El Sindrome Doña Florinda
Existe un sector de clase media que cuando logra elevar su estándar de vida, rápidamente, manifiesta su menosprecio por el resto de su “vecindad”, por la cultura que lo rodea y en algunos casos hasta le molesta la posibilidad que el resto tenga progresos.
Si el Estado permitiera auxilios y herramientas para que el resto mejorara, perdería su orgullo que se basa, meramente, en tener un poco más en cuanto a lo material y por ende más oportunidades.
En la serie del genial Gómez Bolaños, cada vez que el Chavo del 8 juega con algún tipo de juguete callejero, Quico corre a buscar alguno de sus juguetes nuevos para presumir que tiene algo más caro.
El personaje de Doña Florinda no se cansa de expresar lo bien que viviría lejos de la chusma que la rodea en su vecindad. Lo exterior lo representa como el lugar superior, ese lugar donde en realidad ella pertenece, pero. no se muda.
Don Ramón es abofeteado permanentemente por Doña Florinda y son despreciados todos sus intentos de trabajar. Si pinta paredes, intenta sacar fotos o vende jugos en la calle, siempre es mirado con desdén y acusado de holgazán por Doña Florinda.
Rafael Ton utiliza estas analogías como un disparador para explorar un gran sector de la clase media argentina, desnudar cierta doble moral y analizar la forma de proceder de “la señora que paga sus impuestos” y que, según su subjetiva opinión, debería vivir en un lugar mejor.
El prólogo de “El síndrome Doña Florinda” está a cargo del periodista Gabriel Fernández, director de “La señal Medios”. Editó La Normal Libros. (PE)
Rafael Ton, escritor, critico cinematografico, Licenciado en Filosofía y Letras, vive en La Plata.
SN 258/17