Alberto Morlachetti
La crueldad humana es un misterio dice Vicent. Está aún por dilucidarse en qué punto de las entrañas reside ese impulso que obliga a algunas personas a exterminar a otras.
La consternación ha ganado el imaginario país, mientras la pobreza arroja niños al olvido porque no le fueron asignadas partidas presupuestarias para existir, y aunque sepamos que el poder tiene la infinita posibilidad de proteger la vida o de autorizar su holocausto, no deja de sacudirnos las tripas. Imposible pronunciar el porvenir, ha cobrado una deriva peculiar, por donde discurren los acontecimientos con una velocidad y dirección incontrolables.
La agenda política manejada por el Ejecutivo Nacional impacta en nuestras emociones y pocos se atreven a parpadear o abrir la boca. La mayoría de los “representantes del pueblo” han perdido su inocencia y giran alrededor de cierto parque temático como son los superpoderes o la ley de medios audiovisuales con aire desatado de cualquier ternura, desplazando la absoluta prioridad del hambre.
El empeño de pibes y educadores en un tiempo donde la crueldad es un excedente de la pobreza, ellos arden como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas, desnudando el crimen sobre el que se asienta el edificio de la sociedad argentina. La consigna el Hambre es un Crimen conmovió el letargo de los colectivos sociales enamorados de la vida que se les escapa. El Estado como un Dios temerario dicta los días y las agonías y ni una sola lágrima pública, quitándole al hambre su carácter doloso, para ser percibida como una calamidad inevitable y naturalizarla como misterio destructor, para despojarse de su angustia de asesino. En otras palabras, eximir al poder de la culpa de crimen contra la humanidad.
Alberto Morlachetti
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php
http://www.argenpress.info/2009/09/la-prioridad.html
Comentarios y FORO...
La crueldad humana es un misterio dice Vicent. Está aún por dilucidarse en qué punto de las entrañas reside ese impulso que obliga a algunas personas a exterminar a otras.
La consternación ha ganado el imaginario país, mientras la pobreza arroja niños al olvido porque no le fueron asignadas partidas presupuestarias para existir, y aunque sepamos que el poder tiene la infinita posibilidad de proteger la vida o de autorizar su holocausto, no deja de sacudirnos las tripas. Imposible pronunciar el porvenir, ha cobrado una deriva peculiar, por donde discurren los acontecimientos con una velocidad y dirección incontrolables.
La agenda política manejada por el Ejecutivo Nacional impacta en nuestras emociones y pocos se atreven a parpadear o abrir la boca. La mayoría de los “representantes del pueblo” han perdido su inocencia y giran alrededor de cierto parque temático como son los superpoderes o la ley de medios audiovisuales con aire desatado de cualquier ternura, desplazando la absoluta prioridad del hambre.
El empeño de pibes y educadores en un tiempo donde la crueldad es un excedente de la pobreza, ellos arden como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas, desnudando el crimen sobre el que se asienta el edificio de la sociedad argentina. La consigna el Hambre es un Crimen conmovió el letargo de los colectivos sociales enamorados de la vida que se les escapa. El Estado como un Dios temerario dicta los días y las agonías y ni una sola lágrima pública, quitándole al hambre su carácter doloso, para ser percibida como una calamidad inevitable y naturalizarla como misterio destructor, para despojarse de su angustia de asesino. En otras palabras, eximir al poder de la culpa de crimen contra la humanidad.
Alberto Morlachetti
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php
http://www.argenpress.info/2009/09/la-prioridad.html
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