Rafael Fernando Navarro
Tal vez España esté triste. La tristeza es la espalda de la alegría. Se intuye la belleza de los ojos por la elegancia que pasa a tu lado por la acera. Economía, paro, recortes sociales, estado de bienestar ahogado, bancos que asfixian la pobreza. Pero han tintineado los belenes, se ha poblado el aire de burbujas-Mas-President. Por las calles una monarquía de lunas, incienso y mirra. Padres aupando sonrisas infantiles para apretar la vida envuelta en celofán crujiente. Algo es verdad sencillamente porque es bello. Surge entonces la poesía como creación, la vida como aventura, el amor como utopía. Navidad, año nuevo, reyes. Brotando como un surtidor de asombro. España triste, no amarga. Elegante y bella, poniendo cascabeles a la pena.
Hubo un mitin de mitras por Colón. Bordadas en oro las casullas blancas. Anillos y pectorales de joyerías caras. Tafetán, organdí, fajines de muaré líquido, estolas de autoridad grecorromana. Rouco-Presidente de Obispos. General plenipotenciario de Dios Padre. Procesión episcopal de mocasín italiano. Lo tienen todo: Catedrales, palacios, Berruguete y Velázquez, Tizianos y Murillos por los siglos de los siglos. Ojivas góticas y románicas arcadas. Dignidades tienen, privilegios, manos de todopoderosos señores entre las suyas sagradas. Tienen, aseguran tener sobre todo, la verdad, toda la verdad, nada más que la verdad. En monopolio. En exclusividad. En propiedad privada para explotarla, imponerla y aplastar con ella las conciencias universales hasta el fin de los tiempos. Se sintieron así, cuando el mitin de mitras por Colón.
Lo tienen todo. Hasta amargura amarga. Agrios los ojos de los Obispos. Dios hizo el mar, los árboles, los pájaros. Vio que eran hermosos. Le gustó su creación. Dios artesano fecundando el barro, el vientre de la tierra, las caderas de las estrellas jóvenes, los hombros de una luna preñada de luz seminal. Y le gustó. Miraba con ojos limpios, con luz inaugural de mundo nuevo. Dios no parió la amargura, tal vez porque el amor sólo engendra belleza.
Mirada marrón de Obispos. Enfermo el mundo. Enferma Europa. Agonizante España. Familia hundida por socialismo anticristo. Por amor lesbiano consentido. Amenazando el divorcio. Por parejas que se aman, sólo se aman, nada más que se aman, sin cánones, sin vestidos blancos pronovias, sin ataduras sacramentales, con liturgia pagana de cordero lechal, marisco y puro regalado. Locura amarga de Obispos. Mujeres expuestas a la muerte por no obedecer al dios prefabricado de venta en el corte parroquial de las rebajas. Reig Plá lo afirma. Muy pronto la mitad de la humanidad programada de homosexualidad, sin sexo reproductor como dios manda (Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba). Europa vive “las horas más dramáticas de la historia, periodo de verdadera ceguera" en el que "se cuestiona y se niega la verdad del hombre y de la familia" “El aborto y la eutanasia son la manifestación de una crisis mucho más honda que el paro o la recesión económica” Rouco ronco de pena, penita, pena.
Los Obispos tienen los ojos llenos de espinas. Les sangra la realidad. Han despreciado tanto la hermosura por pecaminosa, que han terminado por extirparla del mundo. Han trasladado el infierno al aquí y ahora de la vida. Hubo un mitin de mitras amargas por Colón. Tal vez el ateismo actual consista en la apostasía del asco, de la herida ulcerada, del basurero humano donde el hombre es sólo una peste para el hombre.
Era difícil respirar rosas blancas bajo el altar de Colón envenenado. Hay que ayudar a los Obispos a terminar con un mundo asqueado y asqueante. Empitonaron la bondad las mitras hirientes de amargura.
http://marpalabra.blogspot.com
NOTA EDITORIAL. El presente artículo se refiere a una Eucaristía convocada por el Presidente de la Conferencia Episcopal Española, un acto de culto convertido en una manifestación contra la legislación española surgida del Parlamento, la cual dicen dichos Obispos que entraña una persecución a la propia Iglesia.
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Tal vez España esté triste. La tristeza es la espalda de la alegría. Se intuye la belleza de los ojos por la elegancia que pasa a tu lado por la acera. Economía, paro, recortes sociales, estado de bienestar ahogado, bancos que asfixian la pobreza. Pero han tintineado los belenes, se ha poblado el aire de burbujas-Mas-President. Por las calles una monarquía de lunas, incienso y mirra. Padres aupando sonrisas infantiles para apretar la vida envuelta en celofán crujiente. Algo es verdad sencillamente porque es bello. Surge entonces la poesía como creación, la vida como aventura, el amor como utopía. Navidad, año nuevo, reyes. Brotando como un surtidor de asombro. España triste, no amarga. Elegante y bella, poniendo cascabeles a la pena.
Hubo un mitin de mitras por Colón. Bordadas en oro las casullas blancas. Anillos y pectorales de joyerías caras. Tafetán, organdí, fajines de muaré líquido, estolas de autoridad grecorromana. Rouco-Presidente de Obispos. General plenipotenciario de Dios Padre. Procesión episcopal de mocasín italiano. Lo tienen todo: Catedrales, palacios, Berruguete y Velázquez, Tizianos y Murillos por los siglos de los siglos. Ojivas góticas y románicas arcadas. Dignidades tienen, privilegios, manos de todopoderosos señores entre las suyas sagradas. Tienen, aseguran tener sobre todo, la verdad, toda la verdad, nada más que la verdad. En monopolio. En exclusividad. En propiedad privada para explotarla, imponerla y aplastar con ella las conciencias universales hasta el fin de los tiempos. Se sintieron así, cuando el mitin de mitras por Colón.
Lo tienen todo. Hasta amargura amarga. Agrios los ojos de los Obispos. Dios hizo el mar, los árboles, los pájaros. Vio que eran hermosos. Le gustó su creación. Dios artesano fecundando el barro, el vientre de la tierra, las caderas de las estrellas jóvenes, los hombros de una luna preñada de luz seminal. Y le gustó. Miraba con ojos limpios, con luz inaugural de mundo nuevo. Dios no parió la amargura, tal vez porque el amor sólo engendra belleza.
Mirada marrón de Obispos. Enfermo el mundo. Enferma Europa. Agonizante España. Familia hundida por socialismo anticristo. Por amor lesbiano consentido. Amenazando el divorcio. Por parejas que se aman, sólo se aman, nada más que se aman, sin cánones, sin vestidos blancos pronovias, sin ataduras sacramentales, con liturgia pagana de cordero lechal, marisco y puro regalado. Locura amarga de Obispos. Mujeres expuestas a la muerte por no obedecer al dios prefabricado de venta en el corte parroquial de las rebajas. Reig Plá lo afirma. Muy pronto la mitad de la humanidad programada de homosexualidad, sin sexo reproductor como dios manda (Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba). Europa vive “las horas más dramáticas de la historia, periodo de verdadera ceguera" en el que "se cuestiona y se niega la verdad del hombre y de la familia" “El aborto y la eutanasia son la manifestación de una crisis mucho más honda que el paro o la recesión económica” Rouco ronco de pena, penita, pena.
Los Obispos tienen los ojos llenos de espinas. Les sangra la realidad. Han despreciado tanto la hermosura por pecaminosa, que han terminado por extirparla del mundo. Han trasladado el infierno al aquí y ahora de la vida. Hubo un mitin de mitras amargas por Colón. Tal vez el ateismo actual consista en la apostasía del asco, de la herida ulcerada, del basurero humano donde el hombre es sólo una peste para el hombre.
Era difícil respirar rosas blancas bajo el altar de Colón envenenado. Hay que ayudar a los Obispos a terminar con un mundo asqueado y asqueante. Empitonaron la bondad las mitras hirientes de amargura.
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NOTA EDITORIAL. El presente artículo se refiere a una Eucaristía convocada por el Presidente de la Conferencia Episcopal Española, un acto de culto convertido en una manifestación contra la legislación española surgida del Parlamento, la cual dicen dichos Obispos que entraña una persecución a la propia Iglesia.
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