliación en cadena de un simple “efecto mariposa”, como le llaman los físicos teóricos, surgido a raíz de la protesta de un solitario vendedor de verduras que se pegó fuego como protesta ante la brutalidad policial de la que fue objeto en una calle de Túnez, país desde donde se irradió el efecto perturbador que ahora alcanza a Egipto, Yemen, Sudán, Jordania y Siria.

En las Ciencias Sociales hace buen rato hemos aprendido a diferenciar “causa” de “motivo”. Lenin lo ilustró admirablemente al señalar que aquella comida descompuesta que le sirvieron a la tripulación del famoso acorazado “Potemkin”, que provocara la violenta rebelión de los marineros, y cuyo descontento pronto habría de trasladarse desde alta mar hacia los puertos, y de allí hacia numerosas ciudades de la Rusia zarista, no había sido más que un simple “motivo”.

La causa verdadera de la llamada “Revolución de 1905” (preámbulo histórico y decisivo de la revolución de 1917), habría sido la situación de grave desigualdad social, opresión y explotación económica en la que se encontraban sumidas las masas trabajadoras (incluyendo los soldados de la marina imperial).
La importancia de distinguir entre una y otra cosa (motivo y causa), es superlativa, pues cuando se está frente al desarrollo mismo de acontecimientos históricos que pueden verse en vivo y a todo color (“en tiempo real” como se dice en la jerga de las TICs), es fácil confundir una cosa con la otra… y en estos momentos, resulta evidente que aunque geográficamente estemos lejos de los acontecimientos telúricos del norte africano, no estamos para confusiones de ese tipo, pues al parecer esto es apenas el comienzo de lo que muchos temen (y con sobradas razones), sea un fenómeno de rebelión global en marcha.
Y esto es así porque debemos reconocer que la causa verdadera de la presente oleada de rebelión en el norte de África, es la actual crisis mundial del sistema capitalista. Y como todos sabemos, la cadena siempre empieza a romperse por el eslabón más débil.

En su oportunidad Marx resaltó el hecho de que quienquiera que deseara observar la verdadera naturaleza del sistema capitalista, antes de empezar por la metrópoli debería de observarlo en sus colonias, es decir, en la periferia.

El panorama socio-económico que ahora vemos en los cinturones miseria del capitalismo del siglo XXI (especialmente en los pequeños países periféricos de Africa, Asia y América Latina), no es más que el resultado del actual colapso sistémico o estructural del circuito económico mundial, que a juicio de Theotonio Dos Santos, representa una crisis de reproducción, de acumulación y de concentración (3).
Empero, hoy tenemos que corregir o ampliar lo dicho por Marx en la segunda mitad del siglo XIX. Esto es así pues ahora también podemos conocer la naturaleza descarnada del capitalismo observándolo en la propia metrópoli. Por ejemplo, en estos momentos, el 1% de la población más rica de los Estados Unidos, concentra para sí una cantidad superior a los ingresos del 99 % de la población, es decir, del resto del país (4).
Visto lo anterior y colocándonos en la perspectiva particular de América Latina y del Caribe, debemos de reconocer algo importante: la situación socio-económica de amplios sectores y estratos en no pocos países de la periferia capitalista de esta parte del mundo, desde hace un par de décadas se está acercando peligrosamente a los parámetros africanos.

Y es aquí donde surgen las preguntas inquietantes e inevitables: ¿Cuáles son los próximos eslabones débiles de la cadena en desmoronarse? ¿Cuánta más pobreza extrema, miseria y desigualdad social soportará América Latina?

Notas:

1-“Los condenados de la tierra”. Obra de Fanz Fanon escrita originalmente en francés como “Les dammes de la terre”. Fue publicada de manera casi simultánea con su fallecimiento en 1961. El gobierno francés prohibió de inmediato su circulación.

2-Por ejemplo, ver Grafica con cifras oficiales de OIT sobre las tasas de desempleo en la región del Norte de Africa: Short term indicators of the labour market; ILO GLOBAL JOB CRISIS OBSERVATORY (http://www.ilo.org/pls/apex/f?p=109:11:0).

3- “Notas sobre la crisis estructural y la crisis de la coyuntura”; Theotonio Dos Santos: Alainet; 16/06/2010.

4- Al respecto Beinhart se pregunta: ¿Quiénes son ellos? El 1% más rico. Y quizás el 9% siguiente. ¿Quiénes somos nosotros? Todo el resto. Lo que plantea una interesante cuestión. ¿Cómo se las ha arreglado una pequeña fracción de la población –que es diversa en muchos sentidos- para que sus estrechos intereses económicos dominen a los intereses económicos de la mayoría? Y, al hacerlo, ponen en peligro el bienestar económico de nuestra nación y llevan al sistema financiero mundial al borde del colapso… (“Crece la desigualdad: ¿Cómo es posible que el 1 % más rico nos gane al 99 % restante en esta guerra de clases brutal?: Larry Beinhart; Revista Sin Permiso, 28/10/11).
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Sergio Barrios Escalante
Científico Social e Investigador. Escritor y ensayista. Publica la revista mensual virtual Raf-Tulum.


http://alainet.org/active/44172&lang=es


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domingo, 20 de febrero de 2011

¿San Mao?

Eloy Roy


Aunque bien enterado de los pecados gordos de Mao Zedong, el buen pueblo chino le conserva hasta hoy un sincero cariño. En el corazón de la capital, desde la puerta monumental de la antigua ciudad imperial, un cuadro gigante con el retrato de ese hombre responsable de la tortura y muerte de millones de personas, sigue presidiendo la vida de la China. No hay ciudad importante en el país que no lo tenga presente por medio de una enorme estatua blanca que parece de mármol o algo por el estilo. Su efigie se encuentra en todas las casas que se respetan. Y si, en ciertas partes del mundo, los autos usan estampitas plastificadas del Sagrado Corazón o de San Cristóbal para inmunizarse contra los accidentes, en la China son los medallones con la cara de Mao los que desempeñan esa importante función. A Mao, mucho se le ha perdonado, ¿por qué?

Dicen sus admiradores que se le perdona todo a Mao porque logró sacar de la miseria absoluta a la inmensa masa de los pobres de China. Y sobre todo porque Mao nunca se aprovechó del formidable poder que tuvo para hacerse rico o para hacer rica a su gente.
La Biblia dice que aliviar la miseria de un pobre borra los pecados (Si 3, 30). Parece que por eso los chinos, que no conocen la Biblia pero tienen un gran sentido común, han canonizado a Mao. Las guerras de Bush, por ejemplo, si al menos hubieran servido para aliviar la miseria de los pobres, tal vez se las podríamos perdonar…

Para mí no hay guerras buenas; todas las guerras son feas y las odio a todas. Pero si nosotros, los seres humanos todavía muy infraevolucionados, no podemos vivir sin guerrear; si por desgracia tenemos que seguir siendo cazadores, depredadores e insaciables carnívoros, que al menos nuestras guerras sirvan una causa buena, digo yo, como acabar con el hambre en el mundo y ponerle un alto a la devastación de la Madre Tierra.

En un gran esfuerzo de humanización de la violencia, los caballeros de capa y espada del medioevo concibieron el ideal de pelear, e incluso matar, por la defensa de la viuda y del huérfano, y a Robin Hood le pareció bueno robar a los grandes ladrones para dar de comer a los pobres. ¿Acaso, sería tan descabellado rescatar para nuestra cultura moderna ese viejo ideal caballeresco, en lo posible sin las flechas, las espadas, las pistolas o las bombas? Y si no, ¿no sería ya una gran mejora si nos entrenáramos a encauzar nuestros instintos de matadores así como nuestros misiles hacia algo más positivo que seguir engordando a los gordos y acabando con los pedacitos sanos que le quedan todavía al planeta?

http://todoelmundovaalcielochina.blogspot.com/2010/05/san-mao.html

 

La culpa la tienen los pibes

Oscar Taffetani   


Una de las rutas más importantes del narcotráfico, en la actualidad, copia el itinerario que hace cuatro siglos seguía el oro de América: se inicia en Perú, Bolivia, Brasil y el Paraguay, baja acompañando los ríos hacia la Argentina y el Uruguay, luego cruza el Atlántico hasta la costa meridional de África y desde ahí llega a los puertos y aeropuertos de Europa, donde la droga es fraccionada y vendida a un público exigente y con alto poder adquisitivo.

Por eso, a muchos nos resultó disparatada la hipótesis del ministro Randazzo de que los 944 kilos de cocaína hallados en Barcelona el Día de Reyes, en un avión sanitario procedente de Buenos Aires, habían sido cargados durante una escala de la nave en Cabo Verde. Y sí resultó razonable la hipótesis de la ministra Garré de que la droga fue cargada en una base aérea argentina (con las responsabilidades que implica, a nivel de gobierno y de fuerzas armadas).

El del avión sanitario no fue el único contrabando de drogas descubierto este mes. En Estanislao del Campo, Formosa (el mismo pueblito donde el doctor Esteban Maradona decidió consagrar su vida a los Qom) se encontraron 700 kilos de cocaína junto a una pista de aterrizaje clandestina. El titular del predio y de la pista, apodado Palmita, revistaba como edil del partido de gobierno en la capital formoseña (desconocemos si gozaba de inmunidad parlamentaria).

Siempre en enero y tan sólo cambiando de estupefaciente, mencionemos los 712 kilos de marihuana decomisados a la altura de Las Palmitas, también en la provincia de Formosa. La droga viajaba oculta en los techos de dos transportes de pasajeros procedentes del Paraguay.

La intercepción de grandes cargamentos de droga que se desplazan por rutas aéreas, fluviales y terrestres de nuestro país, habla de una gigantesca red de tráfico que involucra a funcionarios del Estado, organismos policiales y de seguridad, instituciones empresarias, bancos que lavan el dinero y distinta clase de organizaciones civiles. Dicho de otro modo: lo más cínico y perverso de este negocio es su legalidad, todo lo que hace a la luz del día, y no su ilegalidad y lo que hace en las sombras.


GALILEO Y EL CAPITALISMO

“Alrededor del papa -dice Brecht en un poema- giran los cardenales. / Alrededor de los cardenales giran los obispos. / Alrededor de los obispos giran los secretarios. / Alrededor de los secretarios giran los regidores. / Alrededor de los regidores giran los artesanos. / Alrededor de los artesanos giran los sirvientes. / Alrededor de los sirvientes giran los perros, las gallinas y los mendigos…”

La tesis de Galileo Galilei sobre el sistema solar (que la Iglesia se demoró algunos siglos en aprobar) podría aplicarse analógicamente a otro tipo de sistemas que nos rigen. Si ponemos en el centro, a la manera marxista, el Capital, tendremos en la órbita inmediata las grandes empresas trasnacionales; luego, los Estados nacionales que las sirven; después, los gerentes, abogados y administradores; a continuación, los funcionarios de seguridad y el aparato represivo; y finalmente, los trabajadores. Después de los trabajadores habría una masa incalculable de seres humanos sin trabajo ni medios de vida, que no alcanza a orbitar alrededor del Capital, aunque mantenga intacta su capacidad de soñar.

Y si llevamos la doctrina de Galileo al mundo del narcotráfico, colocando la cocaína (como alguna vez fue el opio) en el centro de la escena, tendremos a los distintos actores, consumidores y víctimas del negocio en círculos concéntricos, con diferentes grados de poder, riqueza y degradación moral y material. En una de las últimas órbitas del sistema está la pasta base de cocaína -el paco- que es estirado y aumentado de mil maneras para hacerlo accesible a los consumidores más pobres y desesperados. Así, la droga -uno de los jinetes capitalistas del apocalipsis- cuenta sus doblones de oro, sus euros, sus dólares, sus pesos y sus centavos, hasta la última vida y el último suspiro, cada día.


UN PLAN PARA LOS BABY-SICARIOS

En Colombia, ese hermoso país de selvas y montañas habitadas por gente maravillosa, el narcotráfico y el poder económico trasnacional han hecho estragos, minando la salud del pueblo y comprometiendo el futuro de sus hijos. Hay pibes colombianos que comienzan a trabajar a los 9, haciendo de campaneros, de mensajeros y repositores de armas y munición de los narcos. A los 13, en lugar del tiple de antaño, les ponen una pistola en la mano y los convierten en sicarios (“baby-sicarios”, tituló cierta prensa), que matarán por encargo. A los 16, si llegan a esa avanzada edad, podrán acceder a otro círculo del negocio, con más responsabilidad y algunos pocos privilegios.

El caso colombiano -cuyas secuelas aún no terminan- viene a cuento del caso argentino, de nuestro caso, donde sin importar las estadísticas y los datos fieles de la realidad los medios masivos compiten por hallar el monstruo de la semana o el crimen más horrendo, para arrojarlos al rostro de funcionarios, de candidatos y de funcionarios-candidatos, señalando o insinuando algún chivo expiatorio para que los dioses, esos dioses perversos que gobiernan nuestro destino, dejen de castigar a la Argentina, a esta pobre Argentina con tanto para dar, con todos los climas, con sus talentos y sus cosechas récord, esta querida Argentina que asesina a miles de niños por hambre, por enfermedad o desprecio, cada año, cada campaña sojera, cada temporada turística, cada ejercicio fiscal.

Y así, mientras las llamas (y las balas y las leyes) consumen en la pira mediática a la víctima del día, el verdadero Ogro, el verdadero malo de la película, permanece oculto a los ojos de la sociedad y neutraliza cualquier intento de cambio.

Pedir un plan especial para los niños sicarios de Colombia, sería una manera hipócrita de pedir que todo siga igual. Bajar la edad de imputabilidad de los menores en la Argentina, como receta para combatir el crimen organizado, tendría ese mismo nivel de hipocresía.

Aunque todo puede ocurrir, en este horroroso mundo tan crecido y tan adulto que cada vez que se siente amenazado, de un modo infantil, le echa la culpa a los pibes.

http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=5016:la-culpa-la-tienen-los-pibes&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106


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Los monocultivos del hambre

Ernest Cañada


Entrevista a Peter Rosset, coautor de uno de los libros ya clásicos en la literatura sobre desarrollo, Doce mitos sobre el hambre.

La historia muchos países del sur, desde los tiempos de la colonización hasta la actualidad, ha estado marcada por la producción para la exportación. Nicaragua es un ejemplo más, tal vez paradigmático, de este modelo basado en los monocultivos. Algodón, plátanos, azúcar, café, son algunos de los principales productos que han marcado la historia de este pequeño país centroamericano. La imposición de este modelo de producción, al servicio de los intereses de las grandes compañías transnacionales y de las oligarquías locales, ha supuesto la vulneración de la soberanía alimentaria del pueblo de Nicaragua y ha tenido consecuencias gravísimas para las condiciones de vida y salud de sus trabajadoras y trabajadores, así como en el medio ambiente. Frente a este modelo, desde las organizaciones campesinas, se plantea la soberanía alimentaria como una estrategia alternativa, basada en la defensa de la economía familiar campesina y en la producción de alimentos para mercados locales y nacionales. En este contexto el consumidor urbano puede ser un aliado estratégico, aunque el debate sobre el consumo responsable y el comercio justo no deja de ser contradictorio.

Sobre todas estas cosas hablamos en Oaxaca, México, con Peter Rosset, experto en agroecología, miembro de la Red de Investigación-Acción sobre la Tierra y uno de los principales asesores de Vía Campesina. Es coautor de uno de los libros ya clásicos en la literatura sobre desarrollo, Doce mitos sobre el hambre. Durante los años ochenta Peter Rosset vivió seis años en Nicaragua, en tres periodos diferenciados, siempre en tareas relacionadas con la agricultura. Aprovechamos la entrevista concedida para el documental Cosechas amargas, producido Agora Nord / Sud, un consorcio de ONG catalanas entre las que se encuentra Entrepueblos o Veterinarios sin Fronteras, para profundizar en algunos de los temas que ahí quedaron planteados.

- Peter, empecemos por definir qué entendemos por soberanía alimentaria, marco de referencia fundamental del actual debate sobre la agricultura y la alimentación. .

La soberanía alimentaria es el derecho de todos los pueblos a poder definir su propio sistema de producción, distribución y consumo de alimentos. Es el derecho de los pueblos rurales a tener acceso a la tierra, a poder producir para sus propios mercados locales y nacionales, a no ser excluidos de esos mercados por la importación hecha por las empresas transnacionales. Y también es el derecho de los consumidores a tener acceso a alimentos sanos, accesibles, culturalmente apropiados con la gastronomía, la historia culinaria de su país y producidos localmente. Si un país no es capaz de alimentar a su propia gente, si depende del mercado mundial para la próxima comida, estamos ante una situación profundamente vulnerable. Vulnerabilidad frente a la buena voluntad de las superpotencias o las fluctuaciones del mercado. Por eso hablamos de soberanía.

- ¿Cómo se ha ido erosionando históricamente la soberanía alimentaria?

Antes de la colonización todas las culturas del mundo eran soberanas alimentariamente, o sea, producían lo que consumían. Fue con la llegada de la Colonia que las mejores tierras de todos los países del sur, las tierras que antes producían alimentos para las poblaciones locales, se convirtieron en plataformas de exportación. Ya no producían alimentos para la población local sino que se dedicaron a producir productos agrícolas para mercados lejanos. Progresivamente la producción de alimentos y las poblaciones campesinas fueron desplazadas de las tierras planas, las tierras con lluvias, las tierras fértiles, hacia zonas cada vez más marginales para la producción.

- ¿Qué relación existe entre los monocultivos de exportación y la soberanía alimentaria?

El principal atentado histórico contra la soberanía alimentaria ha sido el monocultivo. Un modelo basado en enormes extensiones dedicadas a un solo cultivo, orientado hacia la exportación. Históricamente los países del Sur, sus pueblos, han perdido su capacidad de alimentarse, porque las mejores tierras se destinan cada vez más a la exportación.

- Pero, ¿de qué manera se articulan los distintos monocultivos?

El crecimiento de un producto de exportación en un determinado territorio desplaza al sector campesino, provocando una situación de crisis social. Este sector es absorbido, por un lado, por la frontera agrícola y, por otro, por la generación de empleo en el siguiente monocultivo. Llega un cultivo cuando el precio está alto, desplaza a parte de la gente de la zona, pero luego, debido a la sobreproducción a nivel internacional, se desploman los precios y los trabajadores quedan sin empleo. A la vez, la tierra se vuelve más barata debido a la caída de los precios. De este modo se crean las condiciones para invertir en el siguiente “boom”: mano de obra barata y tierra accesible.


EL CASO DE NICARAGUA

- Nicaragua sería un buen ejemplo de lo que ha ocurrido en muchos países del Sur con la imposición de este modelo agroexportador.

Así es, empezando por la implantación de los monocultivos en los tiempos de la colonización y terminando, hoy en día, con el monocultivo de la agroempresa, del agronegocio. Durante la Colonia lo primero que se impuso fue el cacao y el añil. Después de la Independencia, el café, la caña de azúcar, el plátano, la ganadería y el algodón. Cada uno de esos cultivos de agroexportación fue tomando un pedazo del territorio nacional, zonas con suelo fértil. Progresivamente se fue excluyendo a la gente de esos territorios, primero de una zona, luego de otra, sin más alternativa que convertirse en jornaleros agrícolas, mal pagados, con trabajo únicamente dos o tres meses al año. O bien marchar hacia la frontera agrícola, tumbando bosques y sembrando maíz y fríjol, hasta la incorporación de esos terrenos en el siguiente cultivo de agroexportación.

En Nicaragua, igual que en un sinnúmero de otros países, es precisamente donde abundan los recursos naturales, como la tierra o el agua, donde existe una mayor pobreza, porque fueron estos lugares tan productivos los que fueron el objeto de la conquista, de la colonización. Los pueblos que antes gozaban de esos recursos, por ese mismo proceso histórico, acabaron excluidos de su propia riqueza. Como dice Eduardo Galeano “los países pobres, son pobres porque son ricos”. Fue su riqueza de recursos lo que atrajo a los colonizadores, la misma que hoy en día atrae a las empresas transnacionales. Es este proceso el que genera la exclusión social y pobreza en medio de la riqueza.

- Sin embargo, Nicaragua pasó por una "revolución popular", ¿en qué medida esta particular historia alteró el desarrollo del modelo agroexportador?

Bueno, en alguna medida el modelo agro-exportador tuvo que ver con la Revolución Sandinista. Fue precisamente la exclusión social generada por la caña de azúcar en algunos lugares, por el algodón en otras, por café en la montaña, lo que dejó a la gente sin salida. En ese sentido se puede trazar una línea directa entre la expansión del monocultivo y el malestar que llevó a la insurrección.

Ahora, uno se debe preguntar si la Revolución logró o no cambiar este modelo basado en el monocultivo de exportación cultivado en grandes áreas. Mi opinión es que no. El gran talón de Aquiles de la Revolución fue su incapacidad de cambiar realmente la estructura agraria del país. A pesar de la reforma agraria, las áreas de agroexportación fueron protegidas, tanto si eran fincas estatales como si se trataba de explotaciones de una parte la burguesía que no huyó del país. De alguna manera u otra, se mantuvieron las grandes áreas dedicadas al algodón, la caña de azúcar, la ganadería, el café y la reforma agraria acabó realizándose en los márgenes. Si se hubiera cambiado esta estructura de agroexportación tal vez la Revolución aún perduraría, porque el coste de su mantenimiento fue la progresiva pérdida de apoyo de su base social en el campo, precisamente por su incapacidad de cambiar dicho modelo.


IMPACTOS ECOLÓGICOS Y EN LA SALUD HUMANA

- Una de las consecuencias más negativas de este modelo de agroexportación ha sido su impacto ecológico. El caso del algodón en Nicaragua resulta revelador.

Cuando el algodón llegó a Nicaragua en los años cincuenta encontró tierras fértiles, tanto por la calidad del suelo como por las pocas plagas existentes. Al principio sólo dos o tres especies de insectos atacaban al algodón. En ese momento ya había llegado el DDT y los agricultores lo aplicaban una, dos o tres veces como máximo. Pero rápidamente su uso eliminó la biodiversidad benéfica, o sea otros insectos que eran depredadores de las plagas de algodón y de aquellos que potencialmente podían llegar a serlo. La consecuencia fue el incremento en la diversidad de plagas. En los años ochenta la situación era realmente grave con la existencia de más de quince especies de plagas y la aplicación de insecticidas de cuarenta a sesenta veces por ciclo agrícola.

Además, el suelo, que originariamente era muy fértil en esa zona, quedó destruido por el sobreuso de maquinaria pesada y la falta de rotación de cultivos. El algodón llegó al fin de su ciclo dejando un área devastada: suelos erosionados, sin árboles, tormentas de polvo, insectos resistentes a los químicos, olor a plaguicidas por todos lados, una destrucción ecológica casi absoluta.

- Pero este tipo de impacto no es exclusivo del algodón, más bien parece el patrón de un modelo concreto de producción agropecuaria. Consecuencias similares ha tenido el banano.

Así es, el banano en Nicaragua ha supuesto una destrucción ecológica comparable a la del algodón. Después de producir banano de modo intensivo durante dos o tres décadas cualquier territorio queda inservible: se reorganiza y nivela la topografía de la zona; el suelo queda contaminado por el uso intensivo de fungicidas. La falta de rotación de cultivos incrementa las plagas, que se vuelven incontrolables, y entonces se aplican cada vez más productos y cada vez más tóxicos. Este fue el caso del nemagón, uno de los más tóxicos, y que se utilizó con una frecuencia y dosis peligrosamente altas.

- En el caso de las bananeras, los impactos en la salud humana, por el uso intensivo de plaguicidas como el nemagón, han resultado especialmente graves, con miles de trabajadores afectados.¿Qué responsabilidad cabe atribuir a las empresas en el uso de estos productos?

En el caso de Nicaragua, la industria bananera es particularmente irresponsable. Cuando el nemagón empezó a utilizarse de forma intensiva ya se conocía su terrible impacto entre los trabajadores de Costa Rica, entre los que produjo graves problemas de esterilidad. Hubo rumores de que cuando se logró prohibir en Costa Rica las empresas exportaron este producto hacia Honduras y Nicaragua, donde todavía no había sido prohibido. O sea, que ya sabían los problemas que provocaba y no les importó.

- Algo similar ha ocurrido con los trabajadores de las plantaciones de caña de azúcar, donde hoy a consecuencia de la aplicación de plaguicidas encontramos gran cantidad de trabajadores afectados por la creatinina, provocando insuficiencia renal crónica. ¿Pero no podía haberse manejado de otro modo su producción?

Es lamentable que la caña de azúcar haya tenido impactos tan graves para el medio ambiente y la salud humana, cuando es un cultivo de facilísima producción ecológica. Las plagas fácilmente se controlan biológicamente como se está haciendo en Cuba y el problema de la fertilidad del suelo se resuelve fácilmente con la simple rotación de cultivos. En Nicaragua, las grandes familias productoras de caña, no aplicaron esas técnicas, provocando una destrucción ecológica innecesaria y un problema de salud gravísimo para los trabajadores, totalmente innecesario también.


VULNERABILIDAD ECONÓMICA

- El café, sin embargo, no parece haber tenido impactos tan graves a primera vista, pero la especialización productiva en este otro tipo de monocultivo no parece tampoco una alternativa muy adecuada. ¿Qué problemas específicos encontramos en el monocultivo de café?

En el caso del café, como en otros monocultivos de exportación, la tendencia del mercado global empuja hacia la sobreproducción y la caída de precios. Sin embargo, durante décadas su precio se mantuvo más o menos estable porque existía un acuerdo internacional entre países productores y exportadores que garantizaba una negociación de precios que no resultaba ni tan caro para los consumidores ni tan bajo para los productores. Sin embargo, en los ochenta, el principal país importador, Estados Unidos, conspiró con el país principal productor, Brasil, para quebrar el acuerdo. Desde ese momento entraron en juego las leyes del mercado: sobreproducción, acelerada con la introducción de Vietnam como gran productor a nivel internacional, y desplome de los precios.

- ¿Y qué consecuencias tuvo ese desplome de los precios del café en Centroamérica?

La caída del precio del café ha provocado mayor pobreza. Mucha de la población rural de la región dependía de los pocos pesos que podían ganar en la época de su cosecha. Aunque uno tuviera su propia parcelita, ésta resultaba insuficiente para mantener a la familia y el trabajo en el café, aunque pequeño, era lo que permitía a la familia no morirse de hambre. Cuando se desplomaron los precios, los grandes productores prefirieron abandonar sus cafetales antes que contratar mano de obra estacional. De este modo, toda esa gran masa campesina que dependía de dichos ingresos para completar el año, se quedaron sin ellos, provocando unos niveles de miseria y hambruna como no se habían visto en crisis anteriores.

- Esta especialización supone una situación de enorme riesgo…

El modelo de agroexportación genera una terrible vulnerabilidad, porque hace que el país dependa de la fluctuación de precios en el mercado global de lo que exporta y de la necesidad de importar alimentos de mercados cuyos precios varían. Pobre el país donde se cruzan estos dos factores, una fluctuación para abajo de lo que exporta y una fluctuación para arriba de lo que importa. El resultado es la hambruna.

- Para terminar con el caso de Nicaragua, ¿cuál es el principal legado que le ha dejado este modelo agroexportador?

Lo que ha pasado en Nicaragua es una versión en pequeño de lo que ha ocurrido en muchos otros países. Por un lado, los ciclos de monocultivos de agro-exportación han desplazado, poco a poco, a las masas campesinas de todas las tierras productivas. Han dejado al país sin soberanía alimentaria: si las mejores tierras producen para la exportación, eso significa que el país no tiene recursos para alimentarse. También ha dejado un legado de destrucción ecológica, de degradación de los propios recursos naturales, suelo, agua, biodiversidad, que son necesarios para que haya sustentabilidad de la producción en el futuro.


LAS AMENAZAS A LA AGRICULTURA FAMILIAR CAMPESINA

- Pero la agroexportación no es el único modelo posible.

En la actualidad nos encontramos ante una encrucijada entre dos maneras de concebir la producción de alimentos y la agricultura. Estamos viviendo un choque, una confrontación entre dos grandes modelos sobre cómo utilizar la tierra y cómo producir. Por un lado está el modelo dominante de la agroexportación, del monocultivo de la empresa transnacional, del uso de agrotóxicos, de semilla transgénica, de productos procesados dañinos para los consumidores, llenos de grasas, de azúcar, de sal, de conservantes cancerígenos. Y por otro lado tenemos el modelo campesino de producción de agricultura familiar, con vocación productora de alimentos, cultivados con técnicas mucho más sustentables en términos ecológicos. Desde el movimiento campesino se propone la soberanía alimentaria como paradigma alternativo al modelo agroexportador, partiendo de la base que los pueblos tienen derecho a decidir quién produce, cómo produce y para quién produce. En este momento estos dos modelos se enfrentan, como en una pelea a muerte, en todos los países del mundo, tanto en el Norte como en el Sur.

-¿Cuáles son las principales amenazas que tiene hoy en día la producción campesina?

Fundamentalmente las importaciones de alimentos baratos subvencionados ante los que el campesinado no puede competir; la expansión de nuevos monocultivos de exportación que los desplazan de sus tierras y las políticas neoliberales de privatización de todo lo que es importante para la agricultura, como la tierra, el agua, el crédito o la asistencia técnica.

- ¿Cuáles son esos nuevos monocultivos de agroexportación?

Bueno, una de las nuevas dinámicas de la agroexportación son los cultivos no tradicionales. En general son frutas y vegetales fuera de estación para los países del norte. Por ejemplo, el melón, la col de Bruselas, el maracuyá, el mango. Esos cultivos son de muy alta inversión, intensivos en el uso de agrotóxicos y con precios que fluctúan tanto que la mayoría de los pequeños productores que se metan a esos cultivos acaban quebrando.

- Pero al mismo tiempo la industria maquiladora cada vez adquiere mayor protagonismo como fuente de empleo en las zonas rurales de muchos países del Sur. ¿En qué se parece su funcionamiento al del monocultivo de agroexportación?

La maquila, o sea las fábricas de ensamblaje sencillo, se basa en el mismo tipo de exclusión social que los monocultivos de agroexportación, la cual permite salarios de hambre. Además se alimenta de ese mismo modelo, porque es precisamente la masa campesina expulsada del campo que constituye la mano de obra barata que hace posible la maquila.

- ¿Cómo actúan los organismos multilaterales para favorecer esa dinámica de la agro- exportación y de la agroindustria?

Los organismos multilaterales como la Organización Mundial del Comercio (OMC) o los acuerdos regionales de comercio libre, refuerzan el modelo agroexportador. Por un lado, se impone a los países del Sur la apertura de sus mercados, lo que supone recibir en sus propios mercados productos subvencionados con los que el campesino local no puede competir. Y por otro lado imponen también la privatización de los servicios y bienes que necesitan los campesinos para seguir produciendo.

Alternativa: la agricultura familiar campesina

- Lo que estás planteando es que la alternativa frente a este modelo agroexportador es la agricultura familiar campesina, ¿pero hasta qué punto este tipo de modelo es capaz de garantizar las necesidades de alimentación de una población creciente?

Se ha comprobado que la agricultura campesina, al contrario de lo que dicen determinados "expertos", es más productiva que la agricultura del agronegocio, porque el campesino utiliza más intensivamente su parcela, cultivando múltiples productos. No solo cultiva soja, por ejemplo, sino también maíz, fríjol, calabaza, frutales, cultivos de forraje, tiene cerdos, gallinas, alguna vaca. Pienso que si se generan las condiciones para que la agricultura familiar vuelva a ser viable económicamente, protegiendo el mercado contra las importaciones baratas, pude volver a ser atractiva en términos económicos. Hay muchísima gente en los barrios pobres marginales populares de las ciudades latinoamericanas que quisieran volver al campo. Escapar de la violencia, de los atracos, de los barrios pobres y volver a vivir esa vida en los campos. Yo pienso que existe, con un modelo de soberanía alimentaria, una posibilidad real de repoblar el campo.

- Entonces, ¿consideras deseable esa vuelta al campo de la gente de los suburbios de las grandes ciudades latinoamericanas?

Todo depende de lo que quiera la gente. Mi experiencia en América Latina es que la gente que vive en esos barrios marginales, con pandillas, robos, crímenes, vive con un solo sueño, y ese sueño es volver al campo. Pero a un campo donde tengan su propia parcela, donde puedan producir y ganarse la vida con dignidad.

Sin duda la pequeña finca familiar diversificada es la base de un modelo diferente, de otro modelo de desarrollo rural. Pero también es la clave de la solución de los problemas urbanos. La masa campesina desplazada a las ciudades que no encuentra trabajo es también la que está generando considerables problemas urbanos. En la medida que se haga viable económicamente que esa gente vuelva al campo, se aliviarán también los problemas urbanos.

- De forma paralela a esta situación de crisis social y amenazas a la agricultura familiar campesina asistimos a un fuerte resurgir del movimiento campesino a nivel internacional, cuya principal expresión es Vía Campesina. Una de las principales singularidades de este movimiento es el hecho que se haya articulado en un plano de igualdad entre organizaciones rurales tanto del Norte como del Sur. ¿Cómo se explica este fenómeno?

El problema de la agricultura y la alimentación no puede plantearse en los términos clásicos Norte-Sur, es un problema de modelos. Lo mismo que les pasa a los campesinos del sur, les ocurre a los agricultores familiares del Norte. En ambos casos es un modelo dominante de agroindustria, agroexportación que los desplaza y en cada caso ellos defienden un modelo de agricultura familiar, frente a este modelo dominante.

Es por eso que en este momento nos encontramos con alianzas entre productores del Sur y agricultores familiares de los países del Norte, porque el modelo agroexportador se basa en pagar precios muy bajos a los productores, estén en Estados Unidos o en Nicaragua. Esa es la base para que las grandes transnacionales como Cargille, Parmalat o Nestlé, puedan competir: comprar barato para luego vender caro. Esto ha creado las condiciones para una alianza nueva entre organizaciones campesinas en los países del Sur y organizaciones de agricultores familiares en Europa, Estados Unidos o Japón. Por primera vez las organizaciones campesinas tienen una expresión internacional como es Vía Campesina, que une a los campesinos del Sur con los agricultores familiares de los países del Norte en la lucha contra el modelo agroexportador y contra organismos internacionales como la OMC.


CONSUMIR DE FORMA RESPONSABLE

- ¿Y qué papel se otorga en este otro modelo basado en la agricultura familiar campesina a los consumidores urbanos?

El consumidor debe tener acceso a alimentos en sus mercados locales, producidos localmente. Esto implica fomentar los mercados, ferias de agricultores para que el consumidor tenga acceso a un producto fresco sano, accesible, producido localmente de acuerdo con sus tradiciones culinarias.

- ¿Qué puede hacer la gente de los países del Norte comprometida con ese modelo?

Lo primero es entender que el modelo dominante agro-exportador no sirve ni a los intereses de la gran mayoría de la población en el Sur ni la del Norte. Se trata de un modelo excluyente tanto en una parte como en la otra. En Europa cuatro mil familias campesinas pierden su tierra todas las semanas, en el viejo continente cada tres minutos se pierde una explotación agrícola. La comida basura cada vez contiene más grasa, sal, azúcar, cancerígenos, que están provocando problemas de salud graves. Entonces tenemos que empezar por entender que nos conviene aliarnos con los movimientos campesinos del Sur para cambiar el modelo de agricultura y de alimentación en este mundo.

- Y una vez entendido eso, ¿cómo actuar en nuestro consumo cotidiano de alimentos?

Debemos empezar por pensar qué estamos comprando, y no comprar sin pensar. Es necesario informarse y pensar si lo que estamos comprando es de un productor local o de una transnacional que desplazó a productores locales en otro país para traer ese producto. Igualmente, ¿cómo se produjo ese producto?, ¿con plaguicidas agrotóxicos, destrucción del suelo y la biodiversidad? ¿O con métodos ecológicos sustentables? Debemos reflexionar si ese acto de consumo está reforzando la agricultura campesina, familiar, sustentable, o bien si la está destruyendo.

- ¿Qué criterio crees tú que debería tener en cuenta un consumidor cuando va a comprar productos alimenticios?

El criterio más importante para el consumidor que quiere cambiar el mundo es el consumo local. De esta manera apoya a los agricultores familiares de su propio país y no perjudica a los campesinos de otro país. Si uno, desde Europa o los EEUU, consume uvas importadas de Chile, fuera de estación, o melón importado de El Salvador o Nicaragua, fuera también de estación, lo que está haciendo es apoyar un modelo excluyente. Porque no es el pequeño campesino quien produce ese alimento, sino la gran empresa transnacional. Si uno deja de consumir ese tipo de producto de la transnacional y en cambio prioriza el consumo de un producto local, de un agricultor familiar, cercano, uno deja de perjudicar a los productores de otro país y comienza a apoyar a los productores familiares del propio país de uno.

- Sin embargo, algunas ONG como Oxfam, por ejemplo, con su campaña “Comercio con Justicia” han planteado la discusión como si lo más importante fuera el acceso a los mercados del Norte...

Lamentablemente hay mucha confusión en el debate sobre alimentos y comercio. Hay muchos que querrían que pensáramos que comprando un producto de Argentina, Nicaragua, Ghana, o la India, estamos apoyando al pueblo campesino de esos países, cuando la verdad es todo lo contrario. Al comprar el producto de agro-exportación estamos apoyando directamente un modelo de exclusión social. Para los campesinos del Sur es mucho mejor que dediquemos mayores esfuerzos en apoyar a nuestros propios agricultores locales, comprándoles a ellos. No se puede seguir creyendo en el mito de que lo que resuelve problemas en el sur, es abrir los mercados del norte. Esto es una falacia. Lo que necesitan los países del Sur es poder cerrar sus propios mercados a las exportaciones subvencionadas de los países del Norte y poder subvencionar su propia agricultura local, para cubrir sus necesidades locales y nacionales de alimentación.

-¿Qué papel puede jugar entonces el comercio justo?

Depende de cómo entendamos el comercio justo. De hecho, existen diversos modos de concebirlo. Uno pone el acento en el mercado internacional cuando, por ejemplo, compramos café importado producido en otro país y pagamos un poco más con la idea de que el productor reciba una mejor retribución. El otro concepto de comercio justo tiene que ver con el mercado local: compramos a productores locales sin intermediario y así el productor recibe más, aplicando la misma lógica en los países del Sur. Yo me identifico con este segundo concepto de comercio justo que considera necesario que cada productor tenga un mercado local y que los consumidores puedan comprar a productores locales.

Lo del comercio justo en el mercado global es útil como herramienta de sensibilización a los consumidores del Norte porque obliga a pensar nuestras opciones de consumo. Pero a fin de cuentas no resuelve los grandes problemas estructurales, en la medida que sigue dentro del mismo modelo agroexportador, con mejores precios, pero sin cambiar esa estructura en la que las mejores tierras se dedican a la exportación y no a la producción de alimentos.

- Sin embargo, hay algunos productos que no se pueden producir en la mayoría de los países del Norte.

Bueno, este otro concepto de comercio justo en el ámbito internacional tiene también sentido para productos tropicales como el café o el cacao, que no se producen en el Norte. En ese sentido es claro: siempre va a haber comercio internacional y es mejor que haya precios más justos. Sin embargo, tampoco deberíamos reforzar demasiado la idea de que países del sur tienen que dedicarse básicamente a la producción de esos productos, porque en realidad, lo más importante es que ellos produzcan lo que consumen y que tengan la posibilidad de crear mercados locales nacionales dentro de su propio territorio.

- Pero no todo puede hacerse desde el consumo. Nuestro consumo es un aspecto más de la lucha contra el modelo dominante de agroexportación.

Para cambiar las estructuras injustas del sistema de alimentación y agricultura, se necesita, primero, entender cómo funciona este mundo; segundo, pensar cuando consumimos y actuar consecuentemente y, tercero, convertir ese pensar en acción. La movilización social es la única fuerza capaz de cambiar estas estructuras.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=27177


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Entrevista al obispo francés Jacques Gaillot

Hernando Calvo Ospina

 
“En Francia la injusticia reina”

Son pocos los franceses que conocen el nombre de la máxima autoridad de la Iglesia católica en el país, pero la inmensa mayoría sí sabe quién es Monseñor Jacques Gaillot. Hombre extremadamente humilde, de mirada serena y voz pausada, que sin utilizar frases grandilocuentes dice lo que quisiéramos escuchar de muchos políticos.

Nació el 11 de septiembre de 1935 en Saint-Dizier, una pequeña ciudad de Francia. A sus 20 años debió dejar el seminario para efectuar el servicio militar. Argelia, donde había una guerra de liberación contra el colonialismo francés, lo vio llegar. Cuenta que fue una suerte el no haber tenido que portar las armas, al ser destacado a trabajos sociales, a vivir con la comunidad.

- ¿Qué significó para Usted haber vivido esa guerra?

- Esta experiencia empezó a cambiar mi vida. Allá me encontré con el islam, una religión muy diferente a la católica y de la que nada conocía. Supe que los musulmanes tenían fe en un Dios, que oraban y eran hospitalarios. Ellos fueron como mis hermanos. Esta inter-religiosidad influyó en mi fe. También viví la violencia de la guerra, por lo cual me fui convirtiendo en un militante de la no-violencia. Realmente, Argelia fue para mí un seminario.

- Después de 22 meses en Argelia, Usted fue enviado a Roma, y en 1961 es ordenado sacerdote. Hasta que en 1982 es nombrado obispo de la ciudad de Evreux, en Francia. Pero el 13 de enero de 1995 se le retira esa misión pastoral. ¿Qué sucedió?

- Unos días antes de esa fecha fui llamado a comparecer ante las autoridades del Vaticano sin saber el por qué. Ante mi incredulidad, en unas horas fui declarado culpable, y en menos de un día se decretó mi expulsión de la diócesis. El cardenal Bernardin Gantin, prefecto de la Congregación de Obispos me propuso que firmara mi demisión y se me permitiría tener el titulo honorifico de obispo emérito de Evreux. Nada firmé. Entonces me nombraron obispo de Partenia, una diócesis que no existe desde el siglo V, situada en la actual Argelia.

Con mis pocas ropas dejé la diócesis de Evreux. Como no tenía donde alojarme, me instalé durante un año en una edificación recuperada por familias sin domicilio y extranjeros sin documentos, en Paris. Luego la Comunidad de Misioneros Espirítanos me acogieron.

- ¿Monseñor, pero qué llevó al Vaticano a tomar tan drástica decisión? ¿Quizás sus posiciones políticas y compromisos sociales? Porque, veamos: en 1983 fue uno de los dos obispos que no votó a favor de un texto episcopal sobre la disuasión nuclear. En 1985 apoyó el levantamiento palestino en los territorios ocupados por Israel, además de encontrar a Yasser Arafat en Túnez. En 1987 prefirió viajar hasta África del Sur para visitar a un preso, militante contra la segregación racial, en vez de ir al peregrinaje por la Virgen de Lourdes. En 1988 defendió en la revista Lui la ordenación de hombres casados. El mismo año se declaró a favor de dar la bendición a homosexuales. El 2 de febrero de 1989 usted publicó en la revista Gai Pied un artículo titulado “Ser homosexual y católico”. Desde 1994, usted se implicó directamente en la fundación de asociaciones de apoyo a los marginados, hasta llegar a conocérsele como el “Obispo de los Sin”: Sin documentos, sin domicilio… ¿No cree que ya esto es bastante para conseguir enemigos entre los círculos del poder eclesiástico y civil?

- Aunque hoy sigo sin pruebas concretas, fuentes fiables me han comentado que el gobierno francés, en particular el ministro del Interior de la época, Charles Pascua, tienen que ver con la decisión del Vaticano. No olvidemos que en Francia este ministerio es encargado de los Cultos. Es muy seguro que un libro mío contra la ley de inmigración fue la gota que derramó el vaso.

El Vaticano y el gobierno francés quisieron aislarme. Pero en 1996, por el primer aniversario de mi partida de Evreux, algunas amistades crearon en internet la Asociación Partenia (1), haciendo de mí un “obispo virtual”. No llegaron a imaginar que yo llegaría a animar la única diócesis en expansión, con más fieles en el mundo y en diferentes idiomas.

Pronto agradecí al Vaticano y a Pascua, porque ellos me hicieron dar más pasos hacia la otra orilla, donde yo encontré otra vida. Ahora tengo toda la libertad, vivo en la acción con los excluidos de la sociedad. Puedo vivir con las gentes, compartir sus alegrías y sus angustias. Ha sido maravilloso todo el mundo que se me presentó. Mientras que Pascua está enjuiciado por diversos delitos, y la Iglesia cada día pierde más cristianos.

- ¿Actualmente, cómo considera a la Iglesia católica?

- La iglesia nos ha enseñado que Dios ha querido traernos las desgracias, y así nos lleva a la resignación. Eso no es cristiano. La Iglesia hace intervenir a Dios para forzarnos a obedecer y no pensar. Muy pocos discursos sobre Dios me hablan de él, pero cuando alguien habla bien del ser humano, ese me dice mucho de Dios. La Institución sigue inamovible en su pedestal, lejos del pueblo y de Dios. Y de seguir así se convertirá en una secta, porque muchos están partiendo hacia otras religiones. La Iglesia vive una hemorragia.

La Iglesia debe cambiar, modernizarse, reconocer que las parejas tienen derecho a divorciarse y a usar el condón; que las mujeres puedan abortar; que hombres y mujeres puedan ser homosexuales y casarse; que las mujeres puedan llegar al sacerdocio y tener acceso a las esferas de decisión; se debe revisar la disciplina del celibato para que los sacerdotes puedan amar como cualquier otro ser humano, sin tener que vivir relaciones clandestinas, como delincuentes.

La situación actual es malsana y destructora para los individuos y la Iglesia.

El Vaticano es la última monarquía absoluta de Europa. La Iglesia debe aceptar la democracia a todos los niveles. Se debe cambiar de modelo porque el actual no es evangélico.

- Qué piensa Usted de la Teología de la Liberación, la cual conoció un desarrollo importante en América Latina?

- Yo me interesé en ella porque es una teología que habla de los pobres. No se habla de la liturgia, ni de catecismo, ni de la Iglesia: se habla del pueblo pobre. Enseña que son los mismos pobres quienes deben tomar conciencia de la necesidad de su liberación por ellos mismos.

Algunos fuimos muy sensibles a las enseñanzas de Don Elder Cámara en Brasil, un gran teólogo (2); a Mons. Leónidas Proaño en Ecuador (3); a Oscar Romero en El Salvador, y otros sacerdotes latinoamericanos, principalmente. Para mí fue un choque brutal cuando Mons. Romero fue asesinado celebrando la misa, el 24 de marzo de 1980. El había dejado la Iglesia de los poderosos para estar con los pobres. Esta conversión de Mons. Romero me pareció admirable.

En América Latina han existido sacerdotes y monjas que han tomado las armas (4). Yo respeto su decisión, no los juzgo, aunque no estoy de acuerdo por ser un no-violento.

Evidentemente, la Teología de la Liberación es peligrosa para los poderosos. Cuando los pobres son sumisos aceptan su triste suerte, entonces no hay nada que temer, son pan bendito para los poderosos. Los del poder pueden dormir tranquilos. Pero si los pobres se despiertan tomando conciencia de su condición, convirtiéndose en actores del cambio, entonces esto produce temor al poder.

Parece que es terrible cuando los pobres toman la palabra y cuestionan la institución eclesial. Al instante ella dice: ‘Atención, miren a estos comunistas’. Porque se ha tenido siempre la obsesión de la infiltración comunista. Por ello, regularmente, las dictaduras, los gobiernos represivos y el Vaticano se unen en un combate común.

Desgraciadamente no existen muchos rebeldes en la Iglesia, porque la institución ha formado para obedecer, para la sumisión.

- ¿Cómo ve Usted la situación social y económica en Francia?

- Yo juzgo a una sociedad en función de lo que ella hace por los más desfavorecidos. Y es claro que yo sólo puedo hacer un juicio severo, porque en Francia no se respeta a todos los seres humanos.

Para mí, el problema número uno es la injusticia que reina por todas partes. Los que están en el poder no invierten en los pobres. Tenemos un gobierno que solo favorece a los ricos, ¡por eso tenemos tres millones de pobres!

Muchos de nuestros ciudadanos creen que los trabajadores ilegales se aprovechan del sistema, sin saber que ellos reciben el formulario de impuestos en sus casas. O sea que son conocidos de la administración, pero como no están en regla no pueden beneficiarse de ninguna ayuda social. ¡Esto es una extorsión por parte del Estado!

Y ¿la Iglesia en esto? Tomemos como ejemplo lo sucedido el 23 de agosto de 1996, cuando casi mil policías especiales forzaron a punta de hacha las puertas de la Iglesia Saint-Bernard-de-la-Chapelle en Paris, sacando por la fuerza a 300 extranjeros en situación irregular. Yo estaba escandalizado y disgustado porque el propio obispo había pedido su expulsión. Y cuando uno expulsa a humanos que se protegen en una iglesia uno desacraliza esa iglesia. Y, desgraciadamente, esto continúa sucediendo.

Y ¿qué se hace con los extranjeros ilegales? Se arrojan en centros de detención, dándoles un tratamiento propio de campos de concentración. ¡Es lo que sucede hoy en Francia!

En las prisiones se produce un suicidio cada tres días. ¡Es enorme! El único horizonte que tienen los presos es el suicidio. Nunca se había visto eso. En Europa, Francia tiene el record de suicidios por ahorcamiento en la cárcel.

- El discurso sobre la crisis económica, ¿en donde lo sitúa?

- En esta crisis no son los ricos quienes están en crisis: los más pobres. Estuvimos manifestando el año pasado contra las leyes que proponía el gobierno porque ellas iban a penalizar a los pobres.

Hoy, muchos franceses van donde el médico, el dentista o el oftalmólogo cuando es algo verdaderamente de urgencia. Y a veces ya es tarde. Los derechos sociales se están acabando.

Y la crisis erosiona las familias. Si alguien ha comprado una casa, luego pierde el trabajo y no encuentra otro, debe revenderla. Esto trae hasta problemas de droga y delincuencia.

La vivienda social no es una prioridad política, porque quienes están en el poder poseen buenas mansiones. Se construye poco y las personas no saben a dónde ir, quedándoles los andenes o cualquier sótano insalubre. Y eso no importa, aunque existen muchos edificios vacios en Paris.

Cuando llega el invierno, el gobierno habla de “planes”. Entonces se abren gimnasios, o cualquier sala para que lleguen ahí los miles que no tienen alojamiento. Pero estos “planes” no son solución para el frío, sino habitaciones dignas. Es una vergüenza, es inhumano, no es cristiano que se deje morir de frio a cientos de personas en los andenes de Francia.

Como dijo el escritor Víctor Hugo: “Se hace caridad cuando no hemos podido imponer la justicia”. Porque no es caridad lo que se necesita. La justicia va a las causas, la caridad a los efectos. Yo no digo que no debe ayudarse con un plato de sopa o un abrigo a quienes están en las calles. Existen urgencias. Yo lo hago, pero mi conciencia no queda tranquila, porque pienso que debemos luchar contra las causas estructurales que tienen a esas personas en la injusticia.

Lo más triste es que la gente se está acostumbrando a la injusticia. Y yo digo ¡despierten! ¡Tengan vergüenza! ¡Indignémonos contra la injusticia!

Hoy, la injusticia está presente por toda Francia. Existen oasis de riqueza, de lujo desorbitante, y extensos guetos de miseria. En Francia existe una violación flagrante a los Derechos Humanos, por eso debemos combatir para que se respeten los derechos de las personas.

- El año pasado se dieron masivas manifestaciones en protesta contra diferentes proyectos del gobierno, pero el gobierno hizo oídos sordos.

- Yo creo que cuando no se respeta al pueblo que se expresa en las calles, no se tiene en cuenta el futuro. En Francia quedó un sentimiento de rabia. No se puede seguir así. No se puede seguir metiendo a la policía por todas partes para contener la inconformidad del pueblo. Esto nos ha llevado a tener un régimen policial.

La injusticia no trae paz. Todo lo contrario. Existe fuego bajo una olla que quieren tener cerrada. Y puede estallar.

- Las luchas de Mons. Gaillot por la justicia no sólo son en Francia. También en otros lares su palabra y acción se han hecho sentir. Deme unos ejemplos.

- Seguimos luchando por los derechos del pueblo palestino. Israel es un Estado colonialista que roba la tierra palestina y excluye a ese pueblo por la fuerza. Hace más de 60 años que la Palestina vive bajo la ocupación israelí y la injusticia. Y la llamada “comunidad internacional” hace bien poco o nada. Por eso nos estamos movilizando por todas partes para ejercer una presión sobre el gobierno israelí. Y una de las acciones es boicotear los productos que vienen de Israel, y principalmente los que son producidos en los territorios ocupados. Porque 50 productos agrícolas se producen en Palestina para beneficio israelí. Mientras los palestinos vivan en la injusticia, allá no existirá la paz.

Cuba. Este es un país que tiene futuro. Yo pude constatar que es un pueblo digno, con coraje y solidario. En Cuba puede haber pobreza, pero no existe la miseria que se ve en cualquier otro país de América Latina, o en la misma Francia o Estados Unidos. A pesar del bloqueo que le tiene Estados Unidos, todos tienen salud y educación gratuita, y nadie duerme en las calles. ¡Es increíble!

Yo soy parte del Comité International por la Libertad de los Cinco Cubanos presos en Estados Unidos. Ellos luchaban contra las acciones terroristas que se preparaban en Miami. Estoy en ese Comité porque me di cuenta que se había cometido una injusticia contra ellos, y eso no se puede tolerar.

- ¿Qué piensa de la manera como la prensa francesa trata los procesos sociales y políticos alternativos que se desarrollan en América Latina? Y, ¿por qué esta prensa tiene la tendencia a ridiculizar a presidentes como Evo Morales o Hugo Chávez?

Este comportamiento de la prensa se debe a que, regularmente, Francia apoya a quienes no debería. Es cuestión de intereses. Estos presidentes no hacen lo que quieren los ricos, entonces Francia se pone del lado de esos ricos. Es como lo hace en África.

Ahora, la participación de las mujeres latinoamericanas en política es sensacional. Por ejemplo, una mujer a la cabeza de Brasil, ¡es extraordinario! En Francia no hemos sido capaces de tener ni una Primera Ministra: ¡somos tan machos! Ah, sí, una vez tuvimos a la señora Edith Cresson, pero no se pudo quedar por mucho tiempo debido a que la quisieron masacrar en su condición de mujer. ¡Somos machos y vulgares como no se lo pueden imaginar!

En la actualidad no es la vieja Europa que da el ejemplo, es América Latina. Debemos mirar para allá.

- Mons. Gaillot, dos últimas preguntas: ¿A usted cómo lo consideran los otros altos miembros de la Iglesia católica? Y, ¿como ciudadano y ser humano, ve una alternativa a la situación social en Francia?

- En general, mis relaciones con los otros obispos son cordiales, aunque algunos prefieren ignorarme. Eso sí, no me hacen llegar ningún documento de la Conferencia Episcopal, ni me invitan a la asamblea anual en Lourdes. Tampoco han dicho el por qué, ni yo lo he pedido, aunque otros sacerdotes sí lo han hecho sin haber recibido nunca una respuesta. A veces esto no es confortable, pero lo que me conforta es que estoy en paz con mi conciencia, por decir lo que pienso, por denunciar la injusticia.

Por la segunda pregunta. Tengo confianza, esperanza en los hombres y mujeres. Vamos a seguir avanzando. Existen movimientos ciudadanos que están creando un tejido asociativo alternativo. Veo muchos combates que nacen y se desarrollan poco a poco. ¡Es formidable! Cada uno debe encontrar el camino donde luchan otros.

La unidad: sí, esto es lo que puede ayudar a salvar la democracia y a los derechos de las personas. Yo tengo la esperanza.+ (PE/Apia Virtual)

NOTA:
1) http://www.partenia.com/

2) Fue arzobispo de Olinda y Recife. Murió el 27 de agosto de 1999.

3) Llamado el « Obispo de los Indios », también el « Obispo Rojo ». Ejercía su labor pastoral en la ciudad de Riobamba. Murió el 31 de agosto de 1988.

4) Han sido varios los sacerdotes y monjas que se han sumado a las guerrillas. El precursor fue Camilo Torres, en Colombia, quien cayó en combate el 15 febrero de 1966. En Nicaragua, durante la guerra contra la dictadura de los Somoza, muchos siguieron su ejemplo, siendo Ernesto Cardenal el más destacado.

(*) Hernando Calvo Ospina es periodista y escritor colombiano, residente en Francia. Colaborador de Le Monde Diplomatique. http://hcalvospina.free.fr/spip.php?article311. La entrevista fue editada por Apia Virtual.

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http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=9328


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A la izquierda, la convergencia de los ciudadanos y las ciudadanas

JUAN TORRES LÓPEZ (Catedrático de Economía), CARLOS MARTÍNEZ GARCÍA (Sociólogo), ARMANDO FERNÁNDEZ STEINKO (Politólogo)


La crisis financiera de 2008 marca un antes y un después en la vida de la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas occidentales y de los españoles en particular. Muchos de los derechos sociales que tanto había costado alcanzar y que partían de consensos básicos y constituyentes nacidos de los acuerdos sociales de la posguerra en Europa o de la Constitución de 1978, en nuestro caso, están siendo incumplidos por los poderes públicos.

La razón es conocida. Los gobiernos de centro-derecha y centro-izquierda han impedido que los responsables de la crisis, los bancos privados y las grandes fortunas, paguen sus consecuencias. No han podido o querido poner fin a las causas que la han provocado regulando de una manera más justa, redistributiva y eficaz los mercados financieros ni se han atrevido a someter el poder de las finanzas a los intereses generales. Las consecuencias son variadas y graves. En lugar de dar salida a la crisis, se sientan las bases para la generación de nuevas y más graves perturbaciones económicas en un breve plazo, mientras se debilita el estado social que con tantos sacrificios trajeron a nuestro país quienes lucharon por la democracia. Al dejar que las finanzas impongan su lógica económica y su voluntad a la ciudadanía, se paraliza la economía y se resquebraja la democracia. Al limitarse a salvar a la banca privada y a dejar que imponga nuevamente sus decisiones al conjunto de la sociedad, se incrementa la desigualdad y la desconfianza en la política.

Recién llegado al gobierno Rodríguez Zapatero, el consejero delegado del Banco de Santander y ahora convicto por intento de estafa, Alfredo Sanz, formulaba claramente la demanda de los sectores oligárquicos del país: "hay que desmantelar el estado de bienestar". La crisis provocada por las oligarquías financieras ha conducido por ahora al aumento de su poder, mientras incrementan sus beneficios económicos y depauperan a la sociedad. Esto les permite llevar a cabo su proyecto sin tener que saltar para ello a la arena política pues un gobierno socialdemócrata, radicalmente divorciado de sus bases y de sus ideales, se ocupa del desmantelamiento del estado del bienestar con el argumento de que esto simplemente lo imponen los mercados.

Frente a esto, la ciudadanía se encuentra perpleja y frustrada, saciada de los discursos políticos que nunca traducen a hechos sus promesas electorales. Los votantes y afiliados socialistas se debaten entre mirar a otro lado al no sentirse identificados con su gobierno, y apoyar sea lo que sea por temor a que "venga la derecha". A la izquierda del PSOE se aprecian intentos de avanzar en procesos de apertura y convergencia, aunque las fuerzas están debilitadas víctimas de errores propios, de una desmovilización social persistente o de la imposibilidad de hacerse oír en un sistema político diseñado para dar cobijo a un bipartidismo de facto.

En esa situación, a los sindicatos se les ha asignado injustamente la tarea titánica de enfrentarse al conglomerado de intereses financieros que ha conseguido imponer estas políticas. Puede considerarse que han cometido un error suscribiendo un acuerdo sobre pensiones que supone un paso atrás, un recorte de derechos y el reconocimiento de una derrota. Pero no se puede ignorar que han tenido que actuar sin apenas cobertura política y con un apoyo social insuficiente. Además, como sindicatos, no pueden y no deben actuar como lo que no son, como una referencia política alternativa. Corresponde a todos los ciudadanos defender el estado social y de derecho, y movilizarse para ello.

Muchos y muchas creemos sin embargo que detrás de este panorama desolador hay un poder ciudadano latente dispuesto a no dejarse llevar por el desánimo, que no quiere seguir siendo un espectador pasivo de las estafas, los engaños bancarios, la destrucción del tejido productivo, la injusticia fiscal y los privilegios de una minoría. Muchos ciudadanos y ciudadanas se niegan a creer que la única solución a los males sociales sea satisfacer siempre y cada vez más los intereses de los sectores más privilegiados de la sociedad. Con esa convicción, un grupo ya numeroso de personas, procedentes de todas las sensibilidades de la izquierda nos hemos autoconvocado para estrechar nuestro acuerdo, para poner en común lo que nos une y empezar a actuar promoviendo otras respuestas y alternativas a los problemas de nuestra sociedad. Nuestro objetivo es encontrar fórmulas para que la participación y la acción política se inserten con naturalidad en la vida de los ciudadanos y ciudadanas, para generar capacidad de transformación real, para que la discusión y la acción se conviertan en fuente de aprendizaje colectivo y de fraternidad.

Proponemos iniciar un proceso de convergencia ciudadana alrededor de una red capilar de mesas de encuentro cívico. Queremos que en todos los barrios, pueblos, centros de estudio y de trabajo haya, al menos, un núcleo de hombres y mujeres organizados, que han decidido aparcar sus diferencias políticas para enfrentarse al recorte de derechos sociales. El primer paso lo daremos en el encuentro convocado para el próximo 19 de febrero en el Auditorio Marcelino Camacho (Calle Lope de Vega 40, Madrid) a las 11:00 de la mañana. Allí está invitada cualquier persona que ame la justicia y que, sumándose a este proceso, desee decir que no a lo que viene ocurriendo en nuestra sociedad.

http://www.publico.es/dinero/361747/a-la-izquierda-la-convergencia-de-los-ciudadanos-y-las-ciudadanas

El silencio refuerza el oscurantismo

Domingo Riorda


Es preocupante  el silencio sobre  decisiones oscurantistas  de sectores que añoran las épocas la práctica del sometimiento y de la borratina de la historia.

La reflexión surge de la lectura de un despacho de la agencia SERPAL  que reproduce un artículo de Elena Luz González Bazán y Juan Carlos Cena  quienes comentan  “que el  28 de diciembre del 2010, la legislatura cordobesa votó la anulación del nombre Agustín Tosca a una calle en la ciudad de Córdoba”

Tres legisladores se opusieron.  Los demás “votaron a mano alzada, tocando botones y desconociendo la gloriosa historia de luchas de la provincia mediterránea”  La nota  señala que esos mismos legisladores,  que borraron el nombre de Agustín Tosco de una calle, “consideraron, en la misma sintonía oscurantista, el retorno de la educación religiosa a las escuelas”

A esos datos se agrega que  la votación de la deformación histórica y popular fue el  28 de diciembre día que  se toma para la broma deformando la recordación de la matanza de niños, ordenada por el rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.  Los articulistas exclaman “Que casualidad, la iglesia no pone ningún obstáculo a esta deformación histórica”  aunque “si es una gran preocupación la educación sexual en las escuelas”

La conducta de Tosco marcó un hito en la dirigencia sindical argentina. Tímido de niño deja de serlo en la secundaria donde  es Presidente del Círculo de Estudiantes. Se le encomienda hablar en el cierre de cursos del último año de la Escuela del Trabajo Presidente Roca. Habiendo sido crítico del sistema de estudios  es coherente consigo mismo y se niega recibir el diploma final de manos del director. Las filas de los estudiantes rompen en aplausos. Toda su dirigencia sindical tuvo el mismo estilo.

Si bien esos datos explican la borratina de su nombre no se explica el silencio de quienes deberían habar protestado. Los responsables de la nota comentada se preguntan “¿Qué dijo el Sindicato de Luz y Fuerza? ¿el sindicato del Gringo?” Responden  “Nada”. Tampoco otros sectores que les corresponderían protestar y luchar, por historia y por dignidad humana, defendiendo personalidades que, como la de Tosco, se los envían al ostracismo de la memoria porque “lo odiaban porque era un incorruptible" al decir de Américo Melchor González, obrero del sindicato de Luz y Fuerza cordobés.

Igual  razonamiento debe  aplicarse a otras decisiones similares que se tomaron en el país. Entre las más recientes la del Arzobispado  de la Iglesia Católica Romana en Tucumán quien pagó 150 mil pesos por la caución al cura castrense José Eloy Mijalchyk,  procesado por delitos de lesa humanidad en esa provincia, y así evitó seguir con detención domiciliaria como partícipe secundario de la privación ilegítima de la libertad y tormentos contra cuatro personas en la causa Arsenales”  Los datos se encuentran en el artículo del periodista Gerardo Aranguren, en Tiempo Argentino del 12 de febrero y dado a conocer por el Centro Cristiano de la Comunidad Gay, Lésbica, Travesti, Transexual y Bisexual.

Otras acciones, cercanas en el tiempo, son la vuelta de la enseñanza religiosa en las escuelas  de Córdoba,  Salta y Catamarca y alguna otra provincia que se le escapa a la memoria del articulista. El reducido número de protestas. casi todas de índole local, indicarían que quienes deberían protestar perdieron la perspectiva histórica de las luchas del pasado y el perfil que debe darse a la sociedad del presente y futuro.

Las iglesias evangélicas, tanto las de la línea protestante como evangelistas, no pueden dejar en el olvido las luchas de los evangélicos, junto a otros sectores, para eliminar el dogmatismo católico romano de las escuelas, como también el dominio del Registro Civil y de los cementerios, en la perspectiva de un estado laico.

No se trata de que las iglesias se metan en política sino que las iglesias asuman su responsabilidad histórica en  la construcción de una sociedad sin fronteras, sin discriminación, sin poderes impuestos   por sectores privilegiados sino construido por el debate popular.

En esos casos el silencio no es salud.  Es tóxico.+ (PE)

PreNot 9359-110216

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