lunes, 10 de diciembre de 2007

Escenarios de la batalla de ideas

Sin importar su origen que puede ser tan humilde como las del cristianismo, desarrollarse en circunstancias difíciles como el liberalismo o ser tan combatidas como las del marxismo, las ideas se instalan en la conciencia social y se tornan funcionales en la medida en que dan respuesta a necesidades históricas.

La hondura y el alcance del pensamiento de Fidel Castro respecto a lo que él llama “Batalla de Ideas” se comprende cabalmente cuando se le considera como parte de la respuesta urgencias globales, se asume de modo integral y desde una metodología cientifica.

Entre los rasgos más sobresaliente de la época contemporánea figuran las tendencias a la globalización y a la unipolaridad, acompañadas por un desarrollo técnico y científico que genera problemas inéditos a escala planetaria.

Por la otra esquina, aunque están presentes importantes premisas teóricas y desarrollo sociológicos meritorios, a escala global se percibe un déficit que no ha permitido a las ciencias sociales elaborar un cuerpo teórico suficientemente integral, capaz de ofrecer una explicación satisfactoria e indicar un camino o un modelo para la humanidad del futuro.

Semejante carencia que en el pasado cubrieron el liberalismo y el marxismo, soportes ideológicos del capitalismo y el socialismo respectivamente, plantea la ausencia de importantes sustancias aglutinantes capaces de cohesionar las estructuras sociales e informar la movilización de las fuerzas sociales agentes del cambio histórico. Hoy la humanidad está abocada a una situación en la cual una respuesta política no basta.

En el escenario más vasto y tal vez el principal de la “Batalla de Ideas”, no se trata sólo de quién vence a quién, sino de corroborar si la humanidad será capaz de encontrar en sí misma y en las circunstancias políticas más adversas, los argumentos para movilizar la conciencia y lograr un punto de vista universal, ahora no en torno a la política, sino alrededor de la supervivencia de la especie.

La tesis de Fidel Castro que, matices aparte, comparten otros pensadores, es que la irracionalidad del actual orden económico, hace peligrar la existencia de la especie humana y es preciso crear condiciones y auspiciar el desarrollo de una conciencia universal que permita comprender y enfrentar los retos que significan los problemas globales. Una conciencia universal es más que una teoría sociológica y que una ideología y su escenario principal no es una coyuntura o un país, sino toda una época histórica.

El líder cubano, a quien la enfermedad apartó temporalmente de las tareas cotidianas, permitiéndole ocupar su inteligencia y experiencia en reflexiones sobre asuntos de capital importancia, aunque comprende que la base en que se sustenta la sociedad humana es la economía y que las mutaciones sociales son preparadas desde allí, insiste que con la economía no basta.

Admitiendo que las ideas dominantes en una época histórica son las ideas de la clase dominante, es preciso percatarse de que tal fenómeno, virtualmente absoluto en las sociedades preindustriales y mucho más relativo en el capitalismo donde la naturaleza misma de la sociedad conlleva a que las ideas liberales, aun cuando sean dominantes tengan que convivir con las de otras clases, capas, pensadores y líderes.

Algo similar ocurre en el nivel político donde el funcionamiento de la democracia exige de sociedades más o menos participativas. Fue Carlos Marx quien afirmó que la burguesía no puede liberarse sin liberar a todo la sociedad, acto que contiene los gérmenes de una dinámica política en la que la clase dominante pierde poder e influencia en la medida en que sus ideas son rebasadas por otras.

Ninguna formación social y ningún sistema político desaparecen por razones exclusivamente económicas. Los grandes cambios sociales ocurren únicamente cuando las transformaciones en la economía son respaldadas por ideas con mayor capacidad de convocatoria, movilización y cohesión que las vigentes.

Los cambios en el pensamiento a que se refiere Fidel Castro no son un fenómeno doctrinario ni ocurren al nivel de las ideologías de las clases sociales y los partidos sino que es un proceso global que discurre en la conciencia social y, aunque los contiene, no se limita a la lucha de clases o a la toma del poder político en uno otro lugar.

Naturalmente que un pensamiento de tanto calado, con tantas aristas y que confronta a los más poderosos intereses hegemónicos que hayan existido nunca es atacado y trata de ser aislado, entre otras cosas porque no puede ser ignorado.

Al ataque de los adversarios se suma el fuego amigo de aquellos que reconociendo la pertinencia de tales ideas, estiman que se trata de sueños, líneas de deseos o de un proyecto maximalista que por su escala y envergadura resulta imposible de concretar; afirmaciones no avaladas históricamente.

Las ideas nuevas aparecen cuando son históricamente necesarias y, en la medida en que ofrecen respuestas a necesidades sociales, nadie puede impedir que se abran paso. Así ocurrió con el cristianismo de humildes orígenes en la Palestina, ocupada por Roma cuyos emperadores lo reprimieron brutalmente, sin poder impedir que se expandiera vertiginosamente, primero que en ningún otro lugar en el imperio. Lo mismo ocurrió con ideas políticas justas y pertinentes como el liberalismo y el marxismo.

Aunque para difundir y establecer en la conciencia social las nuevas ideas es preciso librar una batalla de proporciones planetarias y aludir a problemas que afectan a la toda la humanidad, en algunos casos se dan avances espectaculares.

El modo como Al Gore, un “golden boy” de la más rancia elite imperial ha asimilado ciertas ideas relacionadas con problemas ecológicos globales que lo llevan a confrontar las políticas de la administración norteamericana, lo han convertido en “compañero de viaje” del pensamiento más avanzado en esa zona de la realidad.

La Batalla de Ideas asume un pensamiento global aunque también se libra en escenarios y capítulos específicos. De alguno de ellos hablaremos luego.

Jorge Gómez Barata

Fecha publicación: 23/11/2007
http://www.argenpress.info/nota.asp?num=049548&Parte=0


Selección de fragmentos: LA HORA DEL GRILLO

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