Desde la película Los ojos de América
La historia de amor entre América Scarfó y Severino Di Giovanni, la figura más importante del anarquismo y el hombre más buscado del país, fue plasmada por Daiana Rosenfeld y Aníbal Garisto en Los ojos de América, estrenada en 2015 en el Cine Gaumont, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para luego recorrer los diversos Espacios INCAA del interior del país
América Scarfó, de 14 años, se enamoró de Severino Di Giovanni, que no sólo la duplicaba en edad, estaba casado y tenía tres hijos sino que, además, era considerada la figura más emblemática del anarquismo. Por esa razón, era el hombre más buscado del país. Su relación se plasmó en encuentros clandestinos, cartas de amor y un proyecto político con bases libertarias, que fue interrumpido por el fusilamiento de Di Giovanni a manos de la dictadura militar de 1930
América Scarfó fue una de las pioneras del movimiento anarcofeminista –aunque muchos historiadores sólo la reconocen como la compañera de Di Giovanni–, que irrumpe en el siglo XX poniendo en marcha un proceso cultural alternativo de ruptura del sistema ideológico vigente, en especial, de aquellas costumbres que eran reguladoras de la sexualidad.
Nacida en el seno de una familia de inmigrantes de clase media, América compartía ya en el final de su infancia las ideas anarquistas con sus hermanos Paulino y Alejandro. Fueron ellos quienes llevaron a Severino a vivir a una habitación desocupada en el fondo de la casa familiar. Allí se conocieron y comenzaron a intercambiar ideas.
Un allanamiento policial puso en alerta a los padres que descubrieron la verdad sobre Severino y le pidieron que abandonara la vivienda. Junto a él, partieron los dos hermanos. Por entonces, América se convirtió en el único nexo entre ellos y su madre. En esas visitas, justamente, ella y Severino tuvieron la ocasión de encontrarse en soledad y comenzar una relación sentimental.
El romance creció, se afianzó y comenzó a ser discutido por el entorno. No todos aceptaban el punto de vista libertario acerca de la legitimidad de ese amor y hasta los propios compañeros de Di Giovanni eran críticos y opositores de la situación, a la que consideraban pedófila. Mientras tanto, América reflexionaba acerca de la realidad que vivía, participaba de discusiones teóricas y se afirmaba en la causa libertaria.
Fue una anarquista comprometida con los temas que la interpelaban: la sexualidad, el compañerismo, la superación de las contradicciones inherentes a las relaciones familiares y afectivas entre los propios anarquistas. Se definía como anarcofeminista de manera pública, expresando su apoyo a la unión libre y la autodeterminación.
Ahora, el binomio de directores reconstruyó la historia a través de documentos personales, testimonios y, sobre todo, las cartas de amor que Severino le enviaba y en las que fundía sus más profundos sentimientos. Hubo encuentros clandestinos y visitas fugaces hasta que, finalmente, pudieron comenzar un proyecto de vida basado en una economía autosuficiente y una organización horizontal, que era consecuente con sus ideas y que encontró su punto final cuando Severino fue ejecutado. Desde ese momento, América se refugió en el anonimato hasta su fallecimiento, en agosto de 2006.+ (PE)
El artículo es un resumen libre de la nota del periodista Juan Pablo Russo publicada en 2015 y reeditada por Infojus Noticias el 30 de enero de 2006.
Ojos de América es la película de Daiana Rosenfeld y Anibal Garisto producida luego de una exhaustiva investigación sobre la relación entre América Scarfó y Severino Giovanni.
SN 0036/16