Adital
El cerco a los transgénicos continúa. Ayer (14), el gobierno alemán anunció la decisión de desterrar del país al maíz transgénico MON810, de la Monsanto. La Ministra de Agricultura de Alemania, Ilse Aigner, declaró que ese maíz es una amenaza para la naturaleza y dijo que la decisión fue científica y no política. Alemania fue así el sexto integrante de la Unión Europea en prohibir el cultivo de esta variedad, utilizada principalmente como ración animal.
"El posicionamiento de la Ministra de Agricultura en relación con su decisión a partir de conclusiones científicas traduce lo que ya decíamos hace mucho tiempo sobre las evidencias científicas de la contaminación causada por transgénicos. Estamos felices que esto haya sido reconocido por un país importante", declara Rafael Cruz, coordinador de la campaña de transgénicos de Greenpeace Brasil.
Francia, Grecia, Austria, Hungría y Luxemburgo ya vetaron la siembra de ese maíz de la Monsanto. Además de países europeos, también cultivan esta variedad de maíz Japón, Canadá, África del Sur y Argentina. En Brasil, el MON810 fue aprobado en febrero de este año, por la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio), a pesar de las protestas de las organizaciones ambientalistas y de la amplia documentación presentada revelando los riesgos que la variedad representa para el medio ambiente y la salud de las personas.
"En Brasil, las decisiones de la CTNBio se toman basadas en estudios presentados por la empresa interesada. Lo ideal sería que estuvieran basadas en estudios independientes", resalta Rafael. La Comisión realiza hoy (15) su 122ª Reunión, con debates en las Cámaras Sectoriales (salud humana, animal, vegetal y medio ambiente), y mañana (16), con la realización de la reunión plenaria.
En la pauta de la plenaria, constan 12 solicitudes para la liberación comercial de Organismos Genéticamente Modificados (OGMs). Entre ellas se encuentra la liberación comercial de arroz tolerante al glufosinato de amonio, de la empresa Bayer. "La Embrapa, la Federación de Agricultura de Río Grande do Sul (Farsul) y la Federación de Asociaciones de Arroceros de Río Grande do Sul (Federarroz) se posicionaron en contra de la aprobación del arroz transgénico", afirma el coordinador de Greenpeace, que se encuentra en Brasilia para realizar el seguimiento de las reuniones.
Greenpeace denuncia que los brasileros serían los cobayos (conejitos de india) del arroz de la Bayer, pues la variedad aún no se siembra comercialmente en ningún país del mundo. La organización intenta captar la atención de los consumidores hacia esta lucha contra los transgénicos.
Sin embargo, Rafael resalta que los consumidores están alejados del debate, que ocurre casi siempre a puertas cerradas: "Una encuesta mostró que el 70% de los consumidores no consiguen decidirse sobre si comprarían o no alimento transgénico. Tenemos que ampliar este debate y una de las alternativas se da a través del rotulado de los productos".
Según Greenpeace, esa identificación de si un producto es o no transgénico ha sido realizada, en los últimos años, solamente a partir de una determinación judicial, después de una investigación. A comienzos de 2008, las empresas Bunge y Cargill fueron obligadas a rotular algunas marcas de aceite de soja. En marzo de este año, el Ministerio Público Federal determinó que la empresa Bunge, en su filial de Mato Grosso (MT), también rotule sus alimentos transgénicos, de acuerdo con lo previsto por ley.
Adital
Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?boletim=1&lang=ES&cod=38213
Comentarios y FORO...
El cerco a los transgénicos continúa. Ayer (14), el gobierno alemán anunció la decisión de desterrar del país al maíz transgénico MON810, de la Monsanto. La Ministra de Agricultura de Alemania, Ilse Aigner, declaró que ese maíz es una amenaza para la naturaleza y dijo que la decisión fue científica y no política. Alemania fue así el sexto integrante de la Unión Europea en prohibir el cultivo de esta variedad, utilizada principalmente como ración animal.
"El posicionamiento de la Ministra de Agricultura en relación con su decisión a partir de conclusiones científicas traduce lo que ya decíamos hace mucho tiempo sobre las evidencias científicas de la contaminación causada por transgénicos. Estamos felices que esto haya sido reconocido por un país importante", declara Rafael Cruz, coordinador de la campaña de transgénicos de Greenpeace Brasil.
Francia, Grecia, Austria, Hungría y Luxemburgo ya vetaron la siembra de ese maíz de la Monsanto. Además de países europeos, también cultivan esta variedad de maíz Japón, Canadá, África del Sur y Argentina. En Brasil, el MON810 fue aprobado en febrero de este año, por la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio), a pesar de las protestas de las organizaciones ambientalistas y de la amplia documentación presentada revelando los riesgos que la variedad representa para el medio ambiente y la salud de las personas.
"En Brasil, las decisiones de la CTNBio se toman basadas en estudios presentados por la empresa interesada. Lo ideal sería que estuvieran basadas en estudios independientes", resalta Rafael. La Comisión realiza hoy (15) su 122ª Reunión, con debates en las Cámaras Sectoriales (salud humana, animal, vegetal y medio ambiente), y mañana (16), con la realización de la reunión plenaria.
En la pauta de la plenaria, constan 12 solicitudes para la liberación comercial de Organismos Genéticamente Modificados (OGMs). Entre ellas se encuentra la liberación comercial de arroz tolerante al glufosinato de amonio, de la empresa Bayer. "La Embrapa, la Federación de Agricultura de Río Grande do Sul (Farsul) y la Federación de Asociaciones de Arroceros de Río Grande do Sul (Federarroz) se posicionaron en contra de la aprobación del arroz transgénico", afirma el coordinador de Greenpeace, que se encuentra en Brasilia para realizar el seguimiento de las reuniones.
Greenpeace denuncia que los brasileros serían los cobayos (conejitos de india) del arroz de la Bayer, pues la variedad aún no se siembra comercialmente en ningún país del mundo. La organización intenta captar la atención de los consumidores hacia esta lucha contra los transgénicos.
Sin embargo, Rafael resalta que los consumidores están alejados del debate, que ocurre casi siempre a puertas cerradas: "Una encuesta mostró que el 70% de los consumidores no consiguen decidirse sobre si comprarían o no alimento transgénico. Tenemos que ampliar este debate y una de las alternativas se da a través del rotulado de los productos".
Según Greenpeace, esa identificación de si un producto es o no transgénico ha sido realizada, en los últimos años, solamente a partir de una determinación judicial, después de una investigación. A comienzos de 2008, las empresas Bunge y Cargill fueron obligadas a rotular algunas marcas de aceite de soja. En marzo de este año, el Ministerio Público Federal determinó que la empresa Bunge, en su filial de Mato Grosso (MT), también rotule sus alimentos transgénicos, de acuerdo con lo previsto por ley.
Adital
Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?boletim=1&lang=ES&cod=38213
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