lunes, 31 de mayo de 2010

A 200 años, ni Revolución, ni Bicentenario ni Celebraciones

Rubén Kotler
La urgencia es construir otro modelo social distinto

Nada que celebrar. Nada que vivar. Ni la patria que nos excluye, ni la nación artificialmente construida sobre los huesos de las víctimas en procesos de exterminio. El Bicentenario que desde el oficialismo y desde cierta oposición hoy se celebra en Argentina, no es más que la recuperación de un proyecto de exclusión, proyecto de un pequeño y reducido número de “patriotas” a quienes la patria, o mejor dicho el pueblo, que en este suelo habitó y habita, poco les importa. No les importó en mayo de 1810, cuando de puertas adentro del Cabildo sólo se apuraron a negociar el reparto de una tierra que quedaba librada a su suerte, y no les importa hoy, en este mayo de 2010, cuando en nombre de aquella supuesta Revolución, el territorio se sigue rifando al mejor postor. La exclusión de importantes sectores sociales de entonces continúa y se perpetúa en una orgía de despilfarro. Mientras quienes se morían de hambre entonces, hoy, 25 de mayo de 2010, se siguen muriendo de hambre en un territorio capaz de alimentar a 10 veces su propia población. Quienes hoy celebran el Bicentenario son los herederos de quienes impusieron un modelo de país basado en el genocidio, la persecución, el hambre, el desempleo, las desigualdades, entre otras calamidades. Hoy como entonces se sigue pagando la deuda externa, mientras se sigue postergando por los siglos de los siglos la deuda interna por la que los pueblos originarios siguen muriendo, los pobres siguen muriendo, los desfavorecidos del sistema siguen muriendo, los indigentes siguen muriendo, los “nadies”, aquellos nadies que tampoco en 1810 tuvieron acceso al Cabildo, hoy tan celebrado, ilustrado y homenajeado.

Hace exactamente un año expresaba que el bicentenario no era mi proyecto sino el de una burguesía que moldeó el país a su imagen y semejanza. A diferencia de 1810, lo que si podemos afirmar es que hoy grandes sectores sociales se agolpan ante los poderes establecidos y exigen que el “Cabildo Abierto” sea inclusivo a todos los habitantes del suelo, hoy denominado Argentina. Desde hace muchos años, aunque hoy más dispersas que en los 70, distintas expresiones del campo popular piden a gritos la construcción de otro modelo social, la construcción de otras relaciones sociales, de otro modo de producción distinto al capitalista, modelo que comenzó a moldearse justamente ese 25 de mayo de 1810, cuando algunos “patriotas”, lejos de “hacer patria”, buscaban la mejor forma de incluirse en ese mundo capitalista que comenzaba a rodar.

Recordemos que ese mundo capitalista naciente y que hoy sufrimos en ciclos de interminables crisis a lo largo y ancho del planeta, tuvo sus orígenes en procesos que van desde la Revolución Industrial en Inglaterra, la Revolución Francesa en suelo galo y la Independencia estadounidense con su posterior Constitución y unas declaraciones de derecho bastante cuestionables, sobre todo el de la propiedad que cercó las tierras y animó a las elites locales a establecer fronteras hoy minadas de muros infranqueables por el ciudadano de a pie. Decía, entonces, que los patriotas del Cabildo abierto de mayo de 1810 nunca buscaron la construcción de un Estado inclusivo. Quizás quien más se acerco a un ideal semejante haya sido Mariano Moreno, asesinado algunos meses después de instaurada la Primera Junta de gobierno de la que era parte, justamente por sus propuestas que, para la época, sí se presentaban como revolucionarias. Hoy el ideal de mayo se acerca más al autoritarismo de Cornelio Saavedra, primer presidente “patrio”, que al modelo morenista descrito en el Plan Revolucionario de Operaciones.

El despilfarro del Bicentenario en el espejo de la marcha de los pueblos

Los desmedidos festejos de un país que no tiene nada que celebrar contrastan con la marcha, que desde todos los rincones del territorio, realizan los pueblos originarios para exigir que sean incluidos en el proyecto nacional. Es que hay que repetirlo una y otra vez: el Bicentenario no es una celebración que incluya a todos los habitantes del Estado argentino. El nacionalismo expresado en las miles de banderas celestes y blancas y en los stands prolijamente colocados a lo largo de la Avenida 9 de Julio, en Buenos Aires, contrastan con las banderas multicolor que representan a los pueblos originarios y que se hicieron presentes el viernes 21 de mayo en la Plaza del Cabildo. Una vez más se exigió que el Cabildo Abierto fuera para todos y todas. No basta con las declamaciones de la presidenta para que un país de la noche a la mañana termine con 200 años de oprobio, silencio, genocidios y dictaduras, exclusión, desnutrición, desempleo… No basta con congregar a la clase media a la Plaza de Mayo a los fines de evocar un Cabildo, que repetimos, es excluyente por naturaleza.

Alguien dijo alguna vez que La Plaza (de Mayo) es del pueblo. Y el pueblo pide a gritos, desde hace 200 años ser incluido en la discusión sobre el proyecto de país que se quiere construir. Mientras la administración Kirchner, último eslabón de una larga cadena del Estado burgués, sigue pagando la deuda externa, 200 años después, la única deuda que debe pagar este Estado, que es la deuda interna, no solo no ha sido pagada, si no que sigue siendo relegada para un futuro indefinido.

Darío Aranda, en el diario Página 12, puso negro sobre blanco el reclamo de los pueblos originarios: “… el reclamo, unívoco y contundente, fue el mismo de los últimos dos siglos: tierra, rechazo a las empresas que los desalojan, respeto a su cultura ancestral y justicia frente a los atropellos del pasado y el presente”. Y un canto que al unísono sonó en todo el territorio: “La tierra, robada, será recuperada”, con sus ecos repetidos en cada rincón donde habita una comunidad aborigen, grito que desde el Noroeste argentino suena con más fuerza cada vez que se recuerda al último asesinado por el afán de dominio y conquista. Es que el asesinato a sangre fría del Cacique Javier Chocobar, justamente un 12 de octubre (de 2009), seguirá siendo la bandera que hoy, 200 años después de 1810, resuene en los oídos de la dirigencia política que sigue mirando al otro, al originario, al aborigen, con el mismo desprecio con que lo miraban muchos de los “héroes patrios” del Cabildo Abierto.

Las penas siempre fueron de nosotros, los recursos fueron (y son) ajenos

El cantor y compositor Atahualpa Yupanki componía hace muchos años “El Arriero” y como conectando pasado, presente y futuro, expresaba mejor que nadie lo que significaba la construcción de este Estado surgido del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810. Simple, sencillo y contundente Yupanki lo afirmó con justeza: “Las penas y las vaquitas, se van por la misma senda, las penas y las vaquitas, se van por la misma senda, “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. Y la tierra, y el petróleo, y los recursos naturales, y los alimentos, y... las penas, desde hace 200 años y más, siguen siendo de nosotros, del pueblo llano, de los pobres, de los aborígenes, de los desocupados, de los niños que se mueren por desnutrición, de los ancianos que con una magra jubilación no solo no llegan a fin de mes si no que ven como el Estado es ineficiente en materia de salud y servicios, donde la educación ha sido desmantelada, donde todo se vende y se rifa al mejor postor, incluidos los sueños de los “nadies”. 200 años y seguimos penando por las vaquitas que se van al extranjero. Y esto, hay que repetirlo a viva voz una vez más, esto, no es motivo de celebración alguna. Una nación o un Estado no pueden construirse sobre los cimientos de tales injusticias. Pero seamos claros en que ese es el Estado que comenzaron a moldear el 25 de mayo de 1810 y que hoy celebra la burguesía argentina volcada en las calles con un espasmo nacionalista que no se condice con la realidad.

MoviStar auspicia la “Independencia” argentina

Pero vayamos un poco más allá y pongamos un ejemplo claro de todo esto que se afirma. Recientemente tuve la oportunidad de ver un “documental”, si puede llamársele así a una producción de la televisora privada argentina, en el cual, un autoproclamado historiador, como Felipe Pigna, intentaba explicar, de manera muy simplista y con un discurso entre facilista, elemental e infantil, el proceso de Independencia de Argentina.

El título de la saga es incluso hasta oprobioso con la historia reciente de nuestro país: Algo habrán hecho, frase que nos recuerda a la vil justificación de la última dictadura para hacer desaparecer a 30.000 militantes sociales. Como decía, el pretendido documental narra de manera lineal una historia con escaso conflicto interno, sin debate alguno sobre la construcción del Estado, una gesta revolucionaria digna del mejor guión de Spielberg. El hecho en sí es que este trabajo, liviano y fácil de digerir para la clase media argentina, es auspiciado por MOVISTAR, empresa española corresponsable del desguace del Estado argentino desde los 90 hasta la fecha. ¿Cómo la historia argentina puede ser patrocinada por una empresa que responde a los intereses de empresarios privados de un país extranjero?

Convengamos entonces que Felipe Pigna, como lo fue Felix Luna en vida, es el “historiador” elegido por el establishment para narrar la historia oficial y aquietar a las masas con un tranquilizador relato en armonía. A estas alturas rebautizar a nuestro insigne historiador como “rapiña” no parece desmedido ni fuera de contexto. Para quienes nos dedicamos al estudio de la historia con una mirada cientificista es imposible adscribir a las tesis livianamente elaboradas para conformar a determinado público. Mucho menos dejamos que nuestras investigaciones sean financiadas o auspiciadas por empresas de capitales privados involucrados en el proceso de nuestras pesquisas. Esto raya con lo absurdo y plantea criterios muy serios de índole moral y ético. Pensemos por un instante una investigación en la que se pone en cuestión la minería a cielo abierto y la contaminación de ésta en el medio ambiente financiada por Barrik Gold, o pensemos en una investigación sobre la contaminación que produce el petróleo financiada por PB o Repsol YPF. ¿Qué tipo de historia puede narrarnos la historia financiada por empresas como MoviStar, Repsol YPF o Coca Cola? Para el historiador “rapiña” ser auspiciado por una empresa de rapiña parece normal, tan normal como la narración de la propia historia argentina en la que se vuelve a colocar sobre el bronce a quienes contribuyeron a formar este Estado de exclusión hace 200 años. El fin de la historia que pondría muy contento a Francis Fukuyama y a muchos ideólogos del llamado Neoliberalismo. ¿Cómo cuestionar la historia del capitalismo argentino cuando una de las empresas que más se vieron favorecidas con la explotación capitalista en este territorio pone sus dineros y contribuye así en la construcción del discurso narrativo? La ecuación es simple y el resultado ya lo conocemos: “Algo habrán hecho”.

El relato del otro mayo argentino

Hace un año y en el mismo artículo en el cual cuestionaba el Bicentenario destacaba el otro mayo argentino, el mayo del 69, que tuvo en las luchas callejeras del ciclo de AZOS el punto cúlmine de lucha y rebelión de toda una generación setentista que puso en duda la construcción de país basado en las relaciones sociales capitalistas de producción y reproducción. Desde el Cordobazo, pasando por el Rosariazo, los distintos Tucumanazos o el Mendozazo, entre otros movimientos de protesta, la generación de los 70 de verdad quiso hacerle frente al país que hoy celebra con bombos y platillos el Bicentenario. Las narraciones setentistas nos hablan de un país inclusivo, donde al Cabildo Abierto debían ser todos invitados para discutir y debatir en serio qué modelo de construcción social había que establecer en suelo argentino. Mejor aún, trasladaron el debate del Cabildo a la calle, llevaron la discusión a los centros de estudiantes, a los comedores universitarios y a las fábricas obreras, donde se discutían las leyes universitarias o las leyes laborales en verdaderas “tertulias” políticas, como las vividas en míticos cafés en las grandes urbes argentinas. Hicieron patria de verdad todas las tendencias del socialismo y el anarquismo que en verdaderas asambleas abiertas discutían qué país y qué modelo social querían. Pero también actuaban, militaban en un sentido amplio del término, pasando de la discusión a la acción, enfrentando a la dictadura de entonces y respondiendo a un espíritu de época que desde el Mayo Francés, la Revolución Cubana y el triunfo de Allende el Chile, contagiaba y cundía como ejemplo. Una generación que se jugó la vida por un ideal de justicia y reparto equitativo de las riquezas, una generación muy distinta a la de los “padres fundadores de la patria”. A esa generación, el autoproclamado Proceso de Reorganización Nacional establecido tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, la liquidó, instituyendo un plan sistemático basado en el terror y la desaparición de personas. Seamos claros una vez más y digamos las cosas sin eufemismos: los militares argentinos denominaron Proceso de Reorganización Nacional a su proyecto que buscaba volver a las raíces de la historia argentina y esas raíces, duela o angustie a la mayoría, se hunden también en las puertas del Cabildo Abierto de mayo de 1810, “Proceso” que hoy celebra la burguesía argentina con el Bicentenario.

Mayo, Bicentenario y después o la construcción de otro Estado

Como si fuera poco, el camino de la celebración burguesa del Bicentenario recién se abre en este 25 de mayo de 1810 y promete continuar durante seis largos años hasta la “Gran Celebración” del Bicentenario de la Independencia. En Tucumán ya se anuncian los actos centrales de esta celebración con bombos y platillos toda vez que fue en el “jardín de la República” donde se selló la tan proclamada Independencia argentina un 9 de julio de 1816. Una vez más deberemos advertir que esa celebración tampoco será nuestra. Si el modelo social, económico, político y cultural vigente no cambia en los próximos años, el panorama será idéntico al que vivimos hoy, y deberemos entocnes cuestionar no solo el propio relato histórico de los “rapiñas”, sino también volver a cuestionar sobre todo el modelo que se celebra. Hay que afirmar con voz alta y firme que hoy la provincia más pequeña del país y la más densamente poblada sigue hundida en cordones de marginalidad, con un sistema de salud colapsado y en crisis, con una educación que no solo no llega a todos si no que pone en cuestión la formación básica de las nuevas generaciones, con un sistema previsional que deja morir a sus mayores, con un sistema asistencial que practica el asistencialismo electoral en tiempos de campaña repartiendo las migajas de la torta sin plantearse una verdadera redistribución de las riquezas. Y para más, INRI, el pasado reciente seguirá sin revisión ni condena de los represores de la última dictadura militar, quienes hasta el 9 de julio de 2016 seguramente se irán muriendo sin escuchar una sentencia que les reconozca como los genocidas que son.

El oprobioso listado de las desigualdades que genera este modelo que se festeja es interminable pero para muestra bastan un par de botones. Mayo abrió el camino en 1810 para la construcción de un modelo de país excluyente. Mayo del 69 abría el camino para la discusión de otra construcción de país incluyente. Entre la adopción de los ideales de un mayo o de otro tendremos que volver a debatir qué país tenemos y qué país queremos, de lo contrario volveremos a vivir otra centuria como la que acaba y las sociedades futuras, lejos de vivir en un Estado social justo y equitativo para todos sus ciudadanos, volverá a llorar, mientras los herederos de la actual burguesía se sientan una vez más en el festín, esta vez del tricentenario. De las luchas que seamos capaces ganar los sectores populares depende escribir de otra manera nuestra futura independencia, inclusiva, invitando a todos los sectores populares a ingresar a un Cabildo VERDADERAMENTE Abierto. De lo contrario la fiesta seguirá siendo de unos pocos. Yo, en lo personal, no la celebro. La mayoría de la población que hoy habita el suelo argentino sospecho que tampoco.

Blog del autor: www.rubenkotler.com.ar
Rubén Kotler es Historiador

Fuente: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=10635&lg=es

http://www.rebelion.org/noticias/argentina/2010/5/la-urgencia-es-construir-otro-modelo-social-distinto-106511

La Iglesia “hipersacramentalizada”


Jose Maria Castillo

En la Iglesia, la "religión" le ha ganado la partida a la "misericordia", a la "profecía", a la "ética". Nuestra Iglesia padece de "hiper-religiosidad". Lo que, en concreto, quiere decir que padece de "hipersacramentalidad". Explico esto.

El prefijo griego hiper significa "exceso". Los ejemplos que pone el Diccionario de RAE son muy claros: HIPERtensión, HIPERmercado, HIPERclorhidria, términos que indican "superación ", "demasía" o "exceso". Pues bien, esto es lo que le pasa a la Iglesia y a casi todos los que seguimos en ella. ¿A qué va la gente a una iglesia? A misa, a un funeral, a una boda, a un bautizo, quizá a confesarse. ¿A rezar? Algunas personas mayores van también a eso. A no ser que se trate de una iglesia-monumento, como ocurre en no pocas catedrales. Pero en este caso, con frecuencia, hay que pagar para entrar, como se paga la entrada a un museo, a una exposición o cosas así. Antiguamente, cuando no había tele ni otras formas de distraerse, iba mucha gente a los sermones. Ahora, eso es más raro.

Pero, volviendo a los sacramentos, si se piensa despacio, lo que uno ve en las parroquias, es que la gran mayoría de la gente acude a ellas porque allí es donde se administran los sacramentos: bodas, bautizos, comuniones. También va mucha gente a los entierros, que en definitiva son una misa, "misa de difuntos". Y los domingos y "días de precepto", los que siguen fieles a eso, van a alguna iglesia a "cumplir con el precepto". Por supuesto, en las parroquias se organizan reuniones: de catequesis, de Cáritas, de tal cofradía... Pero también es cierto que muchas de esas reuniones giran en torno a loa sacramentos: reuniones de preparación al bautismo, a la confirmación, al matrimonio... No es ningún disparate decir que, si en una parroquia se suprimieran los sacramentos, ¿no sería eso algo así como dejar al párroco y su parroquia en el paro? ¿no se quedaría aquello en una especie de vacío, sin saber qué hacer, ni el cura ni los feligreses?

La cosa está clara: la Iglesia se ha organizado de forma que se ha convertido en un HIPER de religiosidad sacramental. Y lo más notable es que todo esto se ha organizado así con el convencimiento de que así es como tiene que funcionar la Iglesia. Sin pararse a pensar en serio que Jesús no se dedicó a todo este montaje sacramental en el que la Iglesia ha puesto sus cinco sentidos. Y lo ha hecho así, basándose en una teología, que se da por segura y por indiscutible, cuando en realidad es sumamente discutible, como explicaré en día sucesivos.

De momento, sólo quiero fijarme en un punto, que me parece capital. Me refiero a que la práctica de los sacramentos, tal como está organizada, es UN INSTRUMENTO DE CONTROL Y DE PODER, que resulta sumamente eficaz para que el clero pueda imponerse y dominar a los laicos. No discuto ahora el valor sobrenatural de los sacramentos. Lo que digo es que los sacramentos están legislados y controlados (por la autoridad jerárquica) de forma que practicar los sacramentos equivale a someterse al clero. Porque es el clero el que los administra. Y los administra de manera que el cura puede negar el bautizo, la boda, la comunión... a quien considere (según las normas establecidas e interpretadas por el cura de turno) que no es digno, por ejemplo, de comulgar o de recibir la absolución de los pecados en un confesionario.

Este asunto es muy serio. Y en Roma lo toman así, muy en serio. La Curia Vaticana controla severamen te a cada obispo para que en su diócesis se administren los sacramentos ajustándose escrupulosamente al ritual y a las normas. Cada obispo se preocupa de que cada cura sea obediente a lo prescrito en esta materia. Y cada sacerdote tiene sumo cuidado para que nadie le pueda llamar la atención en el sentido de que no dice la misa como hay que decirla o que hace cosas que se salen de las normas.

La consecuencia es que quien quiere seguir siendo católico, no tiene otra salida que aceptar este sistema, someterse a él sin protestar, y, para casos "especiales", buscarse un cura amigo, a ver si se atreve a que le den la comunión a un amigo homosexual, a un divorciado, a..., ¡cualquiera sabe!

En todo caso, es evidente que el control de la Iglesia en cuanto se refiere a los ritos sacramentales es mucho más riguroso que en cuanto afecta a la vida que llevan los curas, los frailes, las monjas; en tema de dinero, de ambiciones de poder y de trepar, etc, etc. ¡Qué pena da esta Iglesia! Con tanto HIPERsacramentalismo le va bien. Porque así tiene poder, conserva el poco poder que le queda. Y, de camino, gana dinero. Porque es un hecho que vivir como vivió Jesús, eso lo único que acarrea son problemas. Problemas con las autoridades, problemas con la gente de dinero, con mucha gente de derechas y con algunos de izquierdas también. Por eso, lo más seguro y lo más rentable es seguir con lo que estamos y como estamos. A ver lo que esto dura... ¿Hasta cuándo? Seguiremos con el tema. Porque aquí queda mucha tela que cortar.

http://josemariacastillo.blogspot.com/2010/05/la-iglesia-hipersacramentalizada.html


“La otra Historia es la que pertenece a los Pueblos”

Cristian Mamaní

Entrevista a Juan Rosales Historiador de la Cátedra Americanista de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Después de la charla que se dio en una de las carpas del bicentenario de los pueblos, referida a la otra historia, pudimos conversar detenidamente con el historiador.

Juan es una persona de tez blanca con algunos tonos rojos que el sol ha dejado en su rostro. Hombre alto, y algo avejentado, con amplia sabiduría en cuestiones históricas que la historia oficial ha dejado de lado. Esta es la historia, que según Rosales, se ha ocupado de negar el pasado histórico de los pueblos en pos de los intereses elitistas de las clases dominantes.

La otra historia, la que ha quedado de lado, es aquella que pertenece a los pueblos, la que es escrita, vivida, contada y transmitida por el pueblo. No es la historia de los grupos de poder, de las clases dominantes. Es la historia que no cuenta con el dinero y con el poder político. Los que la saben son aquellos que sufrieron el famoso dilema de civilización y barbarie. La historia oficial es la que se enseña en las instituciones públicas del estado, como las escuelas, las universidades etc. La que se encargo de naturalizar sus héroes y de dejar de lado y borrar prácticamente a los pueblos que participaron en distintos sucesos históricos como la Revolución de Mayo.

El historiador nos cuenta que al pertenecer a una institución estatal como lo es la UBA, se hace difícil tratar de publicar investigaciones que cuenten la participación del pueblo en la historia. Se refiere a sus colegas, que apoyan la historia elitista, como “aquellos que tienen la concepción de borrar la palabra pueblo de los hechos históricos”.

También se refirió a la dicotomía y al Vs que existe entre los descendientes de los Pueblos Originarios y los hijos de inmigrantes diciendo que “venimos todos de distintos barcos, pero ahora estamos todos en el mismo bote, y este bote se esta hundiendo en este sistema, entonces, tanto originarios como hijos de inmigrantes lo tenemos que sacar a flote, luchando contra la minería, el saqueo y el robo masivo por parte de las elites. Todos somos victima de un mismo sistema que esta en manos de una minoría”, nos dice.

Rosales asevero que los cambios se están dando de apoco que la estructura capitalista esta al borde el colapso: “si vos mirar a tu alrededor, en este bicentenario que no fue anunciado por ningún medio oficial masivo hay muchísima gente que quiere construir, producir un país distinto y con futuro”, nos dice.
Para terminar se refirió a que con todos los millones que se gasto en el Bicentenario de las clases dominantes- “que son esas las que tienen que festejar, y en demasía”- se podría haber mejorado en salarios, planes de vivienda y salud publica para el pueblo.

http://prensacontrapunto.com.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=1727&Itemid=1

Límites a la democracia

Rafael Fernando Navarro


 “Debemos restaurar el verdadero sentido de la democracia y sus límites", dice Aznar y asegura que cree "sinceramente" que en estos momentos "el poder político ha traspasado todos los límites razonables y ha invadido terrenos que no deben ser de su competencia, porque no es asunto suyo iluminar verdades sino generar y gestionar consensos como instrumentos de la paz social". "El matrimonio y la paternidad no pueden regirse por lo que el poder político quiera"  A su juicio, está pendiente "una tarea liberal para devolver al poder a su lugar y para que la vida pública se apoye en un liberalismo de raíz ética cristiana". "Que el Estado sea sólo eso y no haga de escuela, familia o iglesia", concluye.

Ya éramos demócratas. Y republicanos. Alguien decidió ponerle límites a una república democrática y sacó la rebelión a la calle. No le importó la sangre. Muertos, los que hagan falta. Hay balas suficientes. Si no, se le piden a Mussolini, a Hitler. Pero que nadie repare en muertos. Los que sobren se tiran a las cunetas. Allí quedarán para siempre, aunque Garzón pretenda inútilmente devolverlos a la historia.

Ya éramos demócratas. Pero Franco decidió  limitar la libertad. Inventó aquello de la democracia orgánica. La uniformó de camisas azules, chaquetas blancas,  sotanas negras y púrpuras. Puso a Dios en el Cerro de los Angeles para bendecir el hambre, la miseria y la cartilla de racionamiento. Cuarenta años hasta el trombo. Cuarenta hasta el Valle de los Caídos. Cuarenta de yugos subyugando, de flechas como lenguas de serpientes.

Quedaba una reserva de tricornios, charreteras y sables militares. Quedaban los tanques por Valencia-Milán del Bosch al frente. Armada-Alfonso-desarmado. Algún elefante blanco-autoridad-militar-por-supuesto. Tejero-ridículo-Tejero poniendo zancadillas inútiles a Gutiérrez Mellado. “Todo el mundo al suelo”, disparando al pecho alto del Congreso. Guardias civiles de chusco y sardinas con aceite en la cartuchera para el descanso de las cinco de la tarde. Tejero poniendo en el suelo la democracia. Suárez elegante. Traje recién planchado, apartando a D. Manuel de las balas, conjurando la locura de los fusiles verdes. Veinticuatro horas estuvo la democracia contra la tapia blanca de España. Sin los ojos vendados. Mirando al futuro de españolitos nacidos con Lorca y Machado en los adentros. Y aquí estamos. Haciendo caminos nuevos, estrenando futuro con la luz de cada día.  De espaldas a los Francos, Los Tejeros, los Armadas, los Miláns. Resucitando a nuestros muertos para incorporarlos a la hermosa aventura del presente.

A muchos les duele lo infinito. A Aznar, por ejemplo. Les viene grande la dimensión humana. A Aznar, por ejemplo. Y quieren poner fronteras a la capacidad de preguntar, de responder, de convertir en preguntas las propias respuestas. Les escuece la búsqueda, infructuosa a veces, luminosa a veces, esperanzada siempre. Le desorientan los horizontes porque hay que aceptar su lejanía, utópicamente alcanzarla, hacerla madurez de lo imposible.

Pide Aznar el apoyo de la sociedad en un “liberalismo de raíz ética cristiana” Tan sólo una pregunta: ¿Se apoyó en este liberalismo cristiano la guerra de Irak?

Franco destruyó la democracia en nombre del Dios cristiano. ¿Promueve Aznar un franquismo venial convirtiendo al cristianismo en límite de la democracia? Esa ética de raíz cristiana ha intentado siempre paralizar la historia, los avances científicos, la evolución de la mujer, los horizontes del pensamiento, los impulsos creadores de lo nuevo.

Condeno a quien limite la libertad de ser hombre. El mar es el mar porque no nos cabe en las manos.

www.marpalabra.blogspot.com

Capitalismo vs. socialismo

Omar Marcano

El Socialismo es el único sistema social y económico mediante el cual es posible lograr la igualdad, la cooperación y el despliegue total de una verdadera Democracia, mientras que el Capitalismo es la negación de estos ideales aunque, por ahora, vaya ganando la partida en el mundo actual. Lo único que realmente puede sostener un sistema como el Capitalista es el Totalitarismo en cualquiera de sus versiones: Pinochet y la "Democracia Burguesa", totalitaria aplicada en EE.UU.

Por ello no ceso en afirmar e insistir que el Capitalismo es siempre salvaje, porque su naturaleza es autoritaria, ya sea dictatorial tipo Pinochet (con un legado de muerte en nombre del crecimiento económico sin humanismo) o tipo "democracia" norteamericana, donde la dictadura se expresa mediante el dominio de dos partidos elitistas que se alternan en el poder y presidentes elegidos por un consejo de notables. Es la dictadura empresarial constituida por políticos multimillonarios que conforman un poder legislativo fuerte y cohesionado con el ejecutivo. Adicionalmente, esta "democracia burguesa" jamás va a constituir un muro de contención contra el fascismo, por ser un modelo infame de dominación que se practica más fácilmente en el sistema capitalista, pues es precisamente en su interior en donde éste nace y se desarrolla.

La incompatibilidad entre Capitalismo y Democracia

La Democracia y el Capitalismo son incompatibles porque este último es una manera no democrática de organizar la economía. El Capitalismo no organiza la producción y la distribución de la riqueza sobre la base de los derechos del pueblo sino sobre la base de la acumulación de la riqueza, la cual una gran proporción es poseída por unos pocos. Los pobres sólo pueden mejorar sus condiciones de vida siempre que eso haga más ricos a los ricos. El Capitalismo siempre tenderá a incrementar las diferencias sociales, las cuales no han podido ser superadas a pesar de la intervención del Estado, que es el instrumento mediante el cual la Democracia Burguesa ha intentado cumplir sus promesas de justicia social.

Este instrumento funcionó parcialmente mientras la Democracia Burguesa y el Capitalismo tenían el mismo tamaño, es decir mientras ambos eran de escala nacional. Sin embargo, mientras que el capitalismo se ha hecho global, las democracias burguesas siguen siendo nacionales. Esta desproporción ha impedido contundentemente que el Estado pueda corregir la desigualdad atroz que genera un único capitalismo global. Por eso, por ahora, el capitalismo y la economía de mercado le están ganando la partida a la democracia y al socialismo.

Pero sí hay una esperanza, esa esperanza es el amor. La fuerza del amor es la fuerza de los débiles, es la fuerza que necesita la razón para cumplir sus proyectos y sus promesas, es en el amor donde puede aplicarse plenamente la justicia. Las tradiciones religiosas, y particularmente la cristiana, explica la potencia que implica sentirse amados como hermanos. el Socialismo apela a la democracia, a la libertad y a la igualdad mientras que el amor, políticamente comprendido, apela a la fraternidad, por lo que no se puede construir la Democracia sino es sobre la base del amor a los demás. Es así como será posible encontrar el camino adecuado para que la Democracia finalmente pueda vencer al Capitalismo, un camino que nos permita organizarla economía de una manera democrática, es decir, crear estructuras políticas y económicas que nos sirvan para redistribuir la riqueza, garantizar los derechos sociales y controlar las fuerzas productivas para ponerlas alservicio del bien común, un Socialismo en el que la igualdad se construye desde la libertad. Por esto, el destino natural de la Democracia debe ser el Socialismo, el cual no tiene nada que ver con el sistema capitalista, donde la acumulación de la riqueza seguirá siendo el instrumento que soporta a la ley del más fuerte.

Las medidas políticas, económicas, sociales, educativas, tecnológicas y culturales de Hugo Chávez previstas en la Constitución Bolivariana han sido dirigidas a la construcción del Socialismo del Siglo XXI, mediante una propuesta basada en el amor al prójimo y en la plena aplicación del cristianismo original, el mismo que predicó Jesucristo.

http://www.alterinfos.org/spip.php?article4458

domingo, 30 de mayo de 2010

Las palabras y la vida


Walter Dennis Muñoz

“...Cuando cierro el libro abro la vida...(P. Neruda)

Un día un joven descubre que esa jovencita adorable le llena la vida y decide enfrentarla y le dice, te amo y para gran alegría suya ella le contesta, yo también te amo....y se casan. Antes de un año estaban separados. Usando la misma palabra designaban diferentes modos de vivir. La misma palabra los llevaba por caminos diferentes.

Cada día comprobamos que las mismas palabras con las cuales creemos crear comunidad nos distancian. Si usamos con humor una imagen religiosa podemos decir que si el diablo hace una diablura no podemos sorprendernos, por eso vivimos a la defensiva de sus posibles agravios, desinformaciones y su insistencia para desilusionarnos de todo. Pero si dios hiciese una diablura nos descolocaría absolutamente. Esperamos que de la idea de dios nos venga la verdad, la solidaridad con justicia, el bien de la especie y no sólo de ciertos grupos que no manejan exclusivamente el poder del dinero, también de los medios simbólicos que diariamente los legitiman. Eso ha sido el motivo del divorcio de la gente de las religiones. También el motivo de la deserción de los jóvenes de la política.

No me parece mal volarnos del mundo fáctico leyendo una novela como el joven que se fuma un porro para eximirse de los cotidiano. La pregunta es en que momento de la vida, en que plano, en que experiencia la cultura laica nos convoca. Lo de Europa es ilustrativo. Habermas desde Alemania, a quien le debo mucho por su teoría de la acción comunicativa, se siente cómodo frente a FMI  y mira con sorna las ilusiones o añoranzas de bienestar de España. Los intelectuales como él se adhieren a la ideologizacion del euro que es nada menos y nada más que una especie de globalización restringida, geográfica. A. Touraine cree que al escribir sobre el agotamiento del neoliberalismo este realmente se agotó. Ambos han sido premiados en España. Ambos dejan a las mayorías más huérfanas de apoyo. Son académicos, escriben con citas en latin o con términos técnicos en inglés. Son los hombres corchos de las legitimaciones. Al otro lado los que juegan a ser los defensores de los trabajdores tratando de llegar o mantenerse en sus paraísos ( el parlamento europeo es uno, otro el parlamento local. En Chile algunos comunistas lograron entrar al parlamento desde allí con buenos sueldos diran todas las cantinelas que se dicen siempre sobre los pobres, la injusticia social,etc,etc.)

Pero la realidad es que por ejemplo Habermas soslaya habilmente que Francia y Alemania en el 2005 simplemente se pasaron por el forro el pacto de estabilidad, que Francia y Alemania tienen el 70% de la deuda griega y que Japón que casi duplica a Grecia con su deuda no tiene que mirar al FMI  ni al Banco Mundial porque su deuda es soberana y son los japoneses dueños de esa deuda. Léase Le Monde Diplomatique de Mayo, 2010.

Las palabras y sus significados nos separan y al vivir la vida nos damos cuenta cuan difícil es crear comunidad para toda la vida. En algún momento tratamos de crearlas el problema hoy que es absolutamente necesario y como no estoy seguro de tenerla, apenas de esbozar algunas ideas a ver si me encuentro con alguien con quien conversar la vida, haciendo vida creando caminos participativos y me imagino que socialmente podemos llamarla democracia.

Walter Dennis Muñoz
Periodista

http://www.kaosenlared.net/noticia/las-palabras-y-la-vida

Sumisión o rebeldía

Pep Castelló

He aquí dos palabras que parecían resueltas desde hace tiempo en el ámbito pedagógico de nuestra civilización occidental cristiana, pero que los acontecimientos mundiales del presente invitan a considerar de nuevo.

Llevamos años educando en la sumisión y rechazando todo atisbo de rebeldía. La sumisión conlleva paz en la misma medida que la rebeldía trae conflicto. Incómoda para educadores y peligrosa para educandos, la rebeldía es considerada por las personas sensatas como un defecto a corregir. La obediencia a la autoridad y la adaptación al sistema son, desde esa perspectiva, sinónimos de buena educación y de virtud. La sumisión es deseable, en tanto que la rebeldía es rechazable.

Las personas sensatas aman la paz y detestan los conflictos, motivo por el cual suelen optar por la sumisión. Y lo mismo hacen aquellas a quienes el orden establecido favorece, las cuales apelan a la sumisión en nombre de la paz.

La persona sumisa acepta lo que le echen, sea justo o no lo sea. Intenta por encima de todo salvar lo suyo, y deja “sabiamente” que cada cual se las componga con lo que le toque aguantar, según el refrán que reza «cada palo que aguante su vela». La justicia no suele ser incumbencia suya sino de quienes detentan el poder, o bien en última instancia, echando mano de un determinado modo de pensar religioso, considera que es cosa del Ser Supremo.

Desde los lejanos años de mi niñez hasta el presente, el catolicismo de mi entorno ha ensalzado la mansedumbre hasta convertirla en la principal virtud de los oprimidos, lo cual no deja de ser una forma de dar alas a los opresores.

Cabe no obstante señalar que, según consta en documentos históricos, esa misma Iglesia que predicaba mansedumbre al pueblo y obediencia ciega a las autoridades durante los años del nacional-catolicismo fascista, bendijo la violencia de los militares sublevados contra el legítimo gobierno de la República Española cuando vio que el triunfo de estos favorecería los intereses eclesiásticos.

Quienes crean que ese proceder de la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana es cosa del pasado, vean los recientes sucesos en Honduras y la conducta que siguió el Cardenal Rodríguez Madariaga, Arzobispo de Tegucigalpa ante el golpe de la oligarquía. Y vean como acto seguido el Instituto Católico de París le premiaba esa conducta nombrándole doctor honoris causa; y como recientemente le acoge en Italia la Comunidad de San Egidio, tan amante ella de la paz y de la caridad.

De igual modo los medios de comunicación nos informan a diario de como las grandes potencias mundiales y en especial el imperio USA dividen el mundo en buenos o malos según que estén o no de su parte.

Hechos tan lamentables como los señalados nos muestran de qué modo las instituciones de poder, aun teniéndose por sagradas, y las personas de orden con fuerte ascendencia social juzgan la sumisión y la rebeldía e incluso la violencia según convenga a sus propios intereses.

Las gentes de orden, las que gozan de los beneficios del sistema, han puesto y ponen todos los medios a su alcance para asociar rebeldía con desorden, a fin de confundir a la población. Han difundido la idea de que la rebeldía consiste en reivindicar contra toda razón el propio capricho. Han establecido una forma de vida competitiva e insolidaria, con lo cual han logrado crear un paradigma que considera necia a la persona que atiende más al bien común que al beneficio propio y antepone lo justo a lo conveniente.

Pero identificar paz con sumisión es un error tan grave como el de confundir rebeldía con violencia. Nos lo muestran claramente personajes tan poco sospechosos de violentos como Gandi, Martin Luther King, San Romero de América, Pedro Casaldàliga y tantos otros que sin hacer uso de la violencia adoptaron y adoptan actitudes rebeldes ante la opresión del poder establecido.

Quienes tienen responsabilidades educativas, sean estas profesionales o familiares, deben reflexionar urgentemente sobre esas cualidades del carácter que tan ligeramente se vienen tratando desde tiempo ha.

Educar en la rebeldía no es fácil, pues exige en primer lugar educar en la justicia, poner la dimensión humana en el primer plano de la vida, para acto seguido educar en el compromiso solidario. Un esfuerzo titánico que es hoy absolutamente necesario y urgente pues que la humanidad entera está embarcada en una sola nave y de cómo actuemos depende el futuro que tengamos.

Someterse a las directrices de quienes no tienen más guía que su propia codicia nos lleva ineludiblemente al naufragio. ¿Queda algún otro camino que no sea la rebeldía?

lunes, 24 de mayo de 2010

Una razón (criminal) de Estado

Oscar Taffetani  

Cables de agencias internacionales nos informan del asesinato de doce personas (entre ellas, tres adolescentes) en San Pablo, Brasil, los pasados 9 y 10 de mayo. Para una megalópolis donde se registran casi cuarenta homicidios diarios, la noticia no es relevante. Sin embargo, el hecho de que se haya fusilado a mansalva a seis indigentes que dormían bajo un puente, una noche, y a seis habitantes de un asentamiento precario, otra noche, habla de un plan sistemático de exterminio y de la existencia de un grupo operativo con las mismas características de los escuadrones de la muerte que tanto dolor y terror sembraron en la región, las últimas décadas.

Los tiempos de los tribunales -se sabe- son más lentos que los tiempos del crimen. Por eso, suele darse la terrible coincidencia de que en el mismo momento en que se hace pública la liberación de policías y civiles involucrados en matanzas, vuelven a producirse matanzas que tienen el mismo sello, incrementando el terror y el sentimiento de indefensión de las futuras víctimas. Ya es hora de preguntarse si la difusión (muchas veces, pormenorizada y morbosa) de las masacres, no es parte del mismo dispositivo de terror.

El somatén y el escuadrón

Había en Cataluña, desde tiempos muy remotos, una suerte de milicia popular de autodefensa llamada so-emetent (porque emitían algún sonido especial, con un cuerno o una campana, para convocarse). Los grandes propietarios rurales del siglo XIX reflotaron esa clase de formación, a la que bautizaron Sometent Armat (somatén armado), pero la orientaron hacia el asesinato de anarquistas y militantes populares, contando siempre con la complicidad de las altas jerarquías del Estado. Por eso, tanto la Primera como la Segunda República derogaron el somatén y lo prohibieron en todo el territorio. Debió llegar al poder el genocida Francisco Franco para que esa variante del terrorismo de Estado fuera nuevamente ejercitada. Recién al cabo de tres décadas, muerto Franco, las Cortes españolas decidieron eliminar y prohibir el somatén.

Pero los matones a sueldo y las bandas parapoliciales -acotemos- no han sido sólo una realidad europea. También han sido una lacra para América, desde los mismos comienzos de la protesta social. No obstante, fue en los años ‘60 y ’70 -tiempo de golpes de Estado y de cruzadas anticomunistas- cuando cobraron su forma más aleve y sangrienta.

Las dictaduras militares brasileñas, por ejemplo, combatieron a distintos movimientos y grupos insurgentes valiéndose de los llamados escuadrones de la muerte, integrados por sicarios que reclutaban en el mundo del hampa y el crimen organizado. Así fue asesinada en São Bento, 1973, junto con el hijo que llevaba en su vientre, la joven militante Soledad Barrett, nieta del escritor anarquista Rafael Barret (que había llegado a América, justamente, escapando del somatén español). En 1995, al crearse en Brasil la Comisión Especial de Reconocimiento de los Muertos y Desaparecidos Políticos, pudo investigarse el supuesto enfrentamiento en el que habían muerto Soledad y cinco de sus compañeros, verificando que en realidad los habían secuestrado, torturado y asesinado, como a tantos otros en esa larga noche.

Enemigo se busca

El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística reveló en 1990 que el 63% de los niños de 9 a 12 años que habían muerto en ese país, el año anterior, habían sido asesinados. Un registro de esa misma época contabilizó -sólo para Río de Janeiro- 445 niños y adolescentes eliminados sin piedad.

En esa década, especialmente a partir de la llamada Matanza de la Candelaria (cuando policías militares dispararon contra niños que dormían en la recova de una iglesia, matando a ocho), comenzó a tomar fuerza un movimiento de denuncia y condena de esos crímenes. Pero las ilusiones pronto volvieron a caerse: sólo uno de los asesinos confesos de la Candelaria fue condenado a prisión, en 1997, con perspectiva de ser liberado en el corto plazo.

En 2007, una investigación ordenada por el Gobierno federal logró desbaratar en el estado de Pernambuco a un escuadrón de la muerte que integraban hacendados, empresarios y policías. “Ese grupo -declaró el comisario Pontes, a cargo del operativo- era una sociedad anónima de homicidios. Mataba en promedio a cuatro personas por semana. Eran crímenes por encargo y a veces por pequeñas venganzas".

Un documento publicado hace poco por el Centro de Articulación de Poblaciones Marginadas confirmó que más de mil menores de entre 15 y 17 años, en su mayoría varones, mueren por año en Río de Janeiro, de manera violenta. "Para gran parte de la población -leemos en el documento- el exterminio es una forma legítima de hacer justicia contra personas consideradas sospechosas por ser jóvenes, negras y pobres. Ellos entienden que favelado es sinónimo de criminal, salvo que demuestre lo contrario”.

Sería erróneo comparar la insurgencia política y social de los años ’60
-en Brasil, en la Argentina o cualquier otro escenario- con el estallido de pobreza y marginalidad que sufren hoy las ciudades de la región. No obstante, si atendemos a las semejanzas, veremos que en ambos casos hay un Estado que se subordina a los intereses del gran capital -ya sea nativo o trasnacional- y que se vale de escuadrones de la muerte (es decir, de la ilegalidad y el terror) para neutralizar o exterminar al “enemigo” de turno.

El presidente Lula da Silva y su posible sucesora (la economista Dilma Rousseff, sobreviviente de la guerrilla y la militancia clandestina de los ’60) son al parecer los rostros de un nuevo Brasil, un Brasil que ya lidera el bloque regional y que se dispone a jugar un papel protagónico en las décadas que vienen. Hay además, en la agenda internacional brasileña, eventos como el Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, que implicarán un flujo adicional de inversiones y negocios. ¿Representan los meninhos y filhos da rua, los indocumentados de las favelas, esos ángeles fieramente humanos, una amenaza para la nueva economía y la nueva política?  ¿Está decretada ya su muerte? ¿Han sido borrados de la cartografía del Imperio?

Un ímpetu positivista (a contrapelo de la historia) bordó en la bandera de la república brasileña el lema Orden y Progreso, dejando de lado la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad (molestas consignas de una burguesía en ascenso). Pero en los morros y favelas, luchando contra la adversidad y contra toda razón criminal de Estado, los pibes del Brasil dibujan, sin prisa y sin pausa, otra bandera. Vencerán.


http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=3947:una-razon-criminal-de-estado&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106


Desafíos del hombre común


Walter Dennis Muñoz

Las mayorías a la deriva

En el Financial Times el ex Presidente Aznar sorprende incluso al hombre con una ética microscópica. Desde allí descalifica,pontifica y pide la salida anticipada del Presidente. Ese Presidente que lo defendió en el extranjero de un ataque personal, es el causante del desastre español y debiera renunciar a su investidura. Sus recetas hacen las tomadas por el Presidente Rodríguez Zapatero un mero intento de enfrentar la crisis sin ningún éxito posible. Hasta los niños de guarderías infantiles sabe lo que hubiese sucedido si estuviese su partido en el poder. Pero las encuestas, creamos que son correctas, aumentan las ventajas del PP sobre el PSOE. Algo le pasa a ese hombre común. Con esto no digo que son las mejores medidas las que ha tomado, digo en este contexto que este modo de hacer política es deleznable.

Es posible que alguien haya enfrentado este hecho. No es la primera vez que habla mal del gobierno español fuera de España este ex presidente, incluso va a Sudamérica como lo hace el más profesional de los detractores de la justicia social y la equidad bajo el paradigma de la democracia participativa, Vargas Llosa, a apoyar a candidatos defensores del modelo neo capitalista especulativo que es hoy el causante de una crisis que el FMI atribuye a los excesos del Estado como si estuviésemos en pleno auge del Consenso de Washington.

El hombre común piensa que solamente le corresponde votar en elecciones, ser porcentaje en encuesta, ver tele, ver matar toros, odiar a Cuba y no informarse que en España acaba de morir un inmigrante en un centro de reclusión y que se puede decir cualquier cosa del poder ejecutivo, del parlamento pero horror, de la justicia silencio. El hombre común eligió a Barrabás en lugar de Jesús, el hombre común optó por el nacionalsocialismo en Alemania, el hombre común corta puentes en Argentina defendiendo lo indefendible. El hombre común le dio dos períodos a Uribe en Colombia y a Piñera en Chile lo hizo Presidente y va a este nueva cumbre donde lo que se dice queda en el olvido como ya lo dijo Julián Marías con fina ironía. Que si queremos que nos guarden un secreto hay que decirlo en una conferencia internacional.

Lo de España es bueno que lo analicen los hondureños, colombianos, chilenos, argentinos, brasileños, uruguayos,etc.

El modelo del fútbol profesional es otro buen ejemplo del modo que funciona un empresario poderoso en España. Le surgen periodistas funcionales , asesores funcionales y eligen un chivo expiatorio. Incluso uno de El Mundo de Madrid, cual otro, le dice que se vaya donde los pinguinos a ese chileno molesto. Les comento que en Santiago si hay pinguinos. En el zoológico, y si en su xenofobia olvida que Messi es argentino, que un chileno le salvó la vida a Valdano cuando fue entrenador del Real Madrid y que al año siguiente hizo tan malas contrataciones que lo echaron y hoy aparece como experto. Y los hinchas que papel juegan? Ninguno.  La sociedad funciona así en todos lados. El hombre común se lava las manos pero se queja amargamente que le val mal y cuando debe levantar la voz prefiere actuar como masa.

Si poderoso caballero es don dinero el hombre común debe recordar a Mario Benedetti....” en la calle codo a codo somos mucho más que dos...

Walter Dennis Muñoz
Periodista



El "corte inglés" de Baltasar Garzón

José Steinsleger

Los eufemismos mediáticos de la democracia neoliberal llevan más de 30 años de confusionismo y manipulación ideológica: la política reducida a mera gestión, la economía como ejercicio pitagórico de contabilidad general y la administración de justicia separada de su prima hermana, la equidad, con el fin de criminalizar, por vía legal, las múltiples tribulaciones del conflicto social.

En los países latinoamericanos asolados por regímenes militares, los politólogos de las izquierdas arrepentidas se adhirieron a la idea del "consenso" como "vía única" para "no volver a lo anterior". Oligarquizados, los partidos políticos promovieron la resignación, la desmemoria colectiva y, cínicamente, embistieron contra los llamados "metarrelatos" de la historia.

El hechizo del "consenso" neoliberal (cuya dudosa virtud consiste en armonizar los antivalores del conformismo y el abandono) se convirtió en el talismán de todo acomodo. Y así, la democracia volvió a ser abstracción, la política corrupción, la economía concentración y la justicia represión. En un abrir y cerrar de ojos, las trampas del "consenso" se convirtieron en amnesia y claudicación, relativismo y amoralidad, oportunismo y traición.

La España posfranquista fue el modelo. En octubre de 1977, bajo la mirada vigilante del rey elegido por el caudillo, los partidos de izquierda y derecha celebraron los Pactos de la Moncloa, acuerdos que permitieron sancionar la Constitución de 1978. Por decisión de Juan Carlos I (sin mediar un proceso democrático constituyente), las cortes ordinarias del franquismo (con predominio de fuerzas católicas y monárquicas) se transformaron en constituyentes.

No hubo en España ruptura institucional con el orden surgido del golpe militar fascista del 18 de julio de 1936, que tuvo como objetivo derrocar a la II República nacida de las urnas (1931). La historia es conocida: ni Hitler ni Mussolini gozaron de los cuatro decenios que, con la venia de Washington y Dios, Franco tuvo para fusilar, torturar y condenar a sus propios ciudadanos a trabajos forzados (1936-75).

La "transición" modernizó el fascismo español. Primero fue el pacto de impunidad, silencio y amnesia oficial de la "ley de amnistía" (1977). Y luego la convalidación de los jueces franquistas que hoy despachan en los juzgados de la Audiencia Nacional de Madrid (AN, 1985). Hija del Tribunal de Orden Público encargado de juzgar delitos políticos (1963) y nieta del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo (1953), la AN tiene jurisdicción sobre todo el territorio español.

En esas cloacas del fascismo jurídico se formaron jueces como Baltasar Garzón (1955), uno de los más represivos y politizados de España. Sólo que, hombre elegante al fin, el "corte inglés" de Garzón supo adoptar el estilo acorde con una "transición" que se decía enemiga de "todas las ideologías".

Impulsor de la falaz asociación entre desobediencia civil y terrorismo, durante el llamado "macroproceso" de 1998 Garzón se propuso juzgar "todo el entramado de ETA", y más de 50 pacifistas ligados a la Fundación Zumalabe fueron acusados de terroristas para finalmente ser absueltos por el Tribunal Supremo (2009). Ídem con el cierre de los periódicos Eguin y Egunkaria, y los atropellos contra luchadores sociales del País Vasco, Cataluña, Galicia y algunos árabes que pasaron por el famoso juzgado número cinco.

"Candil de la calle, oscuridad de la casa", los medios proyectaron al "juez estrella" como "héroe" de las izquierdas y derechas: látigo de los luchadores sociales en su propio país y de los dictadores y torturadores de América Latina. Aunque ni tanto. En Caracas, Garzón acompañó a la derecha cuando el gobierno bolivariano dio por terminado su contrato con la empresa de comunicación RCTV, y en Colombia se apareció para darle consejos al paramilitar y genocida presidente Álvaro Uribe.

El juez que, según Ignacio Ramonet, "mejor simboliza el paradigma contemporáneo en la aplicación de la justicia universal" (juez "alborotador", "independiente" e "incorruptible", dijo), es el mismo que el letrado catalán Benet Sallelas sostiene que "utilizó siempre un modelo totalmente inquisitivo, dificultando mucho la labor de las defensas".

Por su lado, el abogado vasco Juan Arzuaga estima que Garzón fue el creador de la interpretación extensiva "todo es ETA". "[Garzón] juzga, condena y encarcela, no por lo que has hecho, sino por lo que eres y piensas", escribió Arzuaga. Pero en octubre 2008, el juez cometió un error: creer que podía investigar las desapariciones de más de 100.000 republicanos y el destino de 30.000 niños arrebatados a madres en las cárceles para ser entregados a familias del bando vencedor durante la dictadura.

Hasta ahí llegó. En días pasados, la AN dio curso a la querella presentada por las organizaciones Manos Limpias y Falange Española, suspendió al juez en sus funciones, y decidió abrirle un juicio oral por "prevaricación". Fallo que, a más de ratificar en qué terminó la "transición" española, confirmó los alcances del viejo refrán que dice: se puede jugar con la cadena, pero no con el mono.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2010/05/19/index.php?section=opinion&article=021a1pol

Baltasar Garzón no es Sócrates

Editorial de Gara

Dentro de la crisis económica que tiene a Europa acogotada, los mandatarios españoles han hecho un gran esfuerzo en defender que «España no es Grecia». En ese mismo contexto, los políticos, juristas e intelectuales que defienden a Baltasar Garzón intentan presentarlo ante el mundo como si del filósofo Sócrates se tratara: un justo y recto ciudadano, víctima del sistema democrático que él mismo tanto ayudó a construir.

Tienen razón en algo: el Estado español no es ni la Grecia que se ha levantado contra las medidas decretadas por el FMI -basta ver la cobardía de los sindicatos españoles ante esas mismas medidas, pero sobre todo ante la situación de los millones de parados- ni la Atenas que dio forma a la primera democracia. La cicuta que ha matado política y judicialmente a Garzón es una fórmula de «estado de derecho» que se ha utilizado para ahogar a la democracia y que es consecuencia de la transición española. Una crítica que ha defendido casi en solitario durante treinta años la izquierda abertzale, la única parte de la resistencia contra el franquismo que no asumió los Pactos de la Moncloa, la única que ha denunciado la falta de democracia y la pervivencia del franquismo en las estructuras del Estado; la misma que Garzón ha combatido con una ley que, de puro retorcerla, ha convertido la balanza que la simboliza en una espada.

Quienes bajo su tutela padecieron torturas en los calabozos de las FSE no llorarán la desgracia de Garzón. Quienes vieron a sus seres queridos injustamente encarcelados considerarán que todo castigo contra él es poco. Y, sin embargo, por mucho que le pene a su ego, el debate no es Garzón, ni sus víctimas, ni siquiera las víctimas del franquismo. En Madrid el debate hoy es si las fuerzas progresistas españolas van a aceptar definitivamente tal homologación del franquismo. Y el debate en Euskal Herria es si merece la pena esperar a que los españoles se aclaren sobre qué es y qué no es una democracia. Muchos vascos creen, con razón, que ese tiempo ya pasó.

http://www.gara.net/paperezkoa/20100515/199381/es/Baltasar-Garzon--------no-es-Socrates

http://www.rebelion.org/noticias/espana/2010/5/baltasar-garzon-no-es-socrates-105934


Creonte, Antígona y la tragedia española

Eduardo González,
Programa de Verdad y Memoria del Centro Internacional por la Justicia Transicional

La reacción ante la injusta suspensión contra Baltasar Garzón ha revelado, paradójicamente, hasta qué punto el trauma de la dictadura franquista y la mordaza de la Transición han sido superados.

En efecto, la mitología de la Transición -con T mayúscula, fundada en el olvido y el perdón mutuo- había sido ya falseada en los hechos en todas las repúblicas latinoamericanas donde las élites políticas habían pretendido utilizarla como modelo. En aquella parte del mundo que más comparte las tradiciones jurídicas y la cultura política de España, los poderes judiciales se han encargado de hundir el edificio político de los pactos de olvido.

Las cortes supremas de Argentina y Uruguay han ilegalizado las autoamnistías; sus pares de Chile y Perú han ignorado las inmunidades de jefes de Estado criminales; la corte constitucional colombiana ha declarado que ni siquiera una negociación de paz justifica la impunidad. La Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró hace más de 20 años que los estados deben investigar y castigar las desapariciones forzadas. Y luego declaró nulas las amnistías que impiden juzgar violaciones de derechos humanos.

Demandas ciudadanas

No así en España. ¿Por qué? La razón no es la audacia de los jueces y fiscales latinoamericanos, cortados en el mismo molde que Garzón. Al fin y al cabo, jueces y fiscales actúan en muchos casos movidos por demandas ciudadanas.

Y ahí radica la clave: las víctimas en América Latina -a diferencia de las españolas- no estuvieron amordazadas por los actores de la transición. Ni los socialistas chilenos, ni los demócratas peruanos estuvieron jamás en disposición de silenciar a sindicalistas, estudiantes y madres de desaparecidos por el bien de un pacto político. En América Latina, pocos se atrevieron a perdonar en nombre de otros, ausentes de la mesa de negociaciones, y los que así lo hicieron terminaron desprestigiados y con sus perdones ilegalizados.

Es el falso perdón de la Transición, esa profunda arrogancia política de quienes podían callar a sus propias bases, lo que ha quedado al descubierto en una España donde ningún partido puede decir a la gente qué hacer con sus más profundas exigencias éticas.

En España, como en una vieja tragedia griega, el tirano, tras vencer en una guerra civil, ordena que sus soldados sean enterrados con honores y monumentos. Los cuerpos enemigos deben ser abandonados a la vera del camino, sin que nadie les llore.

Antígona, hermana de un derrotado, se atreve a romper la ley del tirano Creonte y, aunque criticada por el Coro obsecuente de sus conciudadanos, desnuda la ilegalidad de esos decretos en nombre de una justicia más profunda: "No creo que tus decretos tengan tanta fuerza como para permitirle al hombre ignorar las leyes no escritas, inmutables, de los dioses: su vigencia no es de hoy ni de ayer, sino de siempre".

Creonte, lo sabemos, aunque condenó a muerte a Antígona, no pudo disfrutar la afirmación de su autoridad. Como en España, poco a poco, el Coro de la población se volvió en su contra. La ciudad tuvo que constatar que la inhumana orden había contaminado la vida diaria de la polis: sus aguas, enturbiadas; sus aires, fétidos; sus conversaciones, plagadas por el miedo y las prohibiciones, reales o autoimpuestas.

En la indignación popular que hoy rechaza mayoritariamente la suspensión de Garzón, vemos la rebelión del coro, que se libera de traumas y tabúes. ¿Por cuánto más soportará España la contaminación a que la han condenado sus propios Creontes?

http://www.publico.es/espana/313011/creonte/antigona/tragedia/espanola


domingo, 23 de mayo de 2010

Crisis financiera y pederastia eclesiástica

Pep Castelló

Algunas semejanzas lamentables

La coincidencia en el tiempo con que se han manifestado la crisis financiera que estamos padeciendo y el escándalo de los curas pederastas en la Iglesia Católica Romana nos invita a reflexionar sobre algunas semejanzas observables en la conducta de quienes abogan por el capitalismo y quienes confiesan profesar el catolicismo.

La mayor parte de quienes despreocupadamente se han venido beneficiando de este sistema económico que de repente hace aguas y los amenaza con disminuir su nivel de vida...

•    ... creían y creen a pies juntillas que el capitalismo es el mejor de los sistemas económicos posibles, de cuyas ventajas tienen derecho a gozar por el simple hecho de estar en él.

•    ...no cuestionan para nada la estructura del sistema ni las leyes que lo fundamentan, ni el privilegio de unas clases sociales frente al desamparo de otras.

•    ... para nada se plantean quién paga el gasto del bienestar de las clases privilegiadas ni las desigualdades sociales que tal sistema crea en el ámbito local ni en el mundial y se limitan a echar la culpa de lo ocurrido a la codicia de unos pocos.

•    ... ignoran y quieren seguir ignorando los crímenes sobre los que se asienta el bienestar económico del mundo capitalista: apropiación de tierras mediante guerras genocidas, colonización, esclavitud, explotación de la pobreza a nivel mundial...

•    ... creen que tienen derecho a defender su bienestar y cerrar fronteras a quienes pretenden compartir sus privilegios.

•    ... no cuestionan el sistema ni buscan las causas de la actual crisis sino que esperan tan solo que sus gobiernos restablezcan cuanto antes la situación anterior.

La mayor parte de quienes siguiendo con devoción a su Santa Madre Iglesia se rasgan las vestiduras ante un escándalo que al trascender a la opinión pública los llena de vergüenza...

•    ... creían y creen firmemente que la Iglesia es una institución de origen divino a la cual pertenecen por voluntad divina en tanto que pueblo escogido.

•    ... no habían cuestionado nunca la autoridad eclesiástica, ni sus connivencias con los poderes terrenales, ni su estructura piramidal y monárquica, ni las verdades de fe en que dice fundarse.

•    ... ignoran los crímenes sobre los que se asienta la expansión de la Iglesia que ha llegado hasta nuestros días.

•    ... creían y siguen creyendo que las conductas criminales recientes y antiguas de que se acusa a la Iglesia son única y exclusivamente responsabilidad de sus autores, no de la institución eclesiástica.

•    ... creen que deben defender su fe y los privilegios de su religión contra toda razón y aun a costa del resto de la población.

•    ... aspiran tan solo a que la jerarquía aparte de sus cargos a los pecadores y que tome algunas medidas preventivas para que semejantes escándalos no se vuelvan a producir.

En ambos casos vemos que la consideración del mal presente se antepone a la del mal permanente. Que hay una firme voluntad de permanecer en lo establecido, de no cuestionar lo que se tiene, de que no se produzcan grandes cambios que puedan alterar su modo de pensar, de sentir y de vivir.

La voluntad de caminar hacia un mundo más fraternal y justo, más cristiano según el mandato evangélico de amar al prójimo como a sí mismo se ve frenada por el inmovilismo pusilánime, por la comodidad, por el egoísmo. Ante lo cual cabe preguntarse sino será esa pasividad, ese inhibirse cómplice, esa falta de contestación a los atropellos del poder lo que los hace posibles.

¿Cabe esperar un mundo mejor de semejantes actitudes? Por supuesto que no. Es preciso y urgente despertar la conciencia de esas almas adormecidas.  Es absolutamente necesario que quienes tenemos algo que aportar demos de ello testimonio en todos los momentos de nuestra vida. Nadie debe inhibirse. Cada personas es única e irrepetible y eso nos hace insustituibles.
 

miércoles, 19 de mayo de 2010

Astucia y perseverancia

Carlos Valle

La década de 1990 fue en América latina una etapa de consolidación de profundos cambios en su vida institucional. Los reiterados mensajes buscaban demoler el lugar que debía ocupar el Estado en toda sociedad que procurara desarrollarse democráticamente. Junto a la descalificación del Estado estaba la descalificación de los políticos y, por ende, de la misma política.

Se empezaba a instalar una concepción de sociedad que prioriza el lucro, donde el interés comercial es más importante que la gente y que se es más cuanto más se tiene. Había llegado el tiempo de los técnicos y de los ejecutivos, porque había que aceptar que ellos saben cómo se manejan las empresas y cómo se obtienen resultados y, por supuesto, porque son eficientes y honrados.

Los enormes beneficios que habrían de sobrevenir a una salvaje privatización de las riquezas nacionales deslumbraron, por supuesto, al segmento de la población más pudiente y a los que ascendían vertiginosamente en la escala social mientras sembraban la pobreza y la marginación para millones. Gobiernos corruptos acompañados por empresas nacionales y trasnacionales corruptas fueron sostenidos por medios de comunicación que se esmeraron en hablar de las maravillas de un ficticio mundo que hoy vemos desmoronarse estrepitosamente, pero que se niega a reconocer la falacia de sus presupuestos.

Recordaba el pensador Paul Tillich: “La sociedad tecnológica occidental creó métodos para ajustar a las personas a sus exigencias de producción y consumo que son menos brutales, pero que, a largo plazo, son mucho más eficaces que la represión totalitaria. Ellos despersonalizan no porque exijan, sino porque ellos ofrecen, dan exactamente aquellas cosas que tornan superflua la creatividad humana”.

Para su aceptación y consolidación fue necesaria la implementación de un proceso de comunicación que permitiera conquistar sentimientos, sueños, búsquedas. Era necesario hacer creer que añejadas frustraciones pueden trastocarse en triunfos y, quienes no acompañen ese proceso, irán al fracaso. Hoy hay, como nunca antes, recursos tecnológicos y económicos para montar estos escenarios. Los tentáculos de la concentración de medios han demostrado tener la enorme capacidad de diseñar modelos de horadación de todo buen propósito cuando perciben que podría afectar sus poderes y dominio.

Los grandes medios, cuyos dueños –mayormente ocultos rostros y nombres que se mueven al ritmo de sus intereses– se escudan detrás de la defensa de la declamada independencia y libertad de la información para generar la opinión que les conviene. Todo proyecto democrático de comunicación enfrentará fuerzas que lo dejarán crecer mientras sus objetivos no interfieran con las cadenas mediáticas asentadas sobre bases comerciales. Esto ha sido evidente en la resistencia a la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en las reiteradas acusaciones sobre el fin del periodismo independiente y en el bloqueo judicial interpuesto a la puesta en marcha de la tan esperada ley por la que tantos grupos trabajaron.

La situación presente conforma un desafío para los comunicadores. Posiblemente este momento requiera que los comunicadores vuelvan a reiterar concretamente su compromiso por una comunicación que esté al servicio de la comunidad toda.

Uno de los caminos posibles para comenzar sería que los comunicadores nos dispusiéramos –donde y en la medida que corresponda– a hacer un mea culpa de las veces que callamos, por temor o por vaya saber por qué razón, y dejamos que la verdad fuera ignorada o distorsionada y que todo esto sucediera sin hacer oír nuestra voz. Al mismo tiempo, los comunicadores deberíamos aunar los esfuerzos por abrir espacios a una comunicación que proporcione el desarrollo de una comunidad solidaria, que denuncie la discriminación y la opresión y deje que los acallados sean oídos.

¿Hay alguna posibilidad de que las poderosas armas de los medios lleguen a jugar un papel integrador de la comunidad toda? El dominio de los grupos hegemónicos que hoy condenamos es un espejo de una realidad que no puede seguir repitiéndose. Hay que impedir que el Ave Fénix vuelva a renacer de sus cenizas. Para ello será necesario que la sociedad vele con astucia y perseverancia en la implementación de estructuras más democráticas y participativas.+ (PE/Página 12)

Carlos Valle es comunicador social. Ex presidente de la Asociación Mundial para las Comunicaciones Cristianas (WACC).

El artículo “Astucia y perseverancia” fue editado por  Página 12, matutino  de Buenos Aires, en su edición del 19 de mayo de 2010.

PreNot 8865-100519.

http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=8865


Del TÚ al NOSOTROS

Susana Merino

Hace algunos días se realizó en Córdoba el Primer Encuentro Iberoamericano de Personalismo Comunitario en coincidencia con el V aniversario de la creación del Instituto Emmanuel Mounier de Argentina y el sexagésimo aniversario de la muerte del filósofo Emmanuel Mounier.

Asistieron a la misma destacados filósofos españoles y latinoamericanos, en su mayoría especialistas en el pensamiento de Mounier quienes desarrollaron interesantes exposiciones seguidas por una nutrida concurrencia.

Una de las presencias más interesantes fue la del filósofo español Carlos Díaz cuyo seminario sobre “Del tú al nosotros” constituyó un valioso aporte a la comprensión del pensamiento personalista y comunitario.

Explicaba Carlos Díaz que la historia del pensamiento filosófico constituye un gran bosque con muchos árboles agrupados por genealogías entre los que el árbol del personalismo es de tal envergadura que él mismo podría ser considerado un bosque. La prolífica existencia de numerosos filósofos personalistas ha cimentado con sus aportes gran parte de  la historia del movimiento obrero, de la conquista de los derechos humanos y de muchas de las reivindicaciones logradas o en proceso de obtención de la sociedad contemporánea.

El árbol del personalismo, según su descripción, hunde sus raíces en la tradición grecojudaica y se nutre  del cristianismo cuyo primer y más inspirado filósofo fue Santo Tomás de Aquino,  del que sin duda abrevaron luego  Kant, Husserl, Scheler para ir así  conformando las múltiples ramas que lo diversifican y entre las que, entre otras, pueden citarse la dialógica, la hermenéutica, la Zubiri… y la Péguy en la que precisamente surge y se destaca la figura de Emmanuel Mounier.

No es que ciertamente no existan otros árboles antipersonalistas, hedonismo, relativismo, nihilismo, descontructivismo, pero su presencia en la historia de occidente ha sido menos influyente y no tiene tan fuerte raigambre judeo cristiana como el personalismo cuyas bases hacen de la confianza y la benevolencia los fundamentos del derecho y la justicia entre los seres humanos.

Asume Carlos Díaz que desde el nacimiento, y aún antes desde el útero materno, el ser humano establece una relación dialógica con el tú cuya  permanencia  e indisolubilidad nos convierte en personas. Nadie puede prescindir del tú ni de esa relación que se instala a través del vínculo representado por la conjunción “y”. “Yo y Tú” o el YO-TU, como él dice, combinación binaria de dos palabras básicas religadas por el amor. De modo que mientras yo viva tú no morirás, dice Gabriel Marcel.

El tú es aquel que me duele, el otro que solicita mi ayuda o me preocupa. Mi obligación como persona es atender al que más sufre, aunque lo quiera menos. Hacer sufrir a otra persona inmerecidamente es la forma más frecuente de equivocarse. Por lo tanto la viuda, el huérfano, el extranjero tienen prioridad e ignoro quién soy hasta que no me hago cargo de su dolor y trato de atemperar sus sufrimientos.

En un mundo hedonista la consigna es “consumo luego existo” Sin embargo solo me identifico como persona si  soy capaz de pronunciar con amor el nombre del tu y lo dignifico, si me duele, si tengo compasión y misericordia por el otro. Me convierto entonces en un ser heterónomo que respeta la autonomía del otro, el dolor del otro. Es posible construir de ese modo la heteronomía moral del ser humano y renunciar a la autonomía ensoberbecida de nuestro tiempo.

La desconfianza es la pérdida de esa relación amorosa con el tú y la pérdida de la esperanza porque si no existe reciprocidad, si no existe la posibilidad de hacernos cargo del otro ni de esperar que el otro se haga cargo de mí cuando lo necesito desencadena la locura del yo, la que produce el no tener a nadie a quien llamar tú. El loco no tiene tú y lo mismo sucede con aquellos que ignoran al prójimo.

Todos los seres humanos somos mendigos necesitados de ser amados desde que nacemos y el pedir que nos amen es un acto de humildad y de sabiduría. El niño pide y pregunta, por eso crece. El dar es cuestión de tiempo y en ese tiempo damos vida. Si disfrutamos la alegría de darnos comprenderemos que solo se posee lo que se regala, que la vida es un don que recibimos gratuitamente y que solo mereceremos en la medida en que seamos capaces de prodigarla con infinito y verdadero amor. + (PE)

PreNot 8861-100519.

http://www.ecupres.com.ar/noticias.asp?Articulos_Id=8861

martes, 18 de mayo de 2010

Amor corporal

Emma Martínez Ocaña

¿Puede existir un amor que no sea corporal?. Si aún estamos en el paradigma dualista puede resultarnos extraña esta pregunta pues en este paradigma el cuerpo no es precisamente el lugar del amor  o quizás lo sea sólo del amor erótico-sexual.

Sin embargo en una cosmovisión unificada, holística lo que se hace imposible es no vivirnos como el cuerpo que somos. No “tenemos” un cuerpo, somos un cuerpo y por tanto solo nos es posible amar corporalmente, es más hasta que el amor no se haga cuerpo es sólo un buen deseo pero no una realidad histórica.

Somos un cuerpo.

Esta afirmación requiere por mi parte una clarificación de lo que quiero decir cuando expreso que somos un cuerpo, no que tenemos un cuerpo. El camino de recuperación de esta visión unificada nos orienta hacia una identidad corporal afirmada, amada y gozada. Somos un cuerpo unificado, en unidad indisoluble psique-soma, soma-mente, soma-espíritu. Todo lo que acontece en nuestra vida, en cualquier nivel de nuestra persona acontece en nuestro cuerpo y éste guarda memoria de ello.

Nuestro cuerpo es:

•    una realidad biológica, tiene sus leyes específicas de funcionamiento, que tiene una potencialidad y unos límites: resistencia, longevidad, energía belleza, salud,
•    una realidad sexuada que identifica a las personas e influye en sus opciones, comportamientos, relaciones, una realidad configurada socialmente,
•    un depósito y un productor de energía, y de vitalidad que poseemos y podemos mantener y o dilapidar,
•    es la presencialización de lo que somos, el "lugar" desde donde nos configuramos condicionados genética y culturalmente,
•    es el lugar de nuestra comunicación con los otros lo otro y Dios. Nos permite ser seres en relación, desde el cuerpo que somos nos relacionamos, y nos trascendemos,
•    es una realidad espiritual, ética, estética, lugar de verificar de nuestra fe.

Nuestro cuerpo si es la presencialización de nuestra persona que es espiritual tenemos que afirmar con verdad que nuestro cuerpo es espiritual o que nuestro espíritu es corporal, o que nuestro ser corporal es espiritual. Todo lo que acontece en nuestra vida pasa necesariamente por nuestro ser corporal.

No es fácil tampoco acotar la palabra amor. ¿De qué hablamos cuando hablamos de  amor?. Quizás sea una de las realidades de la vida que más interés ha suscitado y que ha llenado más páginas escritas.

Yo voy a referirme al amor como  una realidad que unifica y evoca tres maneras clásicas de definir tres maneras de  amar: amor como “ágape”, como “eros”, como “filia”. Con esas tres palabras se han descrito sobre todo tres manifestaciones clásicas del amor: “ágape”:amor materno-paterno; “eros” el amor erótico de pareja, “filia” el amor de amistad.

En este momento no me voy a referir a tres maneras de amar distintas sino a tres “ingredientes” del amor. Voy a referirme brevemente a cada uno de estos ingredientes para después  intentar mostrar cómo puede hacerse verdad en nuestro cuerpo y ser experimentado en otros cuerpos.
   
EL AMOR “ÁGAPE” es la manifestación del amor generoso que no está condicionado por la respuesta, aunque la desee y la agradezca. Amamos con amor de ágape cuando no estamos calculando nuestra entrega, cuando pasamos por la historia dando vida, cuidándola, defendiéndola con coraje y pasión, reconociendo el derecho de todo a existir por sí mismo y no sólo para nosotros. Nuestro amor es de ágape cuando busca la justicia, cuando trabaja por crear unas  condiciones que permitan el bienestar de todas las personas especialmente las más necesitadas. Un amor que se hace solicitud, compromiso con toda la vida, cuidado de las personas y del cosmos.

Nuestro cuerpo hace verdad nuestro amor de ágape cuando convertimos nuestras entrañas en lugar para acoger, en medio de dolores de parto el lento dilatarse de éstas para dar a luz lo mejor de nosotros mismos, cuando las convertimos en entrañas fecundas que engendran vida, esperanza, valores, dignidad en nuestro entorno, entonces nuestras entrañas son fecundas más allá de la biología. Cuando nuestras entrañas, como le pasó a Jesús de Nazaret, se estremece al ver el dolor de nuestro mundo, del cosmos gimiendo dolores enormes, se hacen entrañas de una misericordia operativa que busca los modos de hacer de esos dolores, dolores de parto y no de aborto. También nuestro corazón necesita aprender este amor de ágape que se entrega sin calcular egoístamente lo que da, sabiendo al tiempo tener discernimiento para darse sin perderse a uno mismo, sin perdernos el respeto a nosotros mismos.  Cuando nuestros pies, se hacen pies samaritanos, que se paran para acoger a los apaleados y robados del camino (hoy continentes enteros) ofreciéndoles lo mejor de sí para crear “proximidad” que sana, cura, carga con…Nuestras manos se hacen amor de ágape cuando son manos parteras de vida allí por donde pasan, sanan todo lo que tocan, abrazan, acarician. En definitiva pasan por la vida echando una mano, haciendo el bien.

EL AMOR DE “FILIA” es la manifestación del amor que crea vínculos profundos, que sostiene, acompaña, busca la felicidad del ser amado. El amor de filia expresa una manera de amar desde la libertad, la confianza, la reciprocidad y la fidelidad,  por eso se le considera el amor de amistad por excelencia, pero no sólo se expresa en la relación amistosa. Es el amor que nos lleva a comprometernos en la construcción de un nosotros, que se hace compañía, compañerismo inclusivo, más allá de los vínculos afectivos por eso es el amor que sabe hacerse hospitalidad frente a toda xenofobia, exclusivismo, integrismo. Quizás hoy más que nunca necesitamos cultivar una nueva sensibilidad inclusiva, que es una de las características del amor de filia, un amor que nos hace sentirnos próximos, cercanos, hermanados con todas las personas y toda la realidad. El amor de filia es un amor lleno de coraje para salvar juntos la vida, toda vida por insignificante que parezca.

Amamos con amor de filia cuando nuestros pies caminan por la vida creando senderos de amistad profunda, fiel, gozosa;  lazos de cercanía sanadora más allá de las fronteras del afecto, cuando en vez de provocar división, exclusión, individualismo generan caminos de compañerismo, confraternidad, compresión entre pueblos, culturas, ideologías, religiones diversas. Nuestro cuerpo expresa amor de filia cuando nuestro corazón crea vínculos profundos, sin miedos ni prejuicios, sabe generar amistad,(una realidad siempre particular) sin romper la fraternidad sino por el contrario favoreciéndola, cuando se hace casa abierta y compartida para todos especialmente para los sin hogar material y psicológico, cuando nuestros oídos no se cierran a los gritos de dolor y de placer de nuestros hermanos y hermanas del camino; cuando saben escuchar empáticamente sin juicios, condenas, etiquetas. Hacemos verdad esta dimensión del amor cuando nuestros ojos no pasan de largo indiferentes ni distraídos sino que saben mirar y reconocer, devolver dignidad, dar vida en vez de dejar que salgan de ellos miradas que matan, cuando se convierten en ojos vigías que avistan los náufragos del sistema, para evitar que sean silenciados o escondidos.

El amor de “eros” tradicionalmente identificado con el amor erótico-sexual de pareja es el amor de deseo de unión, de presencia, de compenetración, es la expresión del amor apasionado. Una característica del amor de “eros” es la valoración de lo amado, se manifiesta en una mirada que reconoce lo amado como valioso y atractivo y eso provoca en los destinatarios de ese amor en una consciencia de autovalía, autoestima. Podríamos definirlo como la atracción apasionada por lo valioso y el deseo de unirse a ello, deseo de unión que produce placer. El amor de eros al proceder de una mirada de reconocimiento y valoración es un amor sanador, reconstructor de identidades perdidas, liberador de encorvamientos ancestrales, de culpabilidades eternas.

Amamos con amor de eros cuando nuestros ojos son capaces de ver la realidad con verdad, con lucidez consciente para poder ver y sobre todo contemplar la unidad profunda de la realidad, como dicen algunos místicos, descubrir el manto inconsútil que forma todo lo que existe, entonces se convertirían en ojos amorosos, y por eso capaces de descubrir lo valioso, incluso la belleza, a veces muy oculta en lo profundo del ser, de toda persona y realidad. Ese descubrimiento nos provocaría un deseo de unirnos, vincularnos,  es decir hacer verdad en nuestra vida cotidiana, la unidad que somos. Nuestros ojos se convierten también en lugar para expresar esta dimensión del amor cuando ven y levantan, libran de encorvamientos, cegueras, sorderas, parálisis porque son capaces de devolver a las otras personas su auténtica talla, valía, belleza. Nuestro corazón muestra el amor de eros cuando palpita de pasión por lo Real, disfruta con la presencia de las personas que ama y guarda en el corazón sus nombres como su mejor tesoro; cuando es capaz de trabajar apasionadamente en reunificar todo lo disperso, dividido, roto de nuestro mundo. Nuestra piel, si ama con amor de eros, renuncia para siempre al “despelleje”, al ojo por ojo, a encerrarse en sus pequeñas fronteras, porque descubre que la verdad de nuestro ser no se acaba en los propios contornos de nuestro cuerpo, sino en toda la humanidad y toda la creación como “Cuerpo de Dios” y que cuando se cierra a su hermano se cierra a su propia carne. Vivimos el amor de eros cuando hacemos de nuestra sexualidad un lugar para el encuentro, sin miedo y sin tabúes, creando encuentros corporales constructores de identidad, cuando no hacemos de las diferencias de sexo y de orientación sexual un lugar para la marginación, la discriminación, la exclusión sino un lugar para vivir gozosamente la unidad fundamental que somos, en pluralidad y singularidad. Hacemos verdad el amor de eros cuando los cuerpos, en verdad, libertad y respeto se encuentran para gozar del amor que se hace erotismo, placer compartido, com-penetración, éxtasis de sí para entrar en la persona amada.

Finalmente hacemos verdad el amor eros cuando nuestra boca aprende  convertirse en “degustadora” de la vida, aprendiendo a gustar los sabores de la verdad, de la justicia, del Reino en la vida cotidiana y ayuda a otros a degustarlos; cuando aprender a hablar y callar como lenguaje de amor, que sabe bendecir y renuncia a la maledicencia, mal-dición que sabe besar y hace del beso sacramento del amor, que sabe sonreír con sentido del humor para no tomarnos a nosotros mismos demasiado en serio y no permitir que nos amarguen la vida.

Cuando todo esto acontezca, seremos testigos corporales del amor. Quizás nos pase lo que le paso a Jesús de Nazaret que los que vivieron con él dijeron: lo que han visto  nuestros ojos,  oído nuestros oídos y tocado nuestras manos es que el Dios de los cristianos es Amor y merece la pena creer en El.

Artículo publicado en: Crítica no 966 "La gramática del amor", Marzo-Abril 2010

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