Antecedentes
Durante las últimas décadas en Nuestra América y el mundo se han producido hechos políticos que se enmarcan dentro de la realidad de la comunicación, vista esta como un instrumento dominante profundo desde el poder imperante.
América Latina vivió la sombra macabra de las dictaduras militares en los años 70 y 80s, que marcaron un tiempo de desesperanza para los Pueblos. Estos fenómenos de la imposición con el tiempo presentaron un recambio de la dictadura militar clásica a la dictadura mediática como la expresión de la estrategia de dominación.
Gran parte de los medios establecidos o fueron puntales para el establecimiento de las dictaduras o se acomodaron a ellas, sea por la censura o autocensura. Todo esto se utilizó como método para silenciar las voces de las fuerzas políticas de oposición y de los movimientos, lógica que aun persiste.
La expansión del ideario Neoliberal logró dispersar por un tiempo el mismo sentido de la organización social, con la premisa individualista de “sálvese quien pueda”.
Dentro de esta perspectiva cabe la reflexión de cómo la comunicación debe no sólo entenderse como un elemento estratégico de la organización popular, sino que es necesario apropiarnos mucho más de ella y que esta no se reduzca simplemente a un asunto de los vinculados al campo comunicacional.
Las guerras y agresiones en todo nivel contra los pueblos se producen a la luz del golpe mediático. La comunicación que encarna practicas sociales, colectivas, comunitarias que visibilizan lo ocultado desde distintas experiencias y sin privilegiar unas de otras deben servir de punto de partida para posibles encuentros.
En el contexto actual de Nuestra América es necesario, y se vuelve fundamental, compartir y comprender los sentidos, los saberes, los símbolos, las resistencias con las que intentamos nuestras trasformaciones.
Comprender y comprendernos. Para ello comunicarnos y comunicar.
La necesidad histórica de la democratización de los medios constituye un elemento fundamental en el desarrollo de una cultura alternativa y comunicacional desde los pueblos en la búsqueda real de la emancipación.
Ahora bien, no debemos olvidar que existieron en la clandestinidad numerosos medios, en su mayoría gestionados por colectivos sociales y grupos de resistencia, que jugaron un papel fundamental de lucha por la libertad y el combate político.
Las cruzadas mediáticas pueden llegar a sobrepasar los limites, por ejemplo en Venezuela vimos cómo en abril del 2002 se produjo un golpe de Estado, en la guerra de Ruanda, desde allí se promovió un escalofriante genocidio que cobro la vida de 800.000 personas.
La reelección de Álvaro Uribe fue promovida por un efecto mediático millonario, que condujo al nuevo periodo, incluso ignorando los escándalos parapolíticos, la violación de los derechos humanos, la vinculación con el paramilitarismo y su participación en el narcotráfico.
La comunicación se ha convertido en más que un negocio. Ésta ha superado sus mismas barreras. La información no sólo fue convertida en una mercancía que se compra y se vende, sino que en el actual régimen de propiedad de estos la ha convertido en una estrategia para reproducir un ideario en consonancia con el modelo imperante.
Es necesario volver la mirada a las distintas alternativas y formas de comunicar para contrarrestar y resistir desde abajo, desde la base desde la comunidad organizada. Para combatir y superar las barreras mediáticas del sometimiento al que somos victimas millones de seres humanos en el mundo, en concreto el Latinoamérica.
Pensarnos en formular respuestas hasta proponer nuevas formas de organización social podría ser una de las cuantas vías para irrumpir como pueblos y expresiones organizativas en la construcción de una nueva comunicación desde la praxis transformadora.
Inicitivas
Para diversos analistas de los movimientos Sociales en Nuestra América, el desarrollo de estos pasa por dos momentos en
El primer momento es la comunicación hacia fuera que está conformada por los medios, la información que expresan las ideas, las propuestas y reivindicaciones de los movimientos.
El segundo momento es el que determina la comunicación hacia adentro, en este se encuentran las reuniones, asambleas, boletines los espacios de la comunicación de afuera hacia adentro de los movimientos.
La clave de la fuerza de los movimientos se concentra en el segundo momento, en la intercomunicación entre nosotros, entre las personas que integran los movimientos y las organizaciones. Esta es una de las claves principales que ha dejado que surja.
La intercomunicación de los movimientos, fuerzas y organizaciones es la forma clave para articular la resistencia y la rebelión. Para lograr esto hay que tener espacios propios fuera del control de los poderosos, que sean nuestros.
La comunicación también puede ser asumida como un elemento clave en el desarrollo de la formación y fortalecimiento en los movimientos y organizaciones en resistencia.
Insertarnos de manera eficaz en una amplia Lucha de Ideas, contra el Imperialismo y sus diferentes formas de dominación capitalista. Podría sin duda alguna ser un buen inicio del proceso de la articulación de las resistencias al modelo neoliberal y su sistema claramente en decadencia.
Nuestra comunicación necesita fortalecer sus espacios, construir otros, mantener la intercomunicación desde abajo y mejorarla.
La movilización ciudadana y popular ha desembocado en la creación de medios comunitarios en Radio, Televisión y Video. En estos medios hay una comunicación activa y conciente donde la gente difunde la información desde su perspectiva, desde su realidad, pero siempre tomando en cuenta que la gente que realiza esta actividad aprende a ver las cosas desde el contexto. Todo este proceso es comprendido como la militancia para el cambio hacia una vida positiva y liberadora en comunidad.
Tanto en los procesos de resistencias populares al neoliberalismo, como en las nuevas alternativas que se van generando al mismo, los movimientos sociales y de resistencia van creando herramientas, códigos, símbolos, lenguajes, señales, en los que subyace una pedagogía popular que concibe a la comunicación como un momento fundante de la praxis transformadora.
Es una pedagogía que hace de la comunicación interpersonal en los movimientos, entre los movimientos populares, y de estos con el resto de la sociedad, dimensiones concretas que requieren ser trabajadas como parte de la batalla cultural contrahegemónica. Una pedagogía que intenta crear lazos firmes entre lo que dice y lo que hace, entre lo que muestra y lo que es, entre teorías y prácticas, entre información y formación.
La incomunicación desde la estrategia de dominación pretende entre otras volvernos espectador@s de una historia en la que nuestra actuación es invisibilizada.
Romper el cerco mediático, en reconocimiento de las diversas herramientas empleadas por los movimientos sociales, harán de nuestro caminar un especial esfuerzo por transformar el mundo.
La lucha política como un elemento fundamental en desarrollo por parte de los movimientos y fuerzas en resistencia podrán apostarle de manera definida en la descolonización del pensamiento critico latinoamericano.
El poder desde las sociedades capitalistas ha sido sustentado sin rodeos a base de mentir descaradamente para manejar a las grandes masas.
La nueva comunicación deberá sostenerse sobre el más amplio y diverso de los sectores de base organizados que reproduzcan sin vacilación las nuevas formas de resistencia y Anticapitalismo.
El centro de esta nueva comunicación debe ser el Ser humano como actor fundamental en los procesos de cambio, rescatar los procesos de comunicación que en la practica defiendan y visualicen los intereses populares, pero sobre todo informen objetivadamente sobre lo que verdaderamente esta ocurriendo para actuar sería parte del rompimiento de los viejos paradigmas de la comunicación.
Propuestas
Atreverse a proponer hoy la construcción de un nuevo tipo de Comunicación que se plantee y se ponga al servicio de los intereses populares de las grandes mayorías de explotados y oprimidos representa en sí una ganancia para el campo popular en la perspectiva de caminar hacia los nuevos tiempos en Nuestra América donde
Pensarnos en el fortalecimiento de los movimientos sociales, organizaciones populares y fuerzas en Resistencia desde la comunicación nos pondrá en la dimensión de una articulación social y política efectiva basada en la intercomunicación que fortalezca las acciones de Lucha y Resistencia propuestas en una gran Agenda común de Lucha Continental.
Plantear la construcción de la estrategia de Unidad. El reconocernos así como reconocer nuestras fortaleces y debilidades sin distingo alguno, nos ayudará a potenciar el escenario común de Lucha como un elemento estratégico en el propósito liberador de nuestros pueblos.
Trabajar por la creación de nuevos espacios de comunicación desde las expresiones de Resistencia Social y Política, así como fortalecer las ya existentes.
Desarrollar una amplia y diversa pedagogía popular de la comunicación donde
Proponer desde la izquierda una cultura de oposición y resistencia que soporte los embates de las Oligarquías y el plan de dominación Imperialista.
Fortalecer una amplia red social de base que luche por la verdadera emancipación de los Pueblos.
Trabajar por profundizar la crisis de los Gobiernos de Derecha y proyectar la participación política dentro de los procesos democráticos de mayorías en algunos gobiernos Alternativos que se vienen configurando en el continente.
Trabajar por la democratización de los medios de comunicación y fortalecer los medios alternativos contra hegemónicos.
Trabajar por la concreción de propuestas de comunicación que se identifiquen y propongan
Dotar a la nueva representación política de los movimientos sociales y organizaciones populares de nuevos conceptos de la representación política, desde la comunicación como pedagogía de la organización popular en el propósito de establecer un orden diferente al existente.
Potenciar la comunicación, sus ventajas como un instrumento valido para la formación política y el fortalecimiento organizativo de las expresiones sociales y políticas en Resistencia.
Agencia de los Pueblos En Pie
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