Renuncio a la urgencia de mi piel
si la caricia no está en la frontera con tus manos.
Renuncio al pan y a la gloria de los besos
si mi boca no encuentra el cielo de tus labios.
Renuncio a estremecerme en un orgasmo
si no ocurre en el vértice tibio de tu abrazo.
Renuncio. Pero el gozo me ilumina
porque las palabras nos acarician con su canto
y tus manos se aferran a las mías
y juntos celebramos.
Porque el cielo viene en otros besos
(una carta, una espera, el mismo llanto)
que son las pruebas exactas del contacto.
Porque la tibieza del abrazo está dispuesta
y nos espera en ese punto donde mi corazón y el tuyo
descubren su más íntimo gozo, emparejados.
Marcela Orellana (2003)
http://marcenpalabras.blogspot.com/2009/03/renuncio.html
Comentarios y FORO...
si la caricia no está en la frontera con tus manos.
Renuncio al pan y a la gloria de los besos
si mi boca no encuentra el cielo de tus labios.
Renuncio a estremecerme en un orgasmo
si no ocurre en el vértice tibio de tu abrazo.
Renuncio. Pero el gozo me ilumina
porque las palabras nos acarician con su canto
y tus manos se aferran a las mías
y juntos celebramos.
Porque el cielo viene en otros besos
(una carta, una espera, el mismo llanto)
que son las pruebas exactas del contacto.
Porque la tibieza del abrazo está dispuesta
y nos espera en ese punto donde mi corazón y el tuyo
descubren su más íntimo gozo, emparejados.
Marcela Orellana (2003)
http://marcenpalabras.blogspot.com/2009/03/renuncio.html
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