Nací a la orilla de la vía del tren, mi padre era Jefe de Estación en Muñiz (Pcia. De Buenos Aires), pongo con mayúscula Jefe de Estación para indicar la importancia que su trabajo tenía para Don Martín. Lo recuerdo muy orgulloso luciendo su gorra con adornos y el letrero “JEFE”, humilde pero pulcramente vestido caminando por la estación o las oficinas atento a los horarios y el buen funcionamiento del sistema de señales. Me acostumbré al sonido de las campanas y al silbato del guarda indicando la salida, al resoplido de la máquina de vapor moviendo su pesada carga. Contaba los vagones de los trenes de carga, siempre tomando en cuenta si pasaban los 30 y al decir adiós del último vagón siempre más pequeño y con una banderita roja atrás.
Me gustaba mirar el movimiento de gente en los andenes de la gran ciudad de Buenos Aires o caminar sobre una vía, esto en San Rafael (Mendoza) haciendo equilibrio, contaba los durmientes que pasaban para calcular la distancia, siempre quería ir un poco mas allá y batir mi propio record. Tenía mi propio tesoro, eran los tornillos, arandelas, clavos y tuercas que juntaba a la orilla del tren y los ponía en una caja, nunca sirvieron pero yo los guardaba en secreto. Mi padre puso su vida y la de su familia en su querido ferrocarril, fue un “saltimbanqui” de estación en estación a causa de los traslados.
Años han pasado, aquel sistema ferroviario del pasado ha sido destruido, la batalla la ganaron los ómnibus y los camiones, el tren todavía intenta recorrer las grandes distancias de nuestro país pero con mucho esfuerzo logra superar las fallas que tiene. Ahora se habla del tren bala, si mi padre supiera de tremendo proyecto!!! Pocos años atrás se hablaba de que habíamos cancelado la deuda externa “milagros” económicos ¿no? Hoy el tren bala la hará crecer de un plumazo 3900 millones de dólares, pienso, eso como mínimo, ya sabemos a qué nivel de gastos comienzan estos proyectos faraónicos pero nunca sabemos a qué nivel terminan. Algunos comentaristas se preguntan con razón ¿Quién podrá viajar en ese tren? La respuesta es obvia, son los mismos que viajan en autos de costosas marcas o bien en avión.
Don Martín hacia muy bien su trabajo pero no escatimaba críticas a los capitales ingleses dueños del sistema. “Todas las ganancias son para ellos”. Un comentarista señala que los títulos públicos a emitirse para garantizar aquella elevada deuda estarán bajo la jurisdicción de los tribunales de Londres además los vagones vendrán de Francia. ¿Cómo se les escapó a los norteamericanos tan importante negocio; será que están muy ocupados con el sangriento petróleo en Irak?
Es curiosa la situación, se cancela el tren blanco para los cartoneros y se gasta una fortuna para servir a los que pueden, mientras tanto seguimos hablando de la pobreza.+ (PE)
Aldo M. Etchegoyen
Buenos Aires - Abril 6 - 2008
08/04/11 - PreNot 7282
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