Manifiesto del colectivo Deixem-nos d’hosties
Tras más de treinta años de la transición del nacionalcatolicismo impuesto por el régimen franquista hacia un estado que se autoproclama aconfesional, la iglesia católica sigue gozando de un trato privilegiado y dando muestras de una desorbitada influencia en la conformación de las políticas públicas.
El estado continúa hoy financiando la confesión católica con unos 6.000 millones de euros anuales, de los cuales la mitad se destina a mantener colegios religiosos concertados. También se paga con dinero público el sueldo de los obispos y sacerdotes, los profesores de catolicismo de la escuela pública y gran parte de la restauración y sostenimiento del enorme patrimonio de la iglesia católica, el segundo más grande del estado y benefactor de no pocos privilegios fiscales. La iglesia católica sigue así -contra la opinión manifestada por algunos sectores de base de sus fieles- incumpliendo impunemente y de manera reiterada su compromiso de conseguir los recursos propios suficientes para atender sus necesidades.
Por otra parte, el episcopado católico, amparado por las concesiones del estado y utilizando su enorme poder económico y mediático, no ha dejado de pronunciarse críticamente contra el reconocimiento de derechos fundamentales, algunos de los cuales han sido conquistados después de continuadas reivindicaciones y esforzadas luchas. De forma vehemente erige en poseedora del monopolio de la vida y la muerte oponiéndose al derecho de morir dignamente y al derecho de las mujeres a decidir sobre el propio cuerpo a la hora de llevar a cabo o no un embarazo. Tratando de imponer su visión de la sexualidad, puramente reproductiva, condena otras formas de vivirla. Desaprueba el uso de los métodos anticonceptivos y de manera gravemente irresponsable llamamiento a incumplir las recomendaciones internacionales que abogan por el uso del preservativo como herramienta probadamente eficaz para prevenir el SIDA. Asimismo, sin demasiado escándalo ni vergüenza, los numerosos delitos protagonizados por sacerdotes católicos hechos públicos en los últimos años permanecen sin condena firme por parte de las jerarquías eclesiales, que-con pocas excepciones-prefieren cerrar los ojos y atribuirlo a una campaña de desprestigio. Por otra parte, su obcecada defensa de un único modelo válido de unión entre las personas, la familia tradicional heterosexual, estigmatiza y criminaliza otros modelos familiares y las personas gays, lesbianas, transexuales y bisexuales.
Esta injerencia continuada en los asuntos públicos y personales se volverá a poner de manifiesto durante la próxima visita del máximo jerarca de la iglesia católica en Barcelona. Es indignante que en un periodo de crisis y de recortes sociales los poderes públicos contribuyan a financiar los enormes gastos que conlleva esta visita con nuestros impuestos, seamos o no creyentes.
Los que defendemos los valores propios de una sociedad laica y democrática rechazamos el mantenimiento de los privilegios de la iglesia católica en el campo de la fiscalidad, de la enseñanza y de todo lo público y queremos acabar con la interferencia constante en nuestros derechos y libertades. Por ello, nos oponemos a la visita del Papa en Barcelona. Dejémonos de HOSTIAS: NOSOTROS NO LE ESPERAMOS!
http://deixemnosdhosties.blogspot.com/
MANIFEST
Després de més de trenta anys de la transició del nacionalcatolicisme imposat pel règim franquista cap a un estat que s’autoproclama aconfessional, l’església catòlica continua gaudint d’un tracte privilegiat i donant mostres d’una desorbitada influència en la conformació de les polítiques públiques.
L’estat continua avui finançant la confessió catòlica amb uns 6000 milions d’euros anuals, dels quals la meitat es destina a mantenir col•legis religiosos concertats. També es paga amb diner públic el sou dels bisbes i capellans, els professors de catolicisme de l’escola pública i gran part de la restauració i sosteniment de l'enorme patrimoni de l’església catòlica, el segon més gran de l’estat i benefactor de no pocs privilegis fiscals. L’església catòlica continua així -contra l’opinió manifestada per alguns sectors de base dels seus fidels- incomplint impunement i de manera reiterada el seu compromís d’aconseguir els recursos propis suficients per atendre les seves necessitats.
D’altra banda, l’episcopat catòlic, emparat per les concessions de l’estat i utilitzant el seu enorme poder econòmic i mediàtic, no ha deixat de pronunciar-se críticament contra el reconeixement de drets fonamentals, alguns dels quals han estat conquerits després de continuades reivindicacions i esforçades lluites. De forma vehement s’erigeix en posseïdora del monopoli de la vida i la mort oposant-se al dret de morir dignament i al dret de les dones a decidir sobre el propi cos a l’hora de portar a terme o no un embaràs. Tractant d’imposar la seva visió de la sexualitat, purament reproductiva, condemna altres formes de viure-la. Desaprova l’ús dels mètodes anticonceptius i de manera greument irresponsable crida a incomplir les recomanacions internacionals que advoquen per l’ús del preservatiu com a eina provadament eficaç per prevenir la SIDA. Alhora, sense massa escàndol ni vergonya, els nombrosos delictes protagonitzats per capellans catòlics fets públics en els darrers anys romanen sense cap mena de condemna ferma per part de les jerarquies eclesials, que -amb poques excepcions- prefereixen tancar els ulls i atribuir-ho a una campanya de desprestigi. Per altra banda, la seva obcecada defensa d’un únic model vàlid d’unió entre les persones, la família tradicional heterosexual, estigmatitza i criminalitza altres models familiars i les persones gais, lesbianes, transsexuals i bisexuals.
Aquesta ingerència continuada en els assumptes públics i personals es tornarà a posar de manifest durant la propera visita del màxim jerarca de l’església catòlica a Barcelona. És indignant que en un període de crisi i de retallades socials els poders públics contribueixin a finançar les enormes despeses que comporta aquesta visita amb els nostres impostos, siguem o no creients.
Els que defensem els valors propis d’una societat laica i democràtica rebutgem el manteniment dels privilegis de l’església catòlica en el camp de la fiscalitat, de l’ensenyament i de tot allò públic i volem acabar amb la interferència constant en els nostres drets i llibertats. Per això, ens oposem a la visita del Papa a Barcelona. DEIXEM-NOS D'HÒSTIES: NOSALTRES NO L’ESPEREM!!
http://deixemnosdhosties.blogspot.com/
REGRESAR A PORTADA
Tras más de treinta años de la transición del nacionalcatolicismo impuesto por el régimen franquista hacia un estado que se autoproclama aconfesional, la iglesia católica sigue gozando de un trato privilegiado y dando muestras de una desorbitada influencia en la conformación de las políticas públicas.
El estado continúa hoy financiando la confesión católica con unos 6.000 millones de euros anuales, de los cuales la mitad se destina a mantener colegios religiosos concertados. También se paga con dinero público el sueldo de los obispos y sacerdotes, los profesores de catolicismo de la escuela pública y gran parte de la restauración y sostenimiento del enorme patrimonio de la iglesia católica, el segundo más grande del estado y benefactor de no pocos privilegios fiscales. La iglesia católica sigue así -contra la opinión manifestada por algunos sectores de base de sus fieles- incumpliendo impunemente y de manera reiterada su compromiso de conseguir los recursos propios suficientes para atender sus necesidades.
Por otra parte, el episcopado católico, amparado por las concesiones del estado y utilizando su enorme poder económico y mediático, no ha dejado de pronunciarse críticamente contra el reconocimiento de derechos fundamentales, algunos de los cuales han sido conquistados después de continuadas reivindicaciones y esforzadas luchas. De forma vehemente erige en poseedora del monopolio de la vida y la muerte oponiéndose al derecho de morir dignamente y al derecho de las mujeres a decidir sobre el propio cuerpo a la hora de llevar a cabo o no un embarazo. Tratando de imponer su visión de la sexualidad, puramente reproductiva, condena otras formas de vivirla. Desaprueba el uso de los métodos anticonceptivos y de manera gravemente irresponsable llamamiento a incumplir las recomendaciones internacionales que abogan por el uso del preservativo como herramienta probadamente eficaz para prevenir el SIDA. Asimismo, sin demasiado escándalo ni vergüenza, los numerosos delitos protagonizados por sacerdotes católicos hechos públicos en los últimos años permanecen sin condena firme por parte de las jerarquías eclesiales, que-con pocas excepciones-prefieren cerrar los ojos y atribuirlo a una campaña de desprestigio. Por otra parte, su obcecada defensa de un único modelo válido de unión entre las personas, la familia tradicional heterosexual, estigmatiza y criminaliza otros modelos familiares y las personas gays, lesbianas, transexuales y bisexuales.
Esta injerencia continuada en los asuntos públicos y personales se volverá a poner de manifiesto durante la próxima visita del máximo jerarca de la iglesia católica en Barcelona. Es indignante que en un periodo de crisis y de recortes sociales los poderes públicos contribuyan a financiar los enormes gastos que conlleva esta visita con nuestros impuestos, seamos o no creyentes.
Los que defendemos los valores propios de una sociedad laica y democrática rechazamos el mantenimiento de los privilegios de la iglesia católica en el campo de la fiscalidad, de la enseñanza y de todo lo público y queremos acabar con la interferencia constante en nuestros derechos y libertades. Por ello, nos oponemos a la visita del Papa en Barcelona. Dejémonos de HOSTIAS: NOSOTROS NO LE ESPERAMOS!
http://deixemnosdhosties.blogspot.com/
MANIFEST
Després de més de trenta anys de la transició del nacionalcatolicisme imposat pel règim franquista cap a un estat que s’autoproclama aconfessional, l’església catòlica continua gaudint d’un tracte privilegiat i donant mostres d’una desorbitada influència en la conformació de les polítiques públiques.
L’estat continua avui finançant la confessió catòlica amb uns 6000 milions d’euros anuals, dels quals la meitat es destina a mantenir col•legis religiosos concertats. També es paga amb diner públic el sou dels bisbes i capellans, els professors de catolicisme de l’escola pública i gran part de la restauració i sosteniment de l'enorme patrimoni de l’església catòlica, el segon més gran de l’estat i benefactor de no pocs privilegis fiscals. L’església catòlica continua així -contra l’opinió manifestada per alguns sectors de base dels seus fidels- incomplint impunement i de manera reiterada el seu compromís d’aconseguir els recursos propis suficients per atendre les seves necessitats.
D’altra banda, l’episcopat catòlic, emparat per les concessions de l’estat i utilitzant el seu enorme poder econòmic i mediàtic, no ha deixat de pronunciar-se críticament contra el reconeixement de drets fonamentals, alguns dels quals han estat conquerits després de continuades reivindicacions i esforçades lluites. De forma vehement s’erigeix en posseïdora del monopoli de la vida i la mort oposant-se al dret de morir dignament i al dret de les dones a decidir sobre el propi cos a l’hora de portar a terme o no un embaràs. Tractant d’imposar la seva visió de la sexualitat, purament reproductiva, condemna altres formes de viure-la. Desaprova l’ús dels mètodes anticonceptius i de manera greument irresponsable crida a incomplir les recomanacions internacionals que advoquen per l’ús del preservatiu com a eina provadament eficaç per prevenir la SIDA. Alhora, sense massa escàndol ni vergonya, els nombrosos delictes protagonitzats per capellans catòlics fets públics en els darrers anys romanen sense cap mena de condemna ferma per part de les jerarquies eclesials, que -amb poques excepcions- prefereixen tancar els ulls i atribuir-ho a una campanya de desprestigi. Per altra banda, la seva obcecada defensa d’un únic model vàlid d’unió entre les persones, la família tradicional heterosexual, estigmatitza i criminalitza altres models familiars i les persones gais, lesbianes, transsexuals i bisexuals.
Aquesta ingerència continuada en els assumptes públics i personals es tornarà a posar de manifest durant la propera visita del màxim jerarca de l’església catòlica a Barcelona. És indignant que en un període de crisi i de retallades socials els poders públics contribueixin a finançar les enormes despeses que comporta aquesta visita amb els nostres impostos, siguem o no creients.
Els que defensem els valors propis d’una societat laica i democràtica rebutgem el manteniment dels privilegis de l’església catòlica en el camp de la fiscalitat, de l’ensenyament i de tot allò públic i volem acabar amb la interferència constant en els nostres drets i llibertats. Per això, ens oposem a la visita del Papa a Barcelona. DEIXEM-NOS D'HÒSTIES: NOSALTRES NO L’ESPEREM!!
http://deixemnosdhosties.blogspot.com/
REGRESAR A PORTADA